Han tenido cuatro hijos

25 años de la boda de Felipe y Matilde de Bélgica que puso fin a los rumores: 1200 invitados, tiara y la reina Sofía

El compromiso por sorpresa del duque de Brabante con una logopeda belga conmocionó y emocionó al pueblo belga hace ya un cuarto de siglo.

Felipe y Matilde de Bélgica, el día de su boda. / getty images

Jorge C. Parcero
Jorge C. Parcero

Han pasado ya 25 años desde que el príncipe heredero de Bélgica sorprendiera a la nación y al mundo anunciando su compromiso matrimonial. Poco después, Felipe y Matilde de Bélgica se daban un 'sí, quiero' (fue un 4 de diciembre de 1999) que no estuvo exento de controversia por los rumores sobre el pasado del novio. Pero situémonos.

Los años noventa habían sido para la familia real belga muy revueltos. El rey Balduino , que había ostentado la corona durante cuatro décadas, murió repentinamente de insuficiencia cardíaca a los 62 años en el verano de 1993. Había guiado a una nación dividida a través de una transición gubernamental destinada a aliviar las tensiones entre las regiones de Flandes y Valonia, y su pérdida fue muy sentida por su pueblo belga y por los miembros de su familia.

Balduino estaba casado desde 1960 con su esposa, la española Fabiola . Nunca pudieron tener hijos propios, así que gran parte de su energía paterna se centró en su sobrino, el príncipe Felipe, de quien se esperaba que algún día le sucediera en el trono. Los padres de Felipe, el príncipe Alberto y la princesa Paola, tenían una relación problemática. El conflicto entre ellos, y las infidelidades, hicieron que Felipe y sus hermanos menores quedaran a menudo relegados a un segundo plano.

Sin el apoyo que necesitaba, Felipe tuvo una infancia difícil. Sufrió problemas de adaptación en la escuela, sobre todo cuando le trasladaron de un colegio francófono a otro flamenco, un gesto hacia la reconciliación de las conflictivas regiones de la nación. «No fue fácil para mí», aseguraría el monarca años después.

Balduino y Fabiola de Bélgica, en una imagen de 1980. / gtres

Aunque el rey Balduino apoyaba firmemente a su sobrino como futuro monarca de Bélgica, no todos en el país estaban convencidos de que el príncipe estuviera a la altura de la tarea. Incluso corrió el rumor de que podría ser desplazado en la línea de sucesión en favor de su hermana, la princesa Astrid , que era brillante, con buena presencia y, lo que es más importante, ya estaba casada con un archiduque austriaco, con el que tenía tres hijos. Los rumores cobraron fuerza en 1991, cuando se modificó la Constitución belga para permitir a las mujeres heredar el trono.

El anuncio de compromiso de Felipe y Matilde

A sus 39 años, Felipe no tenía novia, ni planes de contraer matrimonio. Y para ser rey, necesitaba estar casado. Expertos en la familia real belga han especulado con que había mantenido una relación homosexual y, de ahí, su boda tardía. Se dice que fue el propio rey Alberto quien parece que presionó a su hijo para que encontrara esposa cuanto antes, amenazándole incluso con quitarle los derechos al trono.

Matilde y Felipe de Bélgica cumplen sus bodas de plata. / gtres

Por eso el anuncio de su compromiso con Matilde d'Udekem d'Acoz, logopeda de profesión, pilló en fuera de juego a casi todo el mundo. Su relación había permanecido en secreto hasta que revelaron que se casaban, pero la noticia de sus nupcias fue acogida con entusiasmo, sobre todo porque la futura novia había nacido en Uccle, lo que la convertía en la primera mujer belga en la línea de sucesión para convertirse en reina consorte de su país.

Celebrada tres meses después de que se anunciara su compromiso, la suya fue la última gran boda real del siglo XX e inició un nuevo capítulo de la historia de su país, que acabaría con ambos en el trono . Aquel 4 de diciembre de 1999, el entonces heredero al trono belga, Felipe, contraía matrimonio ante una multitud de regios invitados que incluyen a la reina Sofía y el rey Felipe como representantes españoles. La pareja se convirtió en reyes de los belgas en 2013.

La gran boda de Felipe y Matilde de Bélgica

Aquella fría mañana de 1999, decenas de miles de personas se alinearon en las calles de Bruselas para celebrar la gran boda. Matilde llegó al Ayuntamiento de Bruselas con su padre, Patrick d'Udekem d'Acoz, para asistir a una breve ceremonia que la convirtió en princesa. Llevaba un vestido de Edouard Vermeulen , de la firma Natan a la que tan fiel sigue siendo la reina. El velo era una reliquia familiar de su nueva suegra, la reina Paola, que le prestó el encaje de Bruselas para ese día. Se lo sujetó con una tiara que lleva el nombre de otra célebre consorte belga: la bandeau de diamantes de la reina Isabel.

La reina Sofía, entre los invitados a la boda real belga. / getty images

Desde allí, la pareja real hizo el corto trayecto hasta la Catedral de San Michel y San Gudule, en el corazón de la capital belga, para su boda religiosa. La famosa iglesia estaba abarrotada con 1.200 invitados. Entre los asistentes se encontraban muchos de los soberanos europeos: la reina Margarita de Dinamarca, la entonces reina Beatriz de Holanda, el gran duque Juan de Luxemburgo, el rey Harald de Noruega, el rey Carlos XVI Gustavo de Suecia y el príncipe Hans Adam de Liechtenstein. Todos ellos presenciaron el intercambio de votos de la pareja ante el arzobispo de Malinas-Bruselas.

A pesar del frío y de que algunos periodistas temían que la división política de Bélgica provocara una falta de interés por la boda real, los recién casados fueron vitoreados por un numeroso público mientras eran conducidos de vuelta al Palacio Real de Bruselas entre los gritos de felicidad de la multitud. A primera hora de la tarde, aparecieron en el balcón del palacio, sellando su historia de amor real con un discreto beso ante miles de personas.

La recepción tuvo lugar en el Palacio Real y, por la noche, se celebró otra fiesta en el castillo de Laeken. Desde entonces, Felipe y Matilde han disfrutado de un matrimonio feliz y han tenido cuatro hijos : Elisabeth (2001), Gabriel (2003), Emmanuel (2005) y Eleonore (2008). Tras once años como Reyes de Bélgica, siguen siendo muy populares entre sus súbditos.

22 de noviembre-21 de diciembre

Sagitario

Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, independientes y aventureros. Les encanta viajar y se les dan los deportes de maravilla. No pierden jamás la curiosidad por cómo funicona el mundo, pero a veces pecan de salvajes e indomables y tienden a la incosistencia vital. Ver más

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