Ni se confirma ni se desmiente el «Tú a Boston, yo a California» de la reina Letizia y sus sobrinos Urdangarin y Marichalar, pero hace mucho que no se les ve juntos. Esta misma semana saltaba la liebre de que al menos dos de los hijos de la infanta Cristina y los vástagos de la infanta Elena se encontraban en Marivent junto a la reina Sofía.
Ahora la duda es si se quedarán allí compartiendo espacio vital y piscina cuando la reina Letizia y sus hijas la princesa Leonor y la infanta Sofía lleguen a Son Vent este mismo viernes.
Atrás quedaron las imágenes de la reina Letiza, entonces princesa, navegando en el yate de los Borbón con Victoria Federica en su regazo. Casi tan alejadas en el tiempo como los retratos de la reina Sofía saliendo de compras o de restaurantes por Mallorca rodeada de todos sus nietos, un «paripé» que no se ha repetido desde los tiempos del caso Nóos.
Tan complicada es la situación de la reina al llegar a Mallorca como la del propio rey Felipe VI. Antes de los escándalos y los autoexiliados en Abu Dabi, el hijo de la reina Sofía disfrutaba con la presencia de sus sobrinos y las jornadas en el mar mallorquín en su compañía, especialmente junto a los hijos de la infanta Cristina.
Con los hijos de su hermana Elena se mostraba siempre cariñoso, no en vano es el padrino de Victoria Federica y quien la llevaba de la mano en la Primera Comunión de su hermano. Por su parte, Felipe Juan Froilán protagonizó uno de los momentazos virales de la boda de los reyes al patear a una de sus primas.
Pero la sucesión de malos titulares asociados a esta pareja, especialmente durante la pandemia, ha reducido su relación pública y en la privada, por lo visto, el papel de Felipe se ha acabado reduciendo a una serie de llamadas al orden vía telefónica.
Se puede decir que el principio del fin de las estampas de los reyes y sus hijas con sus sobrinos Urdangarin y Marichalar llegó de forma oficial en 2017, pero ya en 2009 era evidente que algo no andaba bien en la familia real. Fue la primera vez que los duques de Palma y los de Lugo se abstuvieron de acudir a la tradicional misa de Pascua en Palma con el consiguiente posado familiar a las puertas de la catedral.
Pero sin duda 2017 casi marcó el punto y final de los retratos familiares. El mismo verano en el que Iñaki Urdangarin solicitó su absolución por el caso Nóos al Tribunal Supremo, el rey Felipe y la reina Letizia salían a navegar junto a todos sus sobrinos por las aguas de Mallorca por última vez.
Fue el mismo año en el que todos juntos acudieron a cenar al restaurante Ola del mar de Portixol. Pero cuando acabó aquel paseo en barco y aquella cena cada uno se fue por su lado en su coche y no se les ha vuelto a ver a todos disfrutando de un momento de ocio juntos desde entonces.
El rey Felipe, por no coincidir, ni ha coincidido en la misma imagen en su visita al tanatorio de esta semana para dar el pésame a los familiares de Sonia de Morales Borbón Dos Sicilias, tanatorio al que también acudieron sus hermanas las infantas.
Dicen quienes siguen de cerca los entresijos de la casa real que quienes más han sufrido esta separación radical entre las tres familias ha sido la benjamina de la infanta Cristina, Irene Urdangarin.
Irene Urdangarin y la princesa Leonor nacieron en el mismo año y durante su más tierna infancia mantuvieron el contacto y jugaron juntas. Una situación que cambió por completo con el ingreso en prisión de Iñaki Urdangarin. Con la sentencia en firme, la infanta Cristina y su hija establecerían su residencia en Ginebra.
Se podría decir que esde aquel verano de 2017 los primos Borbones no han vuelto a estar juntos por iniciativa propia. En 2018 la familia en pleno protagonizó un posado oficial en la escalinata de Zarzuela por el 80 cumpleaños de la reina Sofía. Ese mismo año Letizia, junto a la reina Sofía, sus hijas, Victoria Federica e Irene acudieron a ver Billy Elliot.
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Es la última imagen que se tiene de Leonor e Irene juntas, a pesar de que se sabe que en 2019 coincidieron en Palma. Lo habitual es que los hijos de las infantas compartan tiempo de ocio entre ellos, pero que las hijas de los reyes no están presentes en esas citas normalmente orquestadas por la reina Sofía.
O también se puede dar la circunstancia de que todos acudan al mismo evento, pero en turnos distintos para no coincidir, como ocurrió con el turno de visitas al hospital cuando operaron al rey Juan Carlos del corazón.
Lo que está claro es que seguramente, y a pesar del divorcio de la infanta Cristina y la presencia de la reina Sofía, va a ser complicado ver posar juntos a la reina Letizia con sus hijas y los de las infantas en Mallorca, aunque estén todos compartiendo vacaciones en Marivent.