Cumplir años siendo reina no es sencillo porque la agenda institucional y la privada se solapan de una forma confusa. Aunque a veces el resultado de esta fusión es agradable, como cuando la reina Letizia acudió en su 44 cumpleaños a la inauguración de la temporada del Teatro Real y la monarca fue agasajada con un inesperado y orquestal Cumpleaños feliz. Este año se fenfrenta a una cifra importante: hoy la reina Letizia cumple 50 años.
Este año post pandémico todo apuntaba a que sería un buen cumpleaños para Letizia que parecía dispuesta a celebrarlo justo como más le gusta: con la agenda despejada, ofreciendo un aperitivo en Zarzuela para los miembros de la Secretaría de la Reina y con la posibilidad de reunirse más tarde en privado con su marido y su hija, la infanta Sofía.
Además coincidía otra circunstancia que facilitaba aún más la privacidad del «núcleo duro» de la familia real española: la reina Sofía tiene una completa agenda prevista para hoy 15 de septiembre en el otro extremo del globo terráqueo, concretamente en la ciudad de Nueva York.
Podemos deducir por los huecos en las agendas que, en principio, para celebrar los 50 la reina Letizia se planteaba un plan muy parecido al ya disfrutó al celebrar los 49: una cena junto a su esposo y la infanta Sofía en un restaurante de la capital.
El año pasado fueron sorprendidos disfrutando precisamente en esa fecha y con ese plan en un restaurante hindú. El trío royal consumió su menú de arroz, tikka masala y samosas casi en soledad, posó con mascarillas con los dueños del local y se marchó tranquilamente.
Tras filtrarse las imágenes de la cena en las redes sociales todos respiraron tranquilos: habían quedado atrás los cumpleaños convulsos, esos 15 de septiembre en los que la prensa sacaba la artillería pesada y reunía en sus artículos todas las meteduras de pata de la reina en público y en privado.
Porque desde que en 2003 Letizia Ortiz entrara a formar parte de la familia real española el sobre análisis de cualquiera de sus gestos se ha exacerbado cada vez que entonaba el cumpleaños feliz. Como cuando cumplió 40, todavía era princesa y los nuevos retratos suyos que difundió la Casa Real fueron criticados.
O como cuando cumplió los 46, ya era reina, y todo el mundo aprovechó su día para recordar hasta la saciedad lo que había sucedido en marzo en Palma (en aquella ocasión Jaime Peñafiel llegó a decir « O Felipe se divorcia o Letizia se carga la monarquía»).
Con los 47 no llegó la calma: su cumpleaños fue la excusa para poner en televisión en bucle las imágenes de la reina abroncando a su escolta por no avisarla de un escalón que estuvo a punto de hacerla caer al suelo durante una visita oficial a Sevilla.
Parecía que este año, que la reina cumple 50, la Casa Real intentaba aprovechar el 15 de septiembre para relanzar la imagen de la monarca en una campaña sin precedentes hasta ahora en la prensa por el buen rollismo que desprende.
Desde la portada del Point de vue francés a los reportajes que se han publicado estos días en cabeceras nacionales al especial que está preparando Telecinco sobre la reina, este año todos los medios difunden, curiosamente, el mismo mensaje, el de que la reina ha dejado atrás torpezas, es el mejor apoyo del rey y por encima de todo no desea ser una «mujer florero».
Y mientras los medios hablan, la reina tenía pensado hacer este jueves lo que más le gusta, cenar con su familia, tranquilamente, lejos de su familia política, las cámaras y los actos públicos. Pero la realidad royal y su posición como reina se ha impuesto a sus deseos.
La muerte de la reina Isabel II ha precipitado una nueva crisis en el horizonte de los Borbones: los eméritos han confirmado su asistencia al funeral del próximo lunes en Londres lo que supone una nueva reunión familiar indeseada para todas las partes después del desagradable capítulo de la visita sorpresa a Sanxenxo.
Lo que iba a ser una celebración tranquila y marcaba el inicio de una campaña para afianzar la buena imagen de la reina Letizia se ha convertido de forma inesperada en un nuevo problema a la vista. El día 15 habrá más titulares sobre cómo recibirá Letizia a su suegro que sobre su último viaje oficial en solitario. Tenemos cero dudas.