Mientras contamos los minutos para que se produzca el esperado reencuentro público entre la reina Letizia y Marie-Chantal de Grecia, muchos especulan con que las respectivas esposas del rey Felipe VI y el príncipe Pablo de Grecia harán todo lo que sea necesario para no ser vistas la una al lado de la otra.
Será el próximo martes 29 de marzo cuando ambos matrimonios se verán las caras (o no) en la misa en recuerdo del príncipe de Edimburgo que se celebrará en la abadía de Westminster. Con la no presencia del príncipe Harry y Meghan Markle, el único salseo del evento estará en saber si Letizia y Marie-Chantal han firmado la paz.
Algo poco probable dado que la reina Letizia nunca fue santo de la devoción de Marie-Chantal. ¿Por qué? La historia comienza en 1993 cuando el príncipe Felipe aterriza en Estados Unidos para cursar un máster en Relaciones Internacionales en prestigiosa Edmund Walsh School of Foreign Service de la Universidad de Georgetown.
El hijo de Don Juan Carlos I y Doña Sofía llegaba a Washington con el corazón partío después de que su relación con Isabel Sartorius hubiese acabado por completo. Ella, desolada, huyó a Londres, y él se refugió en su mejor amigo, su primo Pablo de Grecia quien por aquel entonces también estudiaba en Georgetown y, casualidades de la vida, ya había iniciado su romance con su ahora esposa Marie-Chantal.
Consciente de que debía llevarse bien con Don Felipe, Marie-Chantal quiso animarle presentándole a una de sus muchas amigas. Sin embargo, la princesa griega, que no da puntadas sin hilo, eligió a una de belleza sin igual, medidas de infarto y de buena familia. ¿Su nombre? Gigi Howard. El por entonces príncipe cayó rendido ante la espectacular Gigi en 1995. De hecho, la prensa no tardó en pillarlos juntos coqueteando por las calles y Marie-Chantal ya soñaba con ser la mejor amiga de la futura reina de España.
La conexión entre Don Felipe y Gigi fue instantánea. Se dejaban ver por las calles de Manhattan de la mano, fueron de viaje a la isla de Saint Martins, esquiaron en las montañas de Colorado y hasta visitaron Madrid. Eso sí, durante dichas visitas a nuestro país, Gigi se alojaba en casa de Javier López de Lamadrid, íntimo de Felipe, quien ya había jugado un papel fundamental escondiendo a Isabel Sartorius en ese mismo piso.
Pero mientras Marie-Chantal permanecía en ese sueño de poder y realeza (dado que ella nunca podría reinar en Grecia tras haber abolido dicho país la monarquía en 1974), la pesadilla comenzó para Gigi y Don Felipe. Tras el escándalo mediático ocasionado tras la ruptura de Isabel Sartorius y el futuro heredero, Zarzuela presionó a los medios de comunicación españoles para que no se hicieran demasiado eco de este romance.
«Acompañante» o «amiga cercana» fueron los calificativos con los que la prensa trató de manera sutil esta relación. Eso sí, la revista Hola! le concedió una portada al comprar unas fotografías que la modelo había hecho para una prueba en Madrid. «Su amistad con el príncipe Felipe ha dado lugar a todo tipo de informaciones», rezaba el antetítulo. Solo un titular de los cientos que aparecieron, y que recuerda Pilar Eyre, iba un paso más allá: «Gigi Howard, ¿la nueva Grace Kelly española?
Podría haberlo sido, sin duda alguna. Pero la pasión se terminó al mismo tiempo que Don Felipe terminaba sus estudios en Georgetown y ponía rumbo a Zarzuela. Además, tal y como confesó en 2007 la propia Gigi en una entrevista para Vanity Fair, «Tienes que ser una persona muy especial para poder lidiar con la intensidad y la invasión de la prensa, y yo no era esa persona. Soy muy discreta y eso no era para mí. Aunque no lo creas, sigo teniendo miedo a la prensa. Me sorprende que pueda seguir despertando interés, pero también me aterra».
Pero aunque su futuro como reina de España desapareció, no así su amistad con Marie-Chantal. Fue la propia modelo quien compartió en su cuenta de Instagram una imagen junto a la princesa griega, su hija Olympia y otra amiga durante un viaje a Bahamas justo antes de que la pandemia por coronavirus comenzase.
Nueve años después de su ruptura con Don Felipe, Gigi Howard se comprometía con el naviero norteamericano Patrick Ammet. Sorprendentemente, la que hubiese sido una de las bodas del año en Estados Unidos no llegaba a producirse cuando dos meses antes del 'sí, quiero', la pareja rompía. Desde entonces, Gigi siempre ha estado soltera y es madre de un niño llamado Richard Southworth Howard al que concibió a través de un donante: «Tenía 42 años, no estaba casada, no tenía novio y quería ser madre».