La obsesión de la reina Letizia: que sus hijas Leonor y Sofía se alejen de la imagen frívola de las infantas Elena y Cristina (y, sobre todo, de Victoria Federica)

Todo el empeño de la reina Letizia pasa porque sus hijas Leonor y Sofía amplíen sus intereses más allá del territorio de los Borbones: la náutica y el deporte. Pretende evitar la imagen frívola de las infantas Elena y Cristina (y la de Victoria Federica).

Letizia con Leonor y Sofía, durante sus últimas vacaciones en Palma de Mallorca. / gtres

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

La reina Letizia ha tenido un verano triunfal, un cumpleaños por todo lo alto y ha destruido su imagen de reina fría con su abrazo a Maruja en cuestión de segundos. Sin duda, se ha coronado como la gran estrella de la familia real española, ratificada por la prensa internacional y con aplastante unanimidad en la opinión pública española. Quién iba a decir hace casi una década, cuando aún se ponía en duda la legitimidad de una reina plebeya, que Letizia se convertiría en la figura decisiva en la superación de las distintas crisis reputacionales que ha vivido la casa real española.

Ya no tenemos dudas: Letizia marca el rumbo de la monarquía como el mejor lobo de mar. En una dirección contraria a la que tomaron las infantas Elena y Cristina y, ahora, Victoria Federica , que se ha paseado por la semana de la moda de París con looks creados (no cabe duda) magistralmente por su padre, Jaime de Marichalar, quién mueve los hilos de su carrera en la sombra: su aparición demuestra que su carrera de influencer no es un capricho. Es su vocación laboral y la va a perseguir pese a la críticas.

Victoria Federica este fin de semana en París.

Los meses más duros para Letizia Ortiz como reina: el verano en Palma

Sin duda, la temporada más complicada para Letizia Ortiz son los meses de verano, pues los días que la familia real pasa en Palma de Mallorca son diseccionados al detalle desde todos los ángulos posibles. La razón de este escrutinio es de todos conocida: la reina Letizia jamás se ha sentido cómoda en la isla, y no solo porque sufra mareos al embarcar. Es, de facto, el territorio del rey emérito Juan Carlos, donde este disfrutó de su famosa y adicta corte mallorquina.

Palma de Mallorca es, además, el escenario donde se visibilizaron claramente las tensiones entre la reina Sofía y Letizia , una lucha por el poder que se zanjó en el famosos rifirrafe de la catedral de Palma en 2018. Aquel resbalón protocolario marcó un antes y un después: la familia real se alejó estratégicamente de Marivent, aprovechando las restricciones de la pandemia. La reina emérita se quedó prácticamente sola defendiendo aquel fuerte.

Había quien defendía un alejamiento progresivo de Letizia y, por contagio, de la familia real de Palma de Mallorca, una circunstancia que hubiera lamentado no solo la capital balear, sino el mismo rey Felipe. Este no solo guarda preciosos recuerdos de sus veranos de infancia y juventud, sino que disfruta enormemente participando en las regatas de la Copa del Rey. El mar continúa siendo una de sus pasiones, como lo fue de su padre y de su abuelo.

Vídeo. Familia Real española: los escándalos que la han destrozado

Inteligentemente, Letizia no ha forzado una situación complicada y ha puesto en marcha su maquinaria de seducción. Este verano ha culminado su campaña de reconquista de una Palma de Mallorca que ya está a sus pies. Como madrina de excepción, ha convertido el festival de cine local en un acontecimiento internacional. Y, además, no ha dudado en pasearse con su suegra y sus hijas por mercadillos y calles de la capital balear. Todas esas fotos fueron virales.

Estamos ante una nueva era de las vacaciones de la familia real en Palma de Mallorca, algo que los periodistas que seguían al rey Juan Carlos y a la reina Sofía en los años 80 y 90 confirman indudablemente. Si entonces era habitual encontrarse con los reyes y sus hijos en el paseo marítimo, los clubes y los restaurantes, ahora los lugares que se prefiere frecuentar son otros. Y es la reina Letizia la que marca esa agenda.

Una de las periodistas que ha subrayado la diferencia entre aquellas vacaciones de los reyes eméritos y la de los actuales reyes es Rosa Villacastín, testigo privilegiado de los posados de Marivent y de corrillos que Juan Carlos I solía provocar a su paso. De hecho, subraya una cuestión importante: los posados son, en la era Letizia, mucho más informales.

Por qué los veranos de Letizia en Palma son distintos a los de la reina Sofía y el rey Juan Carlos

Rosa Villacastín asegura que no solo Letizia, sino el mismo rey Felipe VI busca protagonizar unas vacaciones distintas a las de su padre. «Tiene que hacerlo, tiene que marcar esa diferencia entre lo que ha sido el reinado de su padre y el suyo, a niveles oficiales y de comunicación«, afirmó en un conocido programa de televisión.

«He estado 20 años yendo a regatas del rey Juan Carlos, tantas que creo que ya no podría ver más en mi vida», insistió Rosa Villacastín. «Él se encargaba de hacerlas diferentes, porque se acercaba a los periodistas y te contaba chascarrillos«, recordaba la periodista, quien también remarcó que la celebración de la recepción a la sociedad civil y las personalidades de la isla también marca un punto y a parte con la gestión vacacional de los eméritos.

La obsesión de Letizia por alejar a sus hijas (y sus vacaciones) de la frivolidad borbónica

Sin embargo, el mayor factor diferencial entre aquellas vacaciones y las actuales tiene que ver con Letizia y su insistencia en introducir actividades culturales en la agenda de sus hijas. «Quiere que sus hijas visiten centros culturales, no que las vean pasearse todo el día por el Náutico como hacían las infantas», explicó Rosa Villacastín. Este año, los reyes y sus hijas visitaron La Cartuja de Valldemossa, un palacio real en 1309 que se recicló en monasterio cartujo y hoy acoge proyectos del Museo Municipal.

«Letizia sí quiere que sus hijas vayan a centros culturales y se distingan mucho de lo que eran las infantas Cristina y Elena», insistió Rosa Villacastín, consciente del papel de la reina a la hora de que sus hijas aprendan a disfrutar de la cultura y las artes y amplíen su nivel cultural y su mundo intelectual. De hecho, ya en agosto de 2019 llevó a sus hijas al Auditorium para ver la representación del ballet 'El lago de los cisnes', interpretada por el Ballet de Moscú, y al cine para ver 'El rey León'. Porque el mundo no se termina en el deporte, aunque sea olímpico, ni tampoco en las redes sociales, sobre todo en Instagram.

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