Así es Son Vent, el refugio secreto de la reina Letizia en sus vacaciones de Mallorca

Ubicada en el mismo recinto que el Palacio de Marivent y cedida a Felipe VI cuando todavía era príncipe de Asturias, allá por 1992, Son Vent se ha convertido en el auténtico refugio de la reina Letizia y sus hijas durante sus estancias en Mallorca.

La historia de esta antigua masía reconvertida en pseudo palacete para acoger al entonces príncipe y sus allegados culminó en el año olímpico y tras un par de años de negociaciones. El propio rey Juan Carlos le agradeció al presidente de la Comunidad Autónoma balear en una carta el satisfactorio resultado de la larga negociación.

No era para menos, Mallorca renunciaba con el acuerdo final al uso de los terrenos y viviendas que se encontraban más próximos a Marivent y que hasta ese momento siempre habían disfrutado altos cargos del Ministerio de Defensa, especialmente el jefe del sector naval de Baleares.

Gracias a esta cesión Felipe y sus íntimos podrían ganar un plus de intimidad, pero no tanta como después desearía su esposa, Letizia. Hoy por hoy, la reina Sofía se queda en Marivent mientras que el resto de la familia real, princesa Leonor, reina Letizia e infanta Sofía incluidas, se instalan en Son Vent.

Son Vent es una masía típicamente mallorquina de cuatro plantas (planta baja. primer piso, semisótano y torre mirador) con tejado a cuatro aguas y de unos 650 metros cuadrados que está rodeada por un porche desde el que se puede disfrutar de unas vistas magníficas del Mediterráneo.

Porque lo más impresionante de la propiedad, sin lugar a dudas, son esas vistas: la casa está construida sobre el acantilado de Cala Major y además de permitir disfrutar de ver el mar también tiene un fácil acceso al puerto donde atracaba en tiempos el Fortuna.

Para disfrutar de esta propiedad el príncipe de Asturias tuvo que esperar varios años, hasta septiembre de 1999: los que tardó el gobierno balear en poner a punto la propiedad bajo la atenta mirada de la reina Sofía que supervisó las reformas llevadas a cabo por Carme Font.

La reina Letizia no debió de quedar muy conforme con el resultado (o quedaron cabos sueltos por resolver) ya que en 2004 se sabe que se volvió a reformar la propiedad.

Pero quizá lo que menos le entusiasmaba a la actual monarca en aquel momento era la cercanía de Son Vent con las infantas. Esta propiedad se encuentra más cerca de los pabellones donde pasan sus estancias mallorquinas las hija de los eméritos que del propio Marivent e incluso es posible que la reina compartiera piscina con sus cuñadas.

Pero hoy en día, tras la degradación de las relaciones entre los hermanos Borbón, las posibilidades de que Letizia coincida con las hermanas de Felipe VI y sus hijos cuando se instala en Son Vent son remotas.

En las últimas reformas, además de actualizar la vivienda principal también se pusieron al día estructuras que dependerían de Son Vent y estaban destinadas a los invitados de los entonces príncipes de Asturias, como un edificio de unos 150 metros cuadrados que era una antigua residencia militar y una antigua casita de 70 metros cuadrados conocida como casa dels Posaders.

El jardín que separa Son Vent de Miravent es otro de los puntos fuertes de la propiedad que protege la intimidad de los reyes. En él hay flora típica de Mallorca (pinos, palmeras y árboles frutales) así como un árbol muy especial: el olivo centenario que el ayuntamiento de Palma de Mallorca regaló a la pareja por su compromiso.

Ya sabemos que hoy en día los veranos no son iguales en Marivent y la cantidad de personas de la familia real que posan en Mallorca han menguado, pero si algo no ha cambiado, es que no existe lugar en la isla con más privacidad para los reyes que el inaccesible Son Vent.