La complicada y distante relación de Rafael Medina con su padre, el Duque de Feria: escándalos insalvables, tragedias familiares y mala reputación

Rafael Medina el hijo mayor de Naty Abascal y el Duque de Feria reconoce que la relación con su padre fue muy difícil debido a los escándalos.

Rafael Medina heredó el título de Duque de Feria de su padre. / ABC

Elena Castelló
Elena Castelló

Rafael Medina Abascal (hermano de Luis Medina ), es el primogénito de Naty Abascal y de Rafael Medina, duque de Feria, grande de España, siempre tuvo claro, desde el momento en que heredó el título de su padre, en 2002, que su obligación era engrandecerlo. A sus 41 años, se ha convertido en un experimentado empresario del mundo de la moda, marido de la también empresaria de moda Laura Vecino y en padre ejemplar de sus mellizos Rafael y Laura.

Pertenece a una de las grandes casas ducales españolas, los Medinaceli , los mayores propietarios de España, en los años treinta. Sin embargo, las cosas no están siendo fáciles para el actual Duque de Feria. Primero estalló una guerra interna en la familia, que saltó a los tribunales, contra su tío, el Duque de Segorbe, por la herencia de su abuela, la XVIII duquesa de Medinaceli, Victoria Eugenia Fernández de Córdoba y Fernández de Henestrosa.

Pero cuando parece que este litigio puede estar llegando a su fin, Rafael se enfrenta al escándalo provocado por la denuncia de la Fiscalía Anticorrupción contra su hermano Luis Medina y su socio, Alberto Luceño, por delitos de estafa agravada, falsedad en documento mercantil y blanqueo de capitales.

La justicia los acusa de inflar los precios de forma injustificada para cobrar comisiones millonarias por el material sanitario importado de Malasia en los primeros meses de la pandemia. Ambos socios se repartieron seis millones en comisiones y trataron de blanquear el dinero comprando bienes de lujo. El juez reclama a Luis Medina casi 900.000 euros de fianza por alzamiento de bienes.

Rafael siempre tuvo buena relación con su hermano. Ambos se han apoyado siempre el uno al otro, pese a tener caracteres distintos y haber seguido trayectorias muy diferentes. Rafael, le cedió, hace unos años, a Luis uno de sus títulos, el de marqués de Villalba. Sabía que le hacía mucha ilusión. Pero si algo les ha diferenciado es la relación que cada uno tuvo con su padre, Rafael Medina Villalonga, un hombre educado en la London School of Economics, en Inglaterra, simpático y bromista, que arrastraba un trastorno bipolar que le sumergía cada tanto en la depresión.

Estuvo internado varias veces en la clínica de Navarra y en Sevilla. Fue un empresario con visión que desarrolló los negocios familiares, hasta que su adicción a la bebida y a las drogas y a las malas compañías le llevaron a protagonizar uno de los escándalos más impactantes de la sociedad española de los noventa.

La separación de Rafael Medina y Naty Abascal, en 1988, ya fue un trauma para los dos hermanos, que estudiaban en el exclusivo colegio Alminar de Sevilla. Su madre los cambio a un internado en Badajoz. Entonces llegó la detención de su padre acusado de secuestro, corrupción de menores y tráfico de drogas y su ingreso en la prisión de Sevilla. Rafael y Luis se distanciaron de él. Naty los matriculó en un internado en Estados Unidos, para alejarlos del escándalo familiar.

Una época muy dura para ambos hermanos, aunque los fines de semana los pasaban en el apartamento neoyorkino de Carolina Herrera y su marido. Su padre fue finalmente condenado a nueve años. Luis empezó a escribirse con él. Rafael, sin embargo, estuvo seis años, entre 1993 y 1999, sin verle y cerca de tres años sin hablar con él. Luis regresó a Madrid, a un internado en El Escorial, y más tarde logró que su madre le dejara volver a Sevilla, en la primavera de 1998, cuando su padre acababa de salir de prisión. Luis quería conocerlo y estar con él. Se instaló con él. En esa época, lo salvó de un intento de suicidio.

Rafael, sin embargo, siguió en Estados Unidos. Se matriculó en una prestigiosa Universidad, la American University, en Washington. Estudió Gestión y Administración de Empresas. Trabajaba como portero de discoteca para sacarse un dinero. Solo volvió a ver a su padre en el verano de 1999, cuando regresó a Sevilla para las vacaciones. El reencuentro fue muy emotivo para padre e hijo.

Rafael estalló en lágrimas. Según confesaba a la revista Vanity Fair, se arrepiente de no haber pasado más tiempo con su padre, que vivía en una gran soledad. Le hubiera gustado entender lo que pasaba desde mucho antes, haber hablado con él mucho más, pero Rafael sentía miedo, por todo lo que oía. El 4 de agosto de 2001, cuatro días antes de cumplir 59 años, el duque de Feria moría en la Casa de Pilatos, el palacio familiar. Rafael decidió entonces volver a España, a Madrid, para estar cerca de su hermano Luis.

En mitad del escándalo que afecta a su hermano, Rafael Medina ha pedido que se deje actuar a la justicia. Discreto, serio y tímido, Rafael siempre ha llevado una vida discreta, alejada de los medios. Su estabilidad personal contrasta con la de su hermano menor, que tras varias relaciones, no ha conseguido asentarse sentimentalmente. Las comparaciones son fáciles y muchos ven en Luis la estampa de su padre. Pero Luis cuenta con el apoyo de su familia, algo que su padre nunca tuvo.

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