Su primer amor, una celebrity casada y la mujer por la que quiso divorciarse de la reina Sofía: las amantes que traicionaron al rey Juan Carlos

El curriculum de relaciones extramatrimoniales del emérito parece tan extenso como la cantidad de traiciones perpetradas por sus amantes.

El rey Juan Carlos en una visita a alemania. Detrás suyo su amiga especial, Corinna Larsen. / gtres

Silvia Vivas
Silvia Vivas

Aunque hubo un tiempo en el que el propio rey Juan Carlos presumía de ser el « Julio Iglesias de la monarquía» por el número de amantes que había acumulado en sus devaneos extramatrimoniales que la alejaban de la reina Sofía , no todas sus aventuras tuvieron un final feliz. Al menos tres de sus amantes le intentaron chantajear.

Entre el listado de las que «traicionaron» su confianza se encuentran su primer amor Olghina di Robilant; su amante casada más mediática, Bárbara Rey y la amante de la que se enamoró y por la que estaba dispuesto a divorciarse de la reina Sofía, Corinna Larsen.

La traición de Olghina di Robilant fue quizá la más patética porque la perpetró cuando su romance ya había caído en el olvido. El emérito y la aristócrata italiana reconvertida en fotógrafa y escritora habían compartido noches de pasión cuando ella era una veinteañera y él un príncipe casadero de 18 años.

La condesa tenía fama de buena amante y un carácter difícil de controlar, una combinación que espeluznaba a la familia real española que en aquel momento aún peleaba por ganarse el beneplácito de Franco.

Como el propio Juanito le reconoció a su amante en una de las numerosas cartas de amor que intercambiaron, lo suyo estaba destinado a no llegar a ningún lado. « Sabes que estoy enamorado de ti como ninguna otra chica hasta hoy. Pero también sabes que, por desgracia, no puedo casarme contigo», le explicaba el entonces príncipe.

El final de la historia oficial es bien conocido, Juan Carlos encontró a la candidata que satisfacía a sus padres en Sofía de Grecia y Olghina hizo honor a su fama de promiscuidad quedando embarazada de un hombre casado con apenas 25 años.

La venganza de la amante que pudo ser reina de España llegó mucho tiempo después. En los años 80 intentó que le publicaran un libro donde contaba sus andanzas con sus amantes reales en sus años salvajes. La biografía incluía, por supuesto, la reproducción de las cartas de amor del joven Juan Carlos de Borbón.

Nadie publicó aquel libro, pero sí una serie de entrevistas en diferentes medios en los que Olghina aseguraba haber sido amante del rey días hasta los días previos de su boda. Finalmente, y de forma misteriosa, las cartas de amor entre los amantes fueron finalmente publicadas.

Más tarde se supo que Olghina se había embolsado ocho millones de pesetas por aquella venta y que previa a aquella traición ante la prensa, ya había sacado tajada de la propia casa real al enviarles las cartas fotocopiadas. Pero el soborno, en este caso, fue apenas una propina: el soborno por su silencio apenas llegó a los 1.000 dólares.

Lo de Bárbara Rey con el monarca parece que fue bastante más lucrativo si hacemos caso de lo que se relata en el libro de El jefe de los espías, de Juan Fernández-Miranda y Jvier Chicote. En dicho libro se explica cómo el emérito confesó a su hombre de confianza, el jefe del CESID Emilio Alonso Manglano, que la vedette le exigía 100.000 pesetas por no hacer circular una imagen en la que aparecía el rey tocándole el pecho.

En 1997 parece que el chantaje fue aún mayor: la ex vedette, casada desde 1980, tenía en su poder tres vídeos de ella misma con el rey, en dos de ellos estaban en la cama. En aquella ocasión consiguió un programa de televisión y, posteriormente, una cuenta en un banco de Luxemburgo a la que se llegaron a transferir 600 millones de pesetas.

Pero sin duda la traición más dolorosa para el monarca por parte de una de sus amantes ha sido la protagonizada por C orinna Larsen, la única mujer que se negó a devolverle millones de euros y le ha denunciado por acoso.

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La misma aristócrata que ahora protagoniza un proceso judicial que podría llevar al emérito ante la justicia en septiembre, antes del incidente de Botsuana era considerada por el propio emérito como la mujer de su vida.

Como afirma Pilar Eyre en una entrevista reciente en La Vanguardia: «Aún en 2019 don Juan Carlos fue a Londres con una excusa para suplicarle que volviera con él. Don Juan Carlos puso a los pies de Corinna todo, puso a sus pies la corona, le dijo que se separaría de doña Sofía y que se casaría con ella. ¿Qué más que eso puede hacer un rey?».

En esta ocasión ni los sobornos, ni la indiferencia ni las amenazas han surtido efecto y parece que la venganza definitiva de la amiga especial del monarca está cerca de cumplirse.