Guapos y de buena familia: quiénes han sido los novios que dejó atrás Tamara Falcó antes de su compromiso con Iñigo Onieva

Acostumbrada a los paparazzis desde que nació, Tamara Falcó ha vivido sus amores y rupturas en público. Romances más o menos mediáticos que a veces eran confirmados por la hija de Isabel Preysler y a veces inventados por la prensa.

Por ejemplo, alguna vez se la vio bien acompañada de Luis Medina, el polémico hijo de Naty Abascal y el difunto duque de Feria, pero jamás se pudo confirmar que existiera entre ellos algo más que una amistad. Pero en el currículum amoroso de Tamara Falcó sí existen algunos nombres confirmados: estos fueron los elegidos (y rechazados) por su corazón antes de que apareciera Iñigo Onieva.

El hijo del arquitecto Alberto Comenge y Mari Luz Barreiros fue el primer novio «oficial» de Tamara Falcó. Ambos eran veinteañeros y corría el año 2004. Formado en las universidades de San Pablo CEU y Harvard, Alberto poseía, además, esa vena solidaria que conquistaría el corazón de Tamara y de su madre a partes iguales.

Los jóvenes se conocían de toda la vida y sus familias también, ambos eran guapos y ricos, se movían en los mismos círculos y la prensa apuntaba a boda aunque ellos no soltaran prenda.

Para disgusto de todos el idilio no sobreviviría y en el verano de 2005 Tamara ya estaba de nuevo soltera y tomando el sol entre Mallorca e Ibiza. A él se le relacionó mucho después con Blanca Romero, pero acabó casándose en 2014 con una arquitecta catalana anónima en una de esas bodas blindadas que solo se puede permitir la alta sociedad.

Bisnieto del fundador de la saga de banqueros la primera vez que se relacionó a Tamara Falcó con Bartolomé Fierro fue casi la última. Todo ocurrió en el verano de 2006 después de que acudieran juntos y se divirtieran en la famosa fiesta Flower Power de Pachá Ibiza.

Tras aquellas imágenes captadas por los paparazzi llegaron un par de viajes más. Pero Tamara, a pie de photocall, desmintió categóricamente que fueran algo más que amigos, aunque nada impedía a la prensa soñar con que la hija de Isabel Preysler acabaría emparentada con el heredero de saga de banqueros.

Tamara estuvo saliendo durante más de tres años con un banquero franco-argentino llamado Marco Noyer al que siguió hasta París y con el que estaba dispuesta a continuar hasta el fin del mundo.

Cuando comenzaron su idilio, Marco Noyer acababa de finalizar sus estudios de empresa y quería realizar un master en Paris. Ni corta ni perezosa Tamara le siguió a la capital francesa. « No conocía París y estoy encantada, es una ciudad impresionante», decía la hija de Isabel Preysler a la prensa en aquel momento.

Fueron los años en los que Tamara Falcó se fogueó como especialista en moda, comenzó a hacer sus pinitos como diseñadora e incluso escribió sobre desfiles y tendencias para a prensa rosa de postín. Entre idas y venidas de Madrid a Francia a Tamara le dio tiempo a conocer y convivir con la familia de Marco.

Los problemas comenzaron tras acabar Marco Noyer su periodo de formación, ese momento en el que le llovieron las ofertas de trabajo en distintas partes del globo. Tantos viajes y tantos destinos hicieron que la relación con Tamara Falcó se enfriara y en 2009 se diera por finiquitada.

Años más tarde, en 2018, Marco Noyer se casó con una riquísima heredera que poco tenía que ver con los Preysler: Bryna Butler. Bryna es la hija del multimillonario Robert T. Butler, presidente de Subaru para Estados Unidos.

La boda con la que celebraron su unión tuvo lugar en Palm Beach y a ella acudieron Alonso Aznar y Vega Royo-Villanova entre otros VIPs patrios mientras Tamara prefería posar en el front row de Loewe.

En 2010 Tamara empezó una relación con el i taliano Tomasso Musini de la forma más tonta: eran compañeros de piso y acabaron siendo pareja. Tomasso llegó a Madrid tras licenciarse en Económicas en Estados Unidos y unos amigos comunes le presentaron a Tamara.

Su historia, como viene siendo habitual en el historial de Tamara Falcó, duró lo justo, pero también como es común en ella ambos han seguido siendo amigos e incluso hoy Tamara falcó comparte alguna que otra misa con Tomasso.

De hecho, cuando se produjo la muerte de Miguel Boyer, Tomasso fue uno de los grandes apoyos de Tamara: « Cuando pasó lo de tío Miguel vino para apoyarme. Le quiero mucho«, explicó la marquesa de Griñón en aquel momento.

Enrique Solís y Tamara Falcó también jugaron durante un tiempo la carta de «lo nuestro es solo una bonita amistad». Él reunía algunas de las características que han adornado a todos los hombres en la vida de Tamara: familia de rancio abolengo y buena percha.

Hijo de Carmen Tello y el marqués de la Motilla, Enrique lo mismo valía para gestionar una cadena hotelera que para ceder su imagen como modelo a una marca de moda masculina y mandarles chistes por whatsapp a la marquesa de Griñón.

Por mucho que dijeran que no había nada entre ellos era difícil no sospechar cuando aparecían juntos en la boda de Miguel Solís en Sevilla, compartían cena de gala en el castillo de Windsor y se iban en el mismo coche tras haber la inauguración de un restaurante (inauguración en la que, por cierto, Tamara presentó a Enrique a su padre, Carlos Falcó).

Fue en el año 2019, tras siete años de soltería, cuando la hija de Isabel Preysler anunció al mundo vía Instagram el nombre de su nuevo flechazo: Iván Miranda. Poco le duró la ilusión porque tres meses más tarde de aquella romántica foto en redes sociales la pareja ya no existía.

Hasta ese momento se habían desvelado pocos detalles de Iván, pero sí que tras dos citas, una misa y ningún beso la marquesa de Griñón ya afirmaba que sentía «mariposas en el estómago». Desafortunadamente las mariposas no sobrevivieron al trimestre y en muy poco tiempo Tamara le confiaba a su círculo más íntimo que no le veía futuro a la relación.

Una lástima porque Iván lo tenía todo para seducir a la marquesa de Griñón y, de paso, a las portadas de las revistas del corazón. Sus padres, Iñigo Miranda y Quiroga y Macarena Álvarez-Pickman Urquijo, tenían relación con la aristocracia española. Era biólogo, guapo, deportista, multilingüe (había nacido en Berna y se educó en el Liceo francés) y compaginaba su carrera con iniciativas solidarias.

Pero ni los viajes a Doha juntos ni la excelente familia de la que provenía el pretendiente pudieron atrapar la atención de Tamara Falcó que nada más anunciar la ruptura iniciaría la gran aventura de su vida (con permiso de Iñigo Onieva): su paso por Masterchef Celebrity.