Un príncipe muy preparado

Quién es el nuevo gran duque de Luxemburgo que inicia este 2025 su reinado: discreto, pianista y con una polémica madre

El primogénito de los grandes duques Enrique y Teresa lleva toda la vida preparándose para un cargo que finalmente asumirá dentro de nueve meses.

Los príncipes herederos de Luxemburgo el día de su boda. / gtres

Jorge C. Parcero
Jorge C. Parcero

Por sorpresa y en pleno mensaje navideño a su país. Así anunciaba el gran duque Enrique de Luxemburgo que el 3 de octubre de 2025 abdicará y será su hijo primogénito, el príncipe heredero Guillermo , y su esposa, la princesa Stéfanie, de origen belga, los que pasen a estar al frente del Gran Ducado.

Enrique, de 69 años, ya había anunciado el pasado mes de junio su decisión de cederle poderes a su hijo, de 43 años, nombrándole lugarteniente y abriendo así el proceso de abdicación. Pero ahora ya conocemos la fecha oficial en la que tendrá lugar el cambio en el trono.

Esta abdicación se produce después de que en los últimos años otros países europeos, como España, Bélgica y los Países Bajos, hayan seguido la tendencia de dejar paso a miembros más jóvenes de la realeza. El caso más reciente es el de la reina Margarita II de Dinamarca , que reveló su renuncia al trono en diciembre del año pasado. Este adiós se produjo tras el fallecimiento en 2022 de Isabel II, la soberana más longeva de la historia británica.

«Hace mucho tiempo que sabía que llegaría este momento. Pero cuando llega es otra cosa y estoy algo nervioso», dijo el futuro monarca en una entrevista concedida en octubre a la RTL. «Se trata de otro aspecto de responsabilidades, familiarizarse con la política internacional y la diplomacia, los decretos que hay que firmar, todo el aspecto legislativo, que tampoco conozco a la perfección», aseguraba, sincero y modesto, pese a que la opinión general en su país dictamina que está perfectamente preparado para el puesto.

Litros de sangre azul y una privilegiada educación

El futuro gran duque es el mayor de los cinco hijos de Enrique con María Teresa Mestre , de origen cubano y una serie de polémicas a sus espaldas ( que incluyen denuncias y malos tratos ). Los grandes duques de Luxemburgo tienen ocho nietos, siendo Carlos –el primogénito de Guillermo– el siguiente en la línea de sucesión. Por parte de padre, está emparentado con varias familias reales europeas, como las de Bélgica, Países Bajos o Suecia.

La familia real de Luxemburgo. / gtres

Guillermo tuvo la infancia típica de un vástago de la aristocracia europea. Tras terminar el bachillerato francés en el Collège Alpin Beausoleil de Suiza, estudió Política Internacional en el Reino Unido y Literatura y Ciencias Políticas en la universidad francesa de Angers. Se preparó, además, en la prestigiosa Real Academia Militar de Sandhurst , la misma donde acudieron Guillermo y Harry. Hoy es coronel del pequeño ejército de su país.

Pero a diferencia de los príncipes británicos, él nunca ha atraído mucho la atención de los medios de comunicación, ni con sus novias, ni con fiestas u otras escapadas propias de su edad. Es más famoso por sus dotes al piano, por su talento como futbolista o por su dedicación al movimiento de los Boy Scouts. Gran aficionado a la naturaleza, tomó el relevo de su abuelo como Jefe Scout, el máximo responsable de los jóvenes exploradores de Luxemburgo.

Fuentes cercanas a la corte describen a Guillermo como el hijo perfecto para sus padres. Es una mezcla de ambos: trabajador y disciplinado como Enrique, pero también divertido y sociable como su madre, María Teresa. Como ella, toca la guitarra y tiene una gran sensibilidad musical. Aficionado al ciclismo y viajero solidario a países como Nepal o Bután, es también políglota: habla luxemburgués, francés, alemán, inglés y el español natal de su madre.

Cuando Guillermo encontró a su princesa

Entre tocar el piano y compartir expediciones con los jóvenes Boy Scouts, el príncipe heredero ha tenido tiempo también de encontrar el amor. Guillermo se casó en 2012 con la condesa Stéfanie de Lannoy con la que tiene dos hijos. Cuando ambos concedieron una entrevista previa al enlace, la aristócrata belga aseguró que «no solo creo en el príncipe azul, sino que lo he encontrado».

Stéfanie de Lannoy y el príncipe Guillermo. / gtres

Stéfanie recordó también cómo fue su primer encuentro con el futuro gran duque, diciendo que supo enseguida que «había encontrado a un hombre excepcional con el que tenía muchas cosas en común. Realmente no creía que pudiera existir un hombre así». A pesar de la alegría y expectación que rodeó al 'sí, quiero' del entonces último heredero soltero de Europa, el día estuvo teñido de tristeza, ya que la madre de la novia, la condesa Alix de Lannoy, sufrió un derrame cerebral y falleció apenas dos meses antes de que su hija pasara por el altar.

Aunque la relación entre Stéfanie y su suegra ha sido motivo de cierta polémica, lo cierto es que en aquel momento la joven se deshacía en elogios con ella. «Tras la muerte de mi madre, la gran duquesa ha estado muy presente en mi vida y me ha ayudado a tener una especie de segunda madre aquí en Luxemburgo«.

Ahora, el matrimonio se prepara para una etapa nueva y trascendente en su vida. En su país, de momento, reina el optimismo ante su futuro en el trono del único Gran Ducado que queda en el mundo y que cuenta con una de las mayores rentas per capita del planeta.

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