Xisca Perelló y Rafa Nadal, en los Premios Laureus. /
Es de sobra conocida la excelente relación que Rafael Nadal mantiene con distintos miembros de la familia real española, especialmente con el rey Juan Carlos, cada vez más presente en España . Desde que empezó su competición en el que será su último Master 1000 de Madrid hemos visto pasar por las gradas no solo a numerosas celebrities que han querido mostrarle su apoyo incondicional y rendirle tributo, sino también a Felipe VI y la infanta Elena, completamente recuperada de su reciente lesión y operación de cataratas.
La llegada de Felipe VI a la Caja Mágica se produjo en un partido clave que algunos daban por perdido antes de jugado, pues el campeón de Manacor se enfrentaba al australiano Alex de Miñaur, que ya le había derrotado en el Conde de Godó, en Barcelona, la semana anterior. En la retransmisión de TVE ya se dejaba claro que podía ser su último encuentro sobre la arcilla de la Caja Mágica y eso explicaba la presencia de Felipe de Borbón, que vivió con entusiasmo su brillante victoria.
Rafa Nadal y su mujer, Xisca Perelló, que son muy famliares , están disfrutando de este torneo con el hijo de la pareja , al que han podido ver en directo precisamente los dos miembros d e la familia Borbón y Grecia ya mencionados. Una presencia, por cierto, que ha llenado de emoción al mejor tenista español de todos los tiempos, como ha declarado en Tennis Channel: «Que mi hijo esté en pista viéndome jugar es un sentimiento no comparable a cualquier otro».
La relación del matrimonio Nadal-Perelló con la familia real viene muy de atrás. Prueba de ello es que los reyes Juan Carlos y Sofía acudieron a su boda en Sa Fortalesa, en un momento delicado de imagen para el rey emérito, cuyos escándalos personales y financieros acabaron derivando en un exilio voluntario en Abu Dabi en agosto del año siguiente. Los reyes, más allá de sus discrepancias personales y de que hacían vidas separadas, estuvieron presentes en el enlace en buena sintonía.
De igual manera que Felipe VI acudió al mencionado partido en Madrid, en la siguiente ronda estuvo presente una muy entusiasta infanta Elena, que charló animadamente con Xisca Perelló, la mujer del que fuera número 1 del mundo. Sin duda, su bebé era protagonista de todas las miradas, y no solo está teniendo en estos días la oportunidad de ver jugar a sus padres sino de conocer a numerosas personalidades de nuestro país que no se han perdido la que también es una de las grandes citas sociales de la capital.
Xisca Perelló y la infanta Elena, en el torneo madrileño. /
Sin duda, la amistad entre Rafael Nadal y Juan Carlos I se ha basado siempre en un respeto y una lealtad mutuas. El ahora rey emérito estaba en las gradas de Roland Garros para felicitar en 2005 a un jovencísimo tenista que ganaba por primera vez su grand slam fetiche. Las imágenes hablaban por sí solas. El padre de Felipe VI estaba pletórico con la memorable victoria de la incipiente leyenda del tenis.
Al año siguiente, cuando Nadal fue reconocido en los Laureus World Sports, el rey Juan Carlos y el tenista se fundieron en un abrazo que no entendía de protocolos. Había un afecto real (y no es un juego de palabras). Podríamos poner numerosos ejemplos de índole deportivo y extradeportivo, como sus cenas rodeados de amigos en Puerto Portals, en Mallorca. Especialmente bonito fue el encuentro en Zarzuela del monarca con el equipo español que acababa de ganar la Copa Davis en 2012. Nadal estaba al borde las lágrimas.
En momentos muy bajos del rey Juan Carlos, en Abu Dabi y protegido por una mascarilla en tiempos del coronavirus, el monarca no se perdió un encuentro de exhibición del manacorí frente a Andy Murray. Apenas se habían mostrado algunas instantáneas fugaces del abuelo de la princesa de Asturias y su presencia en las gradas del Tennis Centre fue una muestra más de cariño mutuo. Antes de ese encuentro habían estado cenando juntos.
Otra prueba importante de su enorme amistad son las contundentes declaraciones a Il Corriere della Sera de Rafa Nadal en defensa del monarca en noviembre de 2020 en las horas más bajas del monarca: «Puede que se haya equivocado, pero hay que recordar siempre lo que ha hecho por España».