La infanta Sofía acompañada de su abuela. /
La boda de la reina Letizia con el entonces príncipe Felipe, el 22 de mayo de 2004, supuso para la familia Ortiz Rocasolano una gran revolución y un cambio drástico en su estilo de vida. Pasaron, en un día, del total anonimato a ser perseguidos por la prensa y, durante muchos años, a estar, sin quererlo, en el centro de algunas polémicas.
La foto del 3 de noviembre de 2003, en la petición de mano de los reyes, inmortalizó a ambas familias, los Borbón y los Ortiz Rocasolano, sonrientes y relajados, pero dio paso a años de inquietud y de polémicas. Dieciocho años después de aquellas instantáneas, cuando la reina está a punto de cumplir 50 años y ocho en el trono, la existencia de los Ortiz Rocasolano parece haberse tranquilizado, aunque en estos años han pasado por duros momentos y han tenido que mantener la calma, contra viento y marea, para proteger a doña Letizia .
Quizá la que más cambios ha sufrido en estos años y parece por fin haber alcanzado la estabilidad es la hermana de la reina, Telma Ortiz. Telma oficializó su última relación con el abogado irlandés Robert Gavin Bonnar, exmarido de la violinista de The Corrs, Sharon Corr, en la entrega de los premios Princesa de Asturias de 2020, en el Teatro Campoamor de Oviedo.
Telma Ortiz y su pareja, el empresario Jaime del Burgo. /
Sonriente, se dejo fotografiar con su nueva pareja, algo poco habitual en Telma, que llamó mucho la atención. Se mostraba feliz, mucho más que en cualquier momento de la década anterior. Quiso compartirlo con su hermana y con su familia. En 2014 se separaba del empresario Jaime del Burgo, tras dos años de matrimonio, oficializado en una intima ceremonia en el monasterio de Leyre.
Desde entonces no se le había conocido ninguna pareja. En el otoño de 2020 se mudó a Madrid, tras vivir varios años en Barcelona, en Filipinas, como cooperante, en Toledo, Nueva York o Andorra. Ella, su pareja y su hija Amanda, junto con los dos hijos de su pareja, viven en una casa del barrio madrileño del Soto de La Moraleja.
Vídeo. Quién es quién en la familia Ortiz Rocasolano /
En agosto de 2021 nacía su segunda hija, Eirin. Telma Ortiz consiguió que su embarazo pasara inadvertido totalmente hasta poco antes de dar a luz, cuando unas imágenes publicadas por la revista Semana desvelaron su estado.
Lejos queda el pleito que interpuso contra 50 cabeceras de prensa, en 2008, «por el insoportable y permanente acoso de la prensa» y que perdió. Entonces acababa de ser madre de su primera hija, Amanda, con su pareja Enrique Martín-Llop. Consideraban que no eran personajes famosos y solicitaban al juez que se prohibiera «captar, publicar, distribuir, difundir, emitir o reproducir imágenes suyas«.
El juez lo consideró inviable y fueron condenados a pagar las costas, unos 60.000 euros. Ambos aseguraban que corrían peligro físico al igual que su hija recién nacida. La pareja se separaría poco después y Telma se trasladó a Barcelona.
Su vida profesional también fue agitada. Licenciada en Economía, cuando saltó a la actualidad era cooperante de Cruz Roja en Filipinas. Más tarde, empezó en la escuela de negocios ESERP, tras trabajar en el Ayuntamiento de Barcelona. La menor de las Ortiz dirige hoy el departamento de obra social de la empresa, ya instalada en Madrid.
Paloma Rocasolano, la madre de doña Letizia, una mujer muy paciente y cordial. /
Paloma Rocasolano, la madre de la reina, siempre se ha distinguido por su paciencia y su cordialidad con los medios. Lleva una vida tranquila desde que se jubiló, hace cuatro años, de su puesto en el Sindicato de Enfermería.
Siempre ha estado cerca de doña Letizia y se ha encargado de cuidar a la princesa Leonor y a la infanta Sofía cuando sus padres salían de viaje al extranjero. También se ha encargado de cuidar a Amanda, la hija de Telma, en algunas épocas, especialmente cuando la hermana pequeña de doña Letizia vivía en Barcelona.
Hoy pasa el tiempo entre el palacio de La Zarzuela, la residencia de Telma y su casa, situada en la zona de Arturo Soria, la misma a la que se mudó cuando sus hijas se independizaron. En estos años ha cambiado bastante su aspecto, como consecuencia de varios retoques estéticos.
Paloma ha sido quizás quien más ha sufrido en este tiempo, por la muerte de su hija Érika. Pero ha rehecho su vida sentimental gracias a Marcus Brandler, un empresario británico nacido en Nigeria, que la acompañó en los últimos Premios Princesa de Asturias. La pareja lleva cinco años de relación, y parece que se conocieron gracias a Telma Ortiz, que los presentó. Fue el encargado de organizar el 70º cumpleaños de Paloma, al que asistió toda la familia.
Jesús Ortíz, el padre de la reina, y periodista como ella, apenas ha cambiado en estos años. Su primer paso como familiar político de don Felipe fue algo controvertido: siempre será recordada su intervención en un programa del corazón de la televisión, en el que habló sin rodeos sobre la gran noticia de esa noche, el compromiso de su hija Letizia con Felipe de Borbón.
Sin embargo, tras aquel momento, no volvió a recuperar la discreción y ha, desde entonces, ha huido de las preguntas de los reporteros. Hubo un tiempo en el que confesó que se vestía de la misma forma todos los días para que sus fotos parecieran todas hechas en el mismo momento.
Le afectaron mucho los comentarios y las medias verdades que se dijeron sobre su familia y optó por el hermetismo. Sigue viviendo con su segunda esposa, Ana Togores, en Madrid, en Pozuelo de Alarcón. La reina acudió con el rey a su boda. A sus casi 70 años jubilado de la consultora de comunicación en la que trabajó desde hace más de 20 años.
La abuela de la reina, experiodista radiofónica, y uno de sus mayores apoyos, siguió viviendo sola en su casa de Sardeú, cerca de Ribadesella, pero su hijo Jesús estuvo siempre pendiente pendiente de ella hasta el último momento.
La madre de Jesús Ortiz siempre se ha llevado muy bien con Paloma, la que fuera su primera nuera y madre de la reina. El abuelo paterno de doña Letizia murió en el año 2015, y su abuela Menchu lo hizo el pasado verano. La bisabuela de la princesa Leonor y la infanta Sofía siempre se caracterizó por su personalidad cercana y espontánea. Todos la recuerdan por su lectura en la misa de la boda de los reyes.
La madrastra de la reina, Ana Togores, no pudo ir a la boda de los Reyes, en 2004, porque no estaba casada todavía con el padre de Letizia, pero luego ha estado presente en numerosos actos familiares y oficiales, como el inicio de Leonor como Princesa de Asturias en Covadonga en 2018.
Sonriente y discreta, Ana Togores, sin embargo, siempre ha ocupado un papel secundario y ha preferido mantenerse en la sombra. Es periodista de profesión como doña letizia y conoció al padre de la Reina en Estudio de Comunicación, la consultoría en la este trabajaba.
En 1999 accedió al Consejo General del Notariado de España, donde ejerce como directora de comunicación. Su primer acto oficial fue la comunión de Leonor, al que asistió como invitada, y también a la de Sofía que tuvo lugar dos años después.
La familia de la reina ha permanecido siempre unida en los momentos duros, como la muerte de su hija pequeña, Érika. Fue el peor golpe para la familia. El 7 de febrero del año 2007, Érika Ortiz decidió quitarse la vida en su domicilio de Madrid con solo 31 años de edad. La joven dejaba huérfana a su única hija, Carla Vigo. La joven se está labrando un futuro en el mundo de la interpretación, su sueño desde que era pequeña.
Carla Vigo, hija de Érika Ortiz, la difunta hermana de doña Letizia. /
Carla no suele hablar de su familia materna, e intenta hacer su vida al margen de las críticas que recibe en redes sociales por alguna que otra aparición en prensa. Doña Letizia la ha cuidado y la cuida como si se tratara de una de sus hijas.
Pero si ha habido un apoyo incondicional en la familia de doña Letizia, ese ha sido el de sus abuelos maternos, Francisco y Enriqueta. Enriqueta falleció el pasado 2008, y su abuelo Francisco, taxista de profesión, en 2015. Era un hombre espontáneo y natural, que enseguida llamó la tención de los medios. La muerte de ambos, fue un duro golpe para la mujer de Felipe VI, ya que eran dos pilares fundamentales para ella.
El verso suelto de los Rocasolano es, sin duda, el primo de la reina, David Rocasolano, autor de una biografía, «Adios Princesa», llena de indiscreciones que no gustó nada en Zarzuela, sobre todo a su protagonista, doña Letizia.
Una de las reflexiones de este libro asegura que la familia plebeya de la Reina se dejó «arrollar por los Borbón» en silencio. Sin embargo, quizá más destructor que formar parte de la familia política de los Borbón sea el desvelar secretos de familia que, ellos sí, pueden destruir y hacer daño.