Si hacemos recuento de a cuántos photocalls acuden al año cada miembro de la Grimaldi el resultado final nos podría sorprender. Mientras todos nos fijamos en la princesa Carolina , Carlota Casiraghi o si Charlène ha acudido a tal o cual evento, hay una persona en la que nadie se fija pero que siempre está allí, en las sombras: Mélanie-Antoinette de Massy .
En principio, la jerarquía del principado más caro de Europa está clara y sus leyes no escritas dictaminan que las imágenes más importantes y las ocasiones más bling bling reúnen en la foto de familia a la princesa Charlène y el príncipe Alberto con sus mellizos y uno (o los dos) pesos pesados del glamour monegasco: Carolina y Estefanía.
Pero el nuevo papel de Charlène en los photocalls principescos está removiendo esa imagen clásica y poco a poco algunas caras han ido desapareciendo y los Grimaldi menos «valorados» por los paparazzi están cada vez más presentes acompañando a la princesa consorte.
Por eso pudimos ver a Charlène paseando de buen humor con Carlota Casiraghi en la villa navideña el pasado mes de diciembre y por eso poco a poco y foto a foto, el público ha descubierto a la Grimaldi más desconocida de todas: la joven Mélanie-Antoinette de Massy.
Mélanie-Antoinette de Massy es la única hija que el coreógrafo Nicolai Vladimir Costello tuvo con Elizabeth Ann de Massy , la mujer que se convirtió en la prima favorita de Carolina de Mónaco, Estefanía y el príncipe Alberto.
Curiosamente Elizabeth Ann de Massy llegó al mundo en unas circunstancias que sus primas experimentarían en sus propias carnes con la edad: nació fuera del matrimonio.
Por aquella época su madre, la polémica Antoinette Grimaldi , ya había sido perdonada por su hermano el príncipe Rainiero de su intento de arrebatarle el poder y quedarse con Mónaco. De hecho, en virtud de esa reconciliación el príncipe regente le concedió a su hermana el título de baronesa de Massy, apellido que llevan desde entonces sus descendientes.
Antoinette, una vez abandonadas sus ambiciones políticas, se dedicó a su otra ocupación pseudo oficial, escandalizar a la alta sociedad. Se enamoró de un tenista que estaba casado y tuvo una hija con él: Elizabeth Ann de Massy. Como posteriormente Antoinette y su amante se casaron, Elizabeth Ann fue incluida en el listado de personas que podrían heredar Mónaco si Rainiero no tuviera descendencia.
Pero Rainiero encontró a Grace Kelly, Elizabeth Ann se convirtió en la dama de honor de su boda y, para perplejidad y disgusto de su madre y de su abuela (la temible Carlota), siempre se llevó fenomenal con la actriz reconvertida en princesa. Tanto que cuando Grace Kelly falleció, Elizabeth Ann no dudó en convertirse en el apoyo más leal y discreto de sus primos.
Ese papel en segundo plano de apoyo incondicional a los Grimaldi más mediáticos parece que ha pasado de madre a hija y es el mismo que ejerce, hoy por hoy, Mélanie-Antoinette de Massy, la sombra de Mónaco.
Ocupar un lugar en los photocalls no es lo único que ha heredado de su madre. Cuando Elizabeth Ann de Massy falleció en 2020, Mélanie-Antoinette heredó sus cargos como el de Presidenta de la Federación Monegasca de Tenis y como Presidenta del Montecarlo Country Club, sede y organizador de uno de los eventos que más atención, prestigio (y divisas) aportan al principado, el Master de tenis de Montecarlo.
Un paso lógico si se tiene en cuenta que desde 2010 la joven ya se hacía cargo de las veladas benéficas que rodean a la inauguración de evento deportivo (en las que incluso recaudaba fondos para la fundación que lleva el nombre de su tío, el príncipe Alberto, y la causa favorita de su tía la princesa Estefanía, la lucha contra el sida) y en 2014 ya fue admitida en la junta directiva del club como vicepresidenta.
En la misma línea que está siguiendo Camille Gottlieb, Mélanie-Antoinette parece que siempre tuvo una vocación clara hacia las causas filantrópicas. Nació en 1985, fruto del segundo matrimonio de su madre con el bailarín Nikolai Costello (de nombre artístico Lusignan).
La unión de su padres apenas duró un año y la niña siempre se crió con su madre, por lo que aunque en la escuela se la conocía como Mélanie de Lusignan, y en la adolescencia como Mélanie Costello, al «irrumpir» oficialmente en la vida pública monegasca tras pasar por la Escuela Internacional de Mónaco Mélanie-Antoinette decidió adoptar únicamente el apellido materno, de Massy.
Además de trabajar para los intereses Grimaldi y heredar un puesto de honor en el corazón de su tíos principescos, la joven de 38 años ha conseguido lo que parece imposible en Mónaco: llevarse bien con todas las ramas de la familia.
Mélanie-Antoinette se ha criado echándose unos bailes con Andrea Casiraghi en el baile de la Cruz Roja y lo mismo posa con soltura desde 2014 con Gareth Wittstock, el hermanísimo de la princesa Charlène, que acompaña a Carolina de Mónaco a un funeral o es la única Grimaldi presente en la misa de Santa Devota al lado de Charlène. Todo un logro.
20 de enero-18 de febrero
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