El rey Felipe VI y la reina Letizia / gtres

Novatadas, abusos sexuales y acoso escolar: los peores escándalos de los carísimos colegios privados a los que van los royal (familia real española inluida)

Los internados y colegios de postín también tienen su leyenda negra, incluyendo algunos en los que han cursado sus estudios la familia real española.

Hoy la princesa Leonor vuelve al caro internado galés que la reina Letizia y el rey Felipe VI escogieron para ella y es un buen momento para recordar que no es oro todo lo que reluce en los internados de lujo a los que acuden los hijos de los ricos y poderosos.

Este mismo año hemos visto cómo los príncipes de Dinamarca, Isabel y su hermano Christian, huían sin terminar su formación del internado de Herlufsholm por los testimonios de los alumnos que hablaban de una cultura del acoso generalizada. Y no es un caso aislado.

Por ejemplo, el célebre Eton College, que cuesta 55.000 libras al año y fue el centro de estudios de Enrique de Sussex y Guillermo de Cambridge, aunque está haciendo un enorme esfuerzo por modernizarse tras 500 años de historia, cada cierto tiempos aparece en la prensa por los motivos incorrectos. Como cuando en 2020 uno de sus docentes fue condenado por abusar sexualmente de sus alumnos.

Las malas experiencias de los eméritos, Juan Carlos y Sofía, con los internados de su infancia

En otros países es común que los miembros de la realeza se formen en colegios públicos, pero la familia real española no ha tenido en cuenta esa opción y todos sus miembros se han formado en centros privados, en algunos casos, con más pena que gloria. Un recorrido por la educación privada que quedó inaugurado con los propios eméritos.

Cuando los padres del rey Juan Carlos trasladaron su residencia de Suiza a Estoril dejaron atrás a su hijo de ocho años, Juanito, dejándolo interno en el exigente y elitista colegio suizo The Villa Saint Jean. La experiencia para el niño fue horrible y no solo porque el propio padre del emérito, el conde de Barcelona, ordenó a la familia que no se comunicaran con el niño.

Imagen del rey Juan Carlos cuando fue alumno de un internado suizo / gettyimages

En aquel centro ubicado en Friburgo el futuro rey de España sufrió frecuentes robos y palizas. De hecho una cruel novatada provocó su ingreso hospitalario durante 12 días y que le tuvieran que operar de urgencia del oído izquierdo. Nunca recuperó del todo la audición de ese oído y su familia no le visitó durante su ingreso.

Como describe Pilar Eyre en su libro sobre el emérito, el tiempo que «Juanito» permaneció en el costoso internado suizo que le pagaba su abuela y al que acudían, exclusivamente, los hijos de las «mejores familias» fue una auténtica tortura para el niño.

«Era un ambiente casi gansteril, las peleas eran continuas, había alumnos mezclados de todas las edades, ya que la guerra había interrumpido sus estudios, algunos incluso habían participado en la Resistencia e iban armados, otros habían quedado huérfanos, en posesión de grandes fortunas, y se comportaban despóticamente. El rancho era miserable, los profesores eran pobres como ratas y no tenían otra manera de hacerse obedecer que el castigo físico», asegura la periodista en «Yo, el rey».

La estancia de la reina Sofía, a los 13 años, en su también elitista internado alemán, la escuela Kurt Hahn de Salem, tampoco le dejó un grato recuerdo. La princesa griega no supo adaptarse al ritmo de duchas frías, castigos y lecciones de humildad que le impuso el centro.

Su experiencia fue tan negativa que cuando le sugirieron años más tarde que enviara a sus propios hijos al internado alemán exclamó: « ¿En Salem? Ni pensarlo. ¡No, nunca! ¡Ni el príncipe ni las infantas!».

Los escándalos de los colegios de Felipe VI y las infantas

Uno podría pensar que con estos antecedentes los eméritos pondrían mucho cuidado en el tipo de centros en los que se formarían sus propios hijos, pero algunas pistas indican no se les dio bien escoger.

Su heredero, el actual rey Felipe VI, desarrolló su etapa escolar en el colegio privado madrileño que se diseñó para acoger a su tío, el infante Alfonso de Borbón, en 1952: el Colegio Santa María de los Rosales. Es el mismo colegio de Aravaca en el que ha estudiado la princesa de Asturias y en el que actualmente continñua escolarizada su hermana la infanta Sofía.

Pero también es el centro al que el entonces príncipe de Asturias acudía sin gran entusiasmo mañana tras mañana. El motivo de su resistencia lo desveló Jaime Peñafiel en 2017 cuando afirmó que el hijo de los eméritos había padecido en el centro el vacío de sus compañeros y algún episodio de acoso escolar que, incluso, le llevó a llegar llorando a Zarzuela.

«Había días en que iba más a gusto que otros. Dependía de lo que allí me esperaba», llegó a decir nuestro actual monarca al rememorar su vida en aquel centro escolar.

Las cosas parecieron mejorar cuando el rey Juan Carlos decidió que su heredero necesitaba «espabilar» y cursó su último año de Bachillerato en el extranjero. Como no podía ser de otra forma, la experiencia la vivió en un internado de lujo, el College School de Lakefield de Canadá.

Así como la princesa Leonor está cursando Bachillerato en el carísimo UWC Atlantic College de Gales (a razón de más de 70.000 euros el curso), el rey Felipe VI también tuvo su oportunidad de probar la vida en un internado en Canadá, una estancia que costó unos 6.000 euros de la época.

Puede que la Escuela Universitaria Lakefield se publicitara (y se sigue publicitando) como un centro privado de élite, pero en 2008 se destapó de forma completamente involuntaria el escándalo desde hacía décadas tras sus muros, y el artífice de ese revuelo fue el príncipe Andrés.

En 1977 el hijo de la reina Isabel II también pasó seis de los mejores meses de su vida en este centro canadiense, escuela que consideraba su alma mater y en la que trabó una amistad muy cercana con el sacerdote Keith William Gleed. En 2008 quiso hacerle un homenaje al centro y a su buen amigo, ya fallecido, regalando una pila bautismal de piedra a la escuela.

Vídeo. Los mejores looks de la princesa Leonor

Colocar semejante monumento a la memoria de Gleed en las instalaciones del centro de estudios propició que las víctimas del ex capellán de Lakefield comenzaran a hablar. Investigadores independientes confirmaron sus testimonios y llegaron a la conclusión de que no solo el amigo del duque de York mantuvo una conducta sexual inapropiada con los alumnos, sino que el centro había permitido dichos abusos «sin control».

Afortunadamente no ha trascendido que ni la princesa Leonor ni la infanta Sofía hayan tenido ni un solo problema en los centros escogidos por sus padres para educarse. La única polémica que ha padecido hasta la fecha el exclusivo UWC Atlantic College de Gales fue la filtración en Twitter de unas imágenes de la princesa Alexia de los Países Bajos en ropa interior. Esperemos que eso sea lo más escandaloso que afronte Leonor en su paso por Gales.