Larga melena rubia, mucho carácter y sonrisa contagiosa, cuando una joven Angélica «Queca» Campillo Álvarez recibió la llamada del rey Juan Carlos no se podía creer quien era su interlocutor. El documental de HBO «Salvar al rey» le ha puesto nombre y apellidos a la amiga más íntima y secreta del emérito, la mujer que durante 30 años fue su confidente y le fotografiaba al timón del Bribón.
Cuando Queca Campillo y el rey Juan Carlos comenzaron su relación en los años 80, lo hicieron con la intermediación del jefe de la Casa Real, Sabino Fernández Campo, y en una furgoneta aparcada en el monte de El Pardo.
En aquel momento ella tenía 28 años, estaba casada, licenciada en Filosofía y Letras, ya había ganado el premio nacional de Periodismo, su hija Carmen era un bebé y trabajaba como fotógrafa para el el diario Pueblo. Una joven guapísima tras una cámara en un mundo de hombres. Imposible que no destacara y llamara la atención del monarca.
Nacida en Cáceres en abril de 1950 consiguió su primera cámara de fotos gracias a un concurso de Coca Cola. Pero su primera oportunidad como fotógrafa profesional se la dio su propio marido, el periodista Javier Rodrigo, cuando la nombró sustituta del fotógrafo del Correo de Zamora en los 70. Años después tanto Javier como Queca encontraron un nuevo trabajo en el diario Pueblo.
Una vez que murió Franco, Queca Campillo fue contratada por la revista Tiempo y se convirtió, junto a Marisa Flórez, en la única fotógrafa con acreditación en el Congreso de los Diputados y acceso a la familia real.
Pero además de su brillante currículum como fotoperiodista y su habilidad para «colarse» en los viajes oficiales de presidentes y de los propios reyes (llegó incluso a camuflarse con velo para acceder al palacio donde se alojaban en Arabia Saudí), lo más llamativo de la vida de Queca Campillo fue la cercanía que siempre mantuvo con don Juan Carlos.
En un tiempo en el que no existían los teléfonos móviles ella fue una de las escasas personas que pudo contactar telefónicamente con el rey el día del Golpe de Estado del 23 de febrero. «No te preocupes que todo va bien» fue lo que le dijo el rey.
Al contrario que otras escandalosas amigas íntimas del monarca, Queca conservó una fidelidad a prueba de bombas al rey Juan Carlos hasta el día de su muerte. Tanto es así que actuó en más de una ocasión como defensora de los intereses del emérito ante la prensa.
Cuando los paparazzis captaron al monarca desnudo en la cubierta del Fortuna en un célebre verano mallorquín le encargó a Queca que averiguara cuántos fotógrafos habían captado esas imágenes y quiénes eran.
Esta relación en la que ella hacía «favores» a la casa del rey perduró hasta el final de su carrera. Pero no todos los encargos del monarca trataban de proteger su imagen privada, algunos de sus encargos también cumplían otra finalidad.
Por ejemplo, cuando la infanta Cristina empezó a salir con Iñaki Urdangarin el rey quería boicotear esa relación y para ello le pidió a Queca Campillo que filtrara a otros fotógrafos los lugares donde podían captar a la pareja junta. La idea era que se publicaran las imágenes y generar tal revuelo en los medios que la infanta se desencantara de esa relación.
Pero finalmente el propio rey volvió a llamar a su íntima amiga para parar ese plan. Para entonces la infanta estaba decidida a casarse con el deportista, las fotos en exclusiva no iban a funcionar para disuadirles.
Aunque el rey siempre le prometía que ella era la única, Queca Campillo era muy consciente de que no era así. Pero a pesar de la existencia de otras mujeres en la vida del rey, incluida la también discretísima Marta Gayá , Queca Campillo, que se había convertido en confidente de Sabino Fernández Campos, jefe de la Casa del Rey, nunca sintió amenazada su relación de intimidad con el padre de Felipe VI Hasta que apareció en la vida de Juan Carlos su último amor: Corinna Larsen.
Vídeo. ¿Quién es Corinna?
La irrupción de Corinna lo cambió todo. Por Corinna, y por ninguna otra de sus amigas especiales, el rey quiere divorciarse de la reina Sofía. Y por Corinna, Queca y el rey se acaban distanciando y ella advierte al entorno del monarca «Esta mujer lo va a hundir». No para ahí, Queca Campillo intenta levantar la liebre ante sus compañeros de profesión y les pide que investiguen quién es Corinna, la rubia que siempre está en el séquito del rey.
Queca Campillo murió en 2015 por culpa de un cáncer no sin antes grabar sus memorias en una colección de cintas donde está narrada toda su relación con el rey. Ahora es su hija Carmen, la misma que con nueve años le cogía el teléfono al monarca cuando llamaba a su casa, quien cuenta la historia de su madre en HBO.