Máxima Zorreguieta, argentina monarca de los Países Bajos; Claudia Echavarría, princesa colombiana de Liechtenstein; Sassa de Osma y su impresionante boda limeña con un Hannover; la Gran duquesa María Teresa de Luxemburgo y sus orígenes cubanos; Margarita Vargas y el duque de Anjou … Contamos con muchos ejemplos de príncipes que han buscado a su princesa al otro lado del océano, ¿pero qué pasa con ellas?
Este año, por fin, y gracias a una princesa europea, Carlota María de Borbón Parma y a la hija mayor de Rania de Jordania , la princesa Imán, podemos declarar que se ha abierto oficialmente la veda de buscar pareja más allá de Ginebra para las royals del mundo y es que a ellas parece que también les gustan los latinos.
Esa veda, en realidad, ya la abrió en 1970 la princesa María Beatriz de Saboya (más conocida como Titi y primer amor del padre de Paloma Cuevas ) al casarse con un argentino, pero quedó abandonada desde su enlace quizá porque su matrimonio fue de los más desastrosos que se recuerdan.
María Beatriz de Saboya, hija de los últimos reyes de Italia y encarnación del mito de royal rebelde (sus excesos eran legendarios) fue una pionera en cuanto a emparentar con plebeyos, en general, y del continente americano en particular.
Tras algunos noviazgos polémicos decidió casarse por lo civil con un diplomático argentino llamado Luis Rafael Reyna. Al novio no le quedó más remedio que aceptar: la princesa se tiró desde un segundo piso la primera vez que le dijo que no quería casarse con ella. Finalmente la pareja se casó en México, vivió en Argentina, tuvo tres hijos y sufrió un calvario que no le deseamos a las nuevas parejas que se han formalizado este año.
La primera en encontrar la pareja ideal en alguien que proviene de más allá de la línea del horizonte ha sido la princesa María Carlota de Borbón-Parma. Ell pasado 18 de junio la royal se casó por lo civil y vestida de amarillo con el guatemalteco Javier Valladares Urruela. El 25 de junio de 2022 se casó de nuevo, esta vez ante 350 invitados y con un vestido blanco nuclear, en la iglesia francesa de Saint-Aubin de Tourouvre.
La pareja se conoció en España, gracias a la proverbial intervención de Jaime de Borbón y Landaluce, duque de Noto, y anunció su compromiso el año pasado. El novio cuenta con todo lo que una royal necesita para presumir: es guapo, hijo de diplomáticos y con un escándalo familiar en su currículum para dar algo de salseo al matrimonio.
El padre de Javier Valladares Urruela ha sido embajador en Londres y su madre, Marina Raquel Urruela Prado, también es diplomática así como su abuelo paterno que ha desempeñado labores de embajador ante la Santa Sede. El propio Javier ha seguido la carrera diplomática y es uno de los secretarios de la embajada de Guatemala en París.
Como la boda del guatemalteco con la princesa no ha acumulado tantos titulares como el vestido de la novia merecía nos hemos quedado sin saber si asistió al evento el hermano del novio, Acisclo Valladares Urruela, ex ministro de Economía y señalado por el Gobierno de Estados Unidos como el responsable de blanquear más de 10 millones de dólares provenientes del narcotráfico.
Para aclarar esta acusación (y porque estaba en busca y captura por la Interpol) el exministro se entregó el 22 de octubre del 2020 en un juzgado de Florida en Estados Unidos. Lo único que se sabe de él desde entonces es que estaba en arresto domiciliario.
Seguramente la próxima boda princesa-latino tenga bastante menos anecdotario, habida cuenta de que la que se casa es la hija mayor de Rania de Jordania, la princesa Imán, de la que se tienen tan pocos datos como de su novio venezolano: Jameel Alexander Thermiotis.
El compromiso nos ha dejado a todos sorprendidos (al fin y al cabo la muchacha solo tiene 25 años y no se la conocía ninguna relación) pero lo hecho, hecho está. Mediante un escueto comunicado la casa real jordana ha anunciado que la fiesta de compromiso se celebró el 5 de julio ante la reina Rania, su esposo el rey Abdalá, el heredero del trono, los demás hermanos de la novia y los padres del novio.
Jameel Alexander Thermiotis es venezolano y tres años mayor que la princesa. Trabaja en Nueva York en finanzas y todo el mundo sospecha que la pareja se conoció en la ciudad estadounidense ya que la princesa cursó un máster de Administración de Empresas en la Parson 's School of Design neoyorquina.
Ni Google ni nadie ha podido conseguir más información sobre el futuro príncipe consorte, pero seguro que la familia real hachemita se ha dedicado a mirar escrupulosamente su árbol familiar antes de consentir la unión, al fin y al cabo aún colean los daños causados por su propia revuelta familiar de hace apenas un año.
20 de enero-18 de febrero
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