La reina Sofía, con algunos de sus nietos, incluidas Leonor y Sofía, en una imagen de archivo. /
Comienza la cuenta atrás para las vacaciones de verano de la familia real y, como cada año, la expectación ante las idas y venidas a Marivent de los Borbón es máxima. Este año, sin embargo, el foco de atención ha de girar obligatoriamente de Letizia, reticente a pasar demasiado tiempo en Palma de Mallorca al menos desde hace una década, a la reina Sofía. Su brevísimo ingreso hospitalario del pasado abril lo ha cambiado todo.
No podemos obviar lo evidente: el año pasado ya hubo insistentes rumores sobre la posibilidad de una presencia masiva de Borbones en Marivent. Bajo la premisa de una reconciliación familiar que por fin pudiera visibilizarse públicamente, se barajó la presencia Urdangarin en Palma de Mallorca durante las vacaciones de la familia real. Sin embargo, no se produjo.
El verano de 2023 transcurrió como de costumbre, quizá porque no se había producido la ruptura definitiva, vía divorcio, de la infanta Cristina con Iñaki Urdangarin. Este año pueden existir más razones, además de las estrictamente fraternales, para que la familia del rey y la familia real coincidan en Marivent. Razones con mucho más peso sentimental.
Imposible adivinar cuándo o en qué condiciones se diseña el verano de la familia real, aunque dada la antelación con la que trabajan los equipos de Zarzuela es muy probable que todo esté ya atado y bien atado. Dicho de otra manera: si este mes de julio por fin van a coincidir los reyes Felipe y Letizia con alguna de las infantas, Elena o Cristina o ambas, seguramente está ya decidido. También porque probablemente haya tenido que encajarse la operación en el pie de la reina, anunciada por Belén Esteban.
De producirse esta coincidencia, ojalá visibilizada con unas necesarias fotografías que levanten acta de la normalización de relaciones, sería la liquidación del contencioso más problemático para los Borbón, que separa a los reyes Felipe y Letizia de la infanta Cristina . No cabe pensar que perdón y olvido no se reparta con generosidad por ambas partes. Si la reina Letizia pudo dar marcha atrás con Marie-Chantal Miller, cómo no va a poder hacerlo con su cuñada.
La reina Sofía en su visita a Polonia el pasado mes de abril. /
Por otro lado, este verano no pone su foco solo en la reina Letizia, sino también en la reina emérita Sofía . El breve ingreso hospitalario que sufrió en abril ha puesto de manifiesto que su salud no es tan de hierro como venía demostrando hasta la fecha. Los años pasan y cada verano es precioso, razón por la cual probablemente vemos a la infanta Elena y Cristina, también a algunos de sus hijos, más cerca que nunca de la monarca.
Por lógica meramente geográfica, son los reyes Felipe y Letizia los que más cerca están de la reina Sofía, residente en el palacio de la Zarzuela junto a su hermana, Irene de Grecia. Aunque suceda de espaldas a la opinión pública, dada la estrecha relación del monarca con su madre no cabe duda de que está más pendiente que nunca de ella. La actitud de la reina el pasado verano en Marivent, evidentemente receptiva a cada comentario de su suegra, puede responder a la misma preocupación.
La reina Sofía con parte de sus nietos en Mallorca. /
El verano de 2023 marcó un punto y aparte en la relación de la familia real con Palma de Mallorca. Por primera vez, Felipe y Letizia alargaron su estancia en Marivent junto a la reina Sofía, que pudo disfrutar de sus nietas durante más tiempo. Estas vacaciones no tienen porqué ser diferentes, sobre todo si la reina Letizia está convaleciente de una operación de reparación de su metatarso del pie.
Solo podemos esperar lluvia de nietos sobre Marivent, todos reunidos o en sucesión para pasar unos días de mar y sol junto a la reina Sofía. Parece que Irene y Miguel Urdangarin ya pueden disfrutar de su abuela todos los días, pues se han mudado a Zarzuela. Sin embargo, Leonor, Sofía, Victoria Federica, Pablo, Juan Valentín y Froilán no tienen tantas oportunidades para hacerlo. Este verano es el momento.