Felipe y Juan Carlos, juntos pero no revueltos en Galicia: a 15 kilómetros de distancia, evitan la foto juntos a toda costa

El cordón sanitario público al que está sometido Juan Carlos I después de que estallaran los diversos obstáculos que le llevaron a decidir establecer su residencia en Abu Dabi , se ha evitado por todos los medios que se le pueda fotografiar con su hijo, Felipe VI. Este 28 de agosto estarán a apenas 12 kilómetros de distancia y unos 14 minutos en coche, pero no se producirá ningún encuentro entre ambos.

El rey Juan Carlos llegaba a nuestro país este lunes para participar el próximo fin de semana en la regata que lleva su nombre en Sanxenxo. Nuevamente tendrá como anfitrión a su gran amigo Pedro Campos , una de las figuras más fieles en torno a la figura del rey emérito, tan cuestionado desde diversas formaciones políticas y amplios sectores de nuestra sociedad, frente a otros que han puesto el foco en sus logros en el pasado y se muestran más condescendientes con sus comportamientos menos ejemplares.

En esta ocasión la cercanía geográfica no ha modificado la agenda de Casa Real y tal cual estaba previsto, Felipe VI presidirá este jueves la inauguración del Foro La Toja-Vínculo Atlántico, que ya alcanza la quinta edición bajo el lema Un mundo más incierto. Ese mismo día, la reina Letizia se desplazará a Málaga para acudir al II Congreso Internacional de trata de seres humanos, en este caso a 991 kilómetros de su suegro.

Un evento institucional y familiar clave será el día del 18 cumpleaños de la princesa Leonor , el próximo 31 de octubre. El día que la princesa de Asturias alcanza la mayoría de edad, como se anunció el pasado viernes, jurará la Constitución en las Cortes Generales, como heredera del trono español. Un acontecimiento crucial en el que estará acompañada por sus padres, los reyes Felipe y Letizia, en dos escenarios distintos, el Congreso de los Diputados, y el Palacio Real. A continuación los reyes serán los anfitriones de un almuerzo que ofrecerán a las altas instituciones del Estado.

Será la celebración posterior, en el Palacio Real de El Pardo, de carácter estrictamente privado, donde se producirá el encuentro del rey Felipe Vi con su padre, Juan Carlos I, a quien ha invitado y se espera que asista. También están invitadas sus hermanas, las infanta Elena y Cristina, y sus respectivos hijos. Recordemos que en torno a la infanta Cristina se estableció también un cordón sanitario mediático que se rompió oficialmente con la celebración del 80 cumpleaños de la reina Sofía en Zarzuela, de la que se hizo pública una imagen en la que posaba con su familia en la escalinata de Zarzuela.

Los últimos dos encuentros públicos entre el rey Juan Carlos y Felipe VI han sido acontecimientos de carácter histórico y luctuosos. El primero de ellos se produjo el 19 de septiembre en el funeral de la reina Isabel II , donde el emérito estaba sentado entre su mujer, la reina Sofía, y su nuera, la reina Letizia. La última vez que se les había visto juntos desde entonces fue en la despedida de la infanta Pilar , hermana de don Juan Carlos, en enero de 2020.

La siguiente ocasión en la que se pudo captar unas fugaces imágenes del rey emérito con el actual jefe de Estado fue en el funeral de Constantino de Grecia , hermano de la reina Sofía, y marido de Ana María, hermana de la reina Margarita de Dinamarca. Tuvo lugar el 18 de enero de este año en la catedral metropolitana de Atenas y su encuentro tuvo lugar a la salida de la ceremonia religiosa. Un breve saludo que resultaba inevitable porque también habría sido difícil explicar si no se hubiera producido.

No podemos dejarnos en el tintero el encuentro que se produjo intramuros en Zarzuela entre padre e hijo en mayo de 2022, la primera vez que se veían, al menos que haya trascendido, desde hacía dos años. Se produjo tras una desafortunada gestión mediática de su visita a Sanxenxo ese fin de semana, en el que rodeado de nostálgicos que se desplazaron hasta allí para apoyarle y hacerse fotos con él declaró que no tenía que dar explicaciones de nada.

Unas explicaciones que se le han pedido desde el propio Gobierno, que el rey ha escatimado sobre sus regularizaciones fiscales, el regalo de 65 millones de euros a Corina Larsen , según su autodenominada «amiga entrañable» por cariño y agradecimiento, o las distintas causas judiciales que se han ido cerrando. Especialmente duro fue el escrito de fiscalía enumerando los supuestos delitos que podría haber cometido y que no se pudieron juzgar por su inviolabilidad o porque habían prescrito cuando se archivaron las causas que tenía pendientes en España.