En la vida estilística de doña Sofía , también hubo un modisto de cabecera, en su caso uno de los más grandes: el italiano Valentino Garavanni, que ya ha cumplido 90 años. La reina Sofía posee una valiosa colección de diseños de Alta Costura del modisto italiano, conservada en el Palacio de la Zarzuela y que, seguramente, merecería una exposición.
Gracias a la reina Letizia , que lució en enero, en la recepción al cuerpo diplomático, un favorecedor diseño floral de la colección Primavera/Verano de 1977 del diseñador, hemos atisbado el contenido de ese impresionante armario lleno de joyas de la moda, como esa blusa bordada con rosas, mangas abullonadas y semitransparentes, con falda en verde botella, con la cintura alta, que sentaba a la reina como un guante. Doña Sofía lo lució, por primera vez, en un viaje oficial a Alemania, recién llegada al trono de España y deslumbró.
El idilio entre la reina Sofía y el modisto italiano, tanto para actos oficiales como familiares, comenzó en los años setenta y duró hasta 2008, cuando el modisto se retiró, aunque siguió fiel luciendo sus diseños mientras estuvo en el trono. La asombrosa colección que reposa en el Palacio de la Zarzuela oculta vestidos de gala, conjuntos de falda y chaqueta y complementos.
Estos últimos todavía los utiliza doña Sofía. Durante más de treinta años Valentino fue su modisto más fiel. Una de sus primeras apariciones vestida de Valentino Alta Costura fue poco antes de convertirse en Reina, en 1973. El diseño era un modelo de cuello Halter en distintos tonos de gris, hombros descubiertos –algo muy poco frecuente en doña Sofía– y una gran flor en el cuello, con el que posó para la portada de la revista Paris Match, junto a don Juan Carlos.
A lo largo de todos estos años, la reina Sofía ha mantenido una buena amistad con el modisto italiano. En 2017, por ejemplo, no quiso perderse el estreno, en el Palau de Les Arts de Valencia, de una nueva versión de la ópera La Traviata, producida por el diseñador. Al estreno acudieron Naty Abascal, el duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, Pia Getty, hermana de Marie-Chantal de Grecia o Luis Alfonso de Borbón con su esposa.
Para esa ocasión eligió un diseño vintage de Valentino de color rojo. En los descansos se vio a ambos intercambiar opiniones. Después los invitados asistieron a una cena. Doña Sofía se dejó fotografiar junto al gran modisto y Monicca Bellucci.
Pero, ¿de dónde viene la conexión con el Emperador de la Moda? Valentino aprendió el oficio del modisto Jean Dessès, nacido en Alejandría a comienzo de los años 50. Jean Dessès era un gran amigo de la reina Federica, la madre de doña Sofía, y fue quien diseñó elu traje de novia de la princesa y quien vistió a sus ocho damas de honor. Además, fue el encargado de confeccionar los 15 diseños que componían el «trousseau» de doña Sofía.
Ella y su madre, la reina Federica, acudieron al desfile de Primavera del diseñador alejandrino, en París, cuando la princesa ya se había comprometido con don Juan Carlos. Madre e hija se sentaron en primera fila. Jean Dessès era el modisto favorito de las royals, de las estrellas de cine y de las socialités de la época. Vistió a la princesa Margarita de Reino Unido, a las duquesas de Windsor y de Kent, a la emperatriz Farah Diba, a Jaqueline Kennedy, a Cristina Onassis, a María Callas, a Marlene Dietrich o a Rita Hayworth.
La reina Sofía junto al diseñador Valentino. /
Además de su conocida pasión por la naturaleza o la música, y aunque no se la ha visto nunca en un desfile, la reina Sofía adora la moda. En los años de su reinado, la prensa no seguía con tanto detalle los estilismos reales, ni la presión era tan fuerte como hoy, cuando, al minuto, se sabe qué prenda ha lucido la reina y se vuelve inmediatamente viral. Pero doña Sofía siempre supo elegir y su colección de diseños de Alta Costura de Valentino es, sin duda, una de las mejores del mundo.
La reina no necesitaba viajar. Escogía los diseños en Madrid y se confeccionaban en el taller madrileño de las hermanas Molinero, colaboradoras, en su día, de Balenciaga. Ellas traían los patrones desde Italia. Ellas fueron también las encargadas de crear el vestido fucsia que lució en la proclamación de Juan Carlos I como Rey de España, el 22 de noviembre de 1975, un diseño de forma trapecio y color deslumbrante, lleno de significado como símbolo de una nueva era, que se convirtió en un icono.
La estrecha relación de doña Sofía y Valentino no impidió, sin embargo, que la reina contara también con una modista española de cabecera, durante veinticuatro años, la costurera aragonesa, afincada en Barcelona, Margarita Nuez. La reina la invitó a la celebración de sus ochenta años.
Suyo es el vestido que la reina luce, junto a su marido y sus hijos, en el cuadro de la familia real pintado por Antonio López. La complicidad entre ambas todavía pervive. La reina se desplazaba en ocasiones a Barcelona para las pruebas. Otras veces venía la modista a La Zarzuela. Nuez era la favorita de la alta sociedad catalana de la época.
Valentino reina desde hace 60 años en la moda. Fundó su marca, en 1959, en Roma, en la Via Condotti, y rápidamente se convirtió en imprescindible. Antes, además de Jean Dessès, con quien estuvo cinco años, trabajó también con Guy Laroche. Su primer desfile fue en 1962 en Florencia, y fue todo un éxito.