reyes sin corona De Pablo de Grecia y Marie-Chantal Miller a los Borbones franceses: todos los monarcas sin trono de la realeza europea

La muerte de Constantino de Grecia , el último rey griego, deja a Pablo de Grecia (y a su mujer Marie-Chantal ), en el difícil papel de ser herederos de un trono que no existe y cabezas de una casa real que no ejerce como tal.

Por supuesto, no son los únicos en Europa que continúan formando parte del complejo organigrama nobiliario europeo a pesar de no dirigir ningún país ni coronarse jamás.

Ya sea por haber perdido el trono, como le sucedió a Simeón de Bulgaria , o porque han heredado un reino que no existe desde hace siglos, como le sucede al pretendiente eterno al trono francés, Luis Alfonso de Borbón, los bailes de debutantes y bodas reales cuentan siempre entre sus invitados con algunos de estos reyes sin corona.

Leka I de Albania fue coronado rey en una habitación de hotel y ante una corte muy exigua de exiliados albaneses. Tenía 22 años y jamás había pisado su país. Aún así, recuperar su trono, que había sido arrebatado a su padre el rey Zog I por Mussolini y los SAboya se convirtió en su meta en la vida.

El actual príncipe Leka es el único hijo que tuvo el primer rey Leka con su mujer, Susan Barbara Cullen-Ward, que murió en 2011 después de protagonizar polémicos episodios, como cuando se presentó armado en una plaza de Tirana en 1993 dispuesto a realcmar su trono. Le expulsaron de Albania (y ese era el tercer país que lo expulsaba tras la expulsión de España y de Rodesia).

Mucho más tranquilo que su progenitor, Leka II ha conseguido muchas de las metas que tuvo su progenitor pero sin montar escándalo (ni lograr una corona). En 2002 la familia real albanesa pudo volver a su país de origen y Leka II ha trabajado en varias ocasiones como asesor de varios ministerios albaneses.

Su momento cumbre en las páginas de la prensa rosa lo protagonizó en 2016 cuando se casó con una actriz albanesa llamada Elia Zaharia que ascendió a la categoría de princesa gracias a una ceremonia que se celebró en la capital albanesa ante la atenta mirada de la reina Sofía.

Cuando en tu árbol familiar se unen Franco y Alfonso XIII no te queda más remedio que reclamar, como mínimo, un trono. Eso es lo que le sucede a Luis Alfonso de Borbón (Louis de Bourbon en Francia), el hijo de Alfonso de Borbón Dampierre y Carmen Martínez-Bordiú.

A pesar de tener un felicísimo matrimonio con Margarita Vargas y una vida como empresario con mil activos distintos en su cartera, el duque de Anjou no se olvida de celebrar cada año una Santa Misa en el Palacio Nacional de los Inválidos, en París, para honrar a su antepasado, el rey Luis XIV (y de paso recordar a todos que es el legítimo heredero de un trono que no existe).

Mientras espera convencer a los franceses de que cambien la república por la monarquía, Luis Alfonso de Borbón hace juegos de cartas destinados a dar a conocer su estirpe y acude a bodas de otros royals sin corona, como Jorge Románov.

Margarita de Rumanía se convirtió en reina automáticamente cuando murió el anterior rey rumano y gracias a su tesón y buen hacer ha logrado que Rumanía le reconozca su título de majestad.

Por su parte, Margarita de Bulgaria prefiere con mucho su puesto indiscutible como jefa de la Casa Real rumana que el de reina que le corresponde desde el fallecimiento de su padre en 2017, el rey Miguel de Rumanía. Una intención, la de no pretender el ficticio trono rumano, que dejó claro desde que fue proclamada princesa heredera en 2007.

La familia real rumana regresó a su país en 1997, tras un exilio de más de 40 años, pero durante todos esos años Margarita consiguió hacer su propia vida de una forma única y original.

Fue una de las supuestas novia de Carlos III durante un breve impass, amante del primer ministro Gordon Brown (cosa que descubrió la madre del político) y acabó casada con un actor (para disgusto de su padre). Hoy es una de las personalidades públicas más valoradas de su país, y aunque se prodiga poco por los saraos royal la pudimos ver en el Jubileo de Isabel II.

Jorge de Rusia y Rebeca Bettarini (rebautizada como Victoria Romanovna tras su boda) protagonizaron el momentazo imperial zarista del siglo al casarse en la Catedral de San Isaac de San Petersburgo en octubre de 2021.

Poco hay que decir de los Romanov derrocados en 1917 que no se sepa ya, quizá el vínculo que poseen con España: su heredera última, María Vladimirovna nació en Madrid en 1953. La misma mujer que creció al amparo de la familia real española, se codeó con el exiliado Simeón de Bulgaria y acabó auto proclamándose zarina en 1992, cuando murió su padre Vladimiro Kirílovich de Rusia.

Se puede considerar que esa ha sido el único movimiento «político» de su vida. Los Romanov pueden visitar Rusia, pero no se les reconoce su estatus. A pesar de ello la boda de Jorge de Rusia fue todo un acontecimiento en la que el gobierno ruso cedió todo un museo para que los recién casados festejaran su enlace junto a sus más de 500 invitados.

Manuel Filiberto de Saboya es el nieto del último rey de Italia, Humberto II. Pero para el público habitual de la televisión italiana es mucho más que eso: un personaje con pedigrí nobiliario que lo mismo presenta programas que participa en realities o hace de jurado en concursos.

En el país que aspira a gobernar de una forma u otra, Manuel Filiberto es conocido con el sobrenombre de «príncipe de la pasta», por sus negocios en la hostelería. Para conseguir su objetivo de no perder renombre Manuel Filiberto está dispuesto a todo, incluso a hacer todo tipo de incursiones en la política nacional.

Intentó ser eurodiputado en las elecciones de junio de 2009 tras un sonoro fracaso en las elecciones italianas de 2006 (en las que solo consiguió 4.000 votos). De nuevo intentó hacerse un hueco en la política italiana creando en plena pandemia una asociación llamada Realtá Italia que aspiraba a convertir en un futuro cercano en partido político.

De momento Manuel Filiberto continúa sin corona, política o real, lo que sí cumple es con uno de los requisitos favoritos de los reyes sin corona de Europa: está casado con una actriz, la bellísima Clotilde Courau.