Qué significa que los padres de Charlène de Mónaco se instalen con ella en el Principado: apoyo, influencia y poder en la sombra

Parece que los padres de la princesa Charlène de Mónaco han decidido mudarse a Mónaco para estar cerca de su hija y ayudarla en su recuperación, que todavía continúa, tras pasar unos meses por una clínica suiza, Paracelsus Recovery. Michael Wittstock, de 75 años, y Lynette Humberstone, de 74, tienen un fuerte vínculo con la esposa de Alberto II, a pesar de que, hasta ahora, han desarrollado sus vidas al margen del Principado.

Sin embargo, parece que no hay nada decidido, ya que los rumores han sido desmentidos por la cuñada de Charlène, Chantell Wittstock, casada con su hermano Sean, que vive en también en Sudáfrica.

Se confirmen o no estos rumores, lo que sí es cierto es que los Wittstock siempre han estado muy pendientes de su hija Charlène, a pesar de la distancia, especialmente en los últimos meses, cuando la princesa quedó aislada en Sudáfrica para recuperarse de un infección otorrinolaringológica.

El padre de la princesa ha aparecido incluso en algunas ocasiones en público junto a su hija y sus nietos, por ejemplo, en el balcón de palacio en el Día Nacional de Mónaco. No así su madre, Lynette, a la que es difícil ponerle cara. Una de las pocas fotografías que hay de ella es de la boda de la princesa.

Sin embargo, parece que esta no sería la primera vez que Lynette se instala Mónaco de forma prolongada. Ya estuvo allí, con su hijo Gareth, durante ocho meses, en una villa en La Turbie, cerca de Montecarlo, tras la boda de su hija.

La enfermedad de Charlène también ha sido una dura prueba para Michael y Lynette, que no pudieron estar cerca de su hija en su convalecencia. Michael Wittstock ha explicado que uno de los motivos fundamentales fue el miedo al coronavirus. «No querían infectarla porque estaba muy vulnerable tras las intervenciones», ha aclarado Wittstock, además de comentar que Charlene «estaba sufriendo una fatiga terrible».

«No podía dormir ni comer bien. Ha perdido mucho peso tras esa etapa, lo que la hace más vulnerable a las enfermedades como el resfriado, la gripe o, Dios nos libre, el coronavirus», reflexiona. En los últimos tiempos, Lynette ha volado frecuentemente a Mónaco para estar junto a ella y sus nietos. Su hermano mediano, Gareth, vive en el principado desde 2011 y está también muy presente en la vida de la esposa del príncipe Alberto.

Michael y Lynette viven en Benoni, un suburbio residencial de la capital sudafricana, donde también se educo Charlène. Michael se dedica a la crianza de caballos de carreras para las competiciones hípicas sudafricanas, junto a otros socios, y ha podido celebrar más de una victoria. La más reciente, la de Arabian Sky, que compitió en agosto de 2022.

Los padres de Charlène decidieron mudarse a Sudáfrica desde Zimbabue, donde nació la princesa, en 1989. Tenía entonces 11 años. Michael, trabajó durante años en el sector privado, como directivo de ventas. Y Lynette ha sido buceadora profesional e instructora de natación, un deporte que inculcó desde niña a su hija.

Ambos la apoyaron firmemente en su carrera como nadadora. Michael Wittstock, la acompañaba a todas las competiciones. Fue él quien hizo las primeras declaraciones cuando Charlène enfermó, asegurando que su pasado como deportista siempre la ayudará a superar las dificultades. «Solía nadar 20 kilómetros al día. Sabiendo lo duro que entrenaba entonces, sé que podrá superar esto y saldrá mucho más fuerte», declaró en una entrevista para una revista sudafricana.

El padre de la princesa revelaba también que él y su mujer mantienen una «gran relación» con la familia principesca a pesar de vivir lejos: «Hablamos regularmente por teléfono, y también llamamos mucho a los gemelos».