Unos ex bien avenidos

Así han rehecho sus vidas Rosario Nadal y Kyril de Bulgaria 15 años después de su inesperado divorcio

La separación de Mafalda de Bulgaria ha vuelto a poner el foco en la historia de amor de sus padres, la pareja royal más adorable de los años noventa que rompió hace ahora tres lustros.

Rosario Nadal y Kyril de Bulgaria, en una imagen de 2006. / gtres

Jorge C. Parcero
Jorge C. Parcero

Esta semana la crónica de sociedad se ha visto sorprendida por la separación de Mafalda de Bulgaria y Marc Abouleisman tan solo dos años después de su boda. La hija de Rosario Nadal y Kyril de Bulgaria y el empresario de origen libanés habrían roto en buenos términos y es de esperar que lleven esta separación con la misma discreción con la que llevaron su relación. Para ello tienen el buen ejemplo a seguir de los padres de ella, que tras ser una pareja ejemplar, también lograron ser unos ex muy bien avenidos tras su divorcio.

Rosario y Kyril se casaron en Palma de Mallorca el 15 de septiembre de 1989 ante 400 invitados, entre ellos los reyes Juan Carlos y Sofía, Felipe, príncipe de Asturias, y las infantas Elena y Cristina, además de la familia real búlgara en pleno. La pareja se había enamorado en la isla cuatro años antes. Ella era una estudiante de arte perteneciente a una de las familias mallorquinas más respetadas, y él era el segundo de los cinco hijos de los reyes de Bulgaria, Simeón y Margarita , y uno de los solteros de oro más cotizados de la época.

Veinte años después de aquella boda de cuento de hadas, desde la capital de Bulgaria se anunciaba que los príncipes de Preslav vivían desde hace algún tiempo separados, pero que aún no pensaban en divorciarse. «Lamentamos la decisión de que la pareja viva algún tiempo de forma separada y esperamos que superen las dificultades íntimas que sufren para reunirse de nuevo», comentaron aquel mes de octubre de 2009 fuentes de la familia real.

Padres de tres hijos –Mafalda, Olimpia y Tassilo– la glamurosa pareja hacía buenos los rumores y emprendía rumbos opuestos en 2009. El divorcio se produjo sin dramas y comenzó entonces la segunda vida de Rosario Nadal, que dejó de ser princesa de Preslav para centrarse en el arte contemporáneo y la moda. No en vano llevaba años liderando las listas de las mujeres más bellas y elegantes de España, unos pasos que también ha seguido su hija Mafalda.

Rosario Nadal: gran amistad con la infanta Cristina y discreción extrema

Después de su separación, la española dio un paso atrás en el foco mediático y se volcó en el mundo del arte. Tras su paso por la prestigiosa sala Christie's en 2001, fundó RSC Contemporary, una empresa de consultoría para coleccionistas de obras de arte. Aunque Rosario sigue viviendo en Londres, la vinculación con la isla balear es inevitable. La casa que tiene en la isla refugió a la infanta Cristina, íntima de Rosario , e Iñaki Urdangarin en lo más crudo del caso Nóos .

Rosario Nadal, siempre elegante. / gtres

En lo sentimental, mantiene desde años una discreta relación con el albanés Anri Sala. Este respetado videoartista de vanguardia ha expuesto sus obras en museos y salas de todo el mundo, desde la Tate de Londres, al MOMA de Nueva York o el Pompidou en París.

Musa de Valentino y la madrina preferida entre las casas reales europeas, han sido contadas las ocasiones en las que la hemos visto junto a su ex en los últimos años. Tras ser fotografiados paseando por el centro de Londres, en 2015 volvieron a coincidir en Madrid en el funeral de Kardam de Bulgaria , hermano de Kyril, y se les ha visto reencontrarse también con motivo de alguno de los conciertos de su hija Mafalda .

Kyril de Bulgaria: negocios en Londres, verano en Mallorca y un nuevo amor

A sus 60 años, el siempre sonriente y bronceado royal sigue instalado en la capital británica, donde trabaja como asesor financiero comparte su vida con la empresaria Katharine Butler. Hija de diplomático, experta en porcelana china y rica gracias a sus negocios de tiendas de juguetes en la República Checa o Freebike, la empresa de alquiler de bicicletas que fundó en Londres.

El príncipe Kyril de Bulgaria y Katharine Butler. / gtres

Kyril viaja un par de veces al mes a Madrid, pero es en la capital británica donde pasa la mayor parte del tiempo y donde mantiene una muy buena relación con varios miembros de la familia real británica, especialmente con Lady Helen Windsor, hija de los duques de Kent, prima de Carlos III.

Los veranos, al igual que su ex, se los dedica a Mallorca, donde pasa las vacaciones desde niño. Allí adquirió hace años una casa de campo en la localidad de Porreras que se convierte en refugio estival de su familia cada año. Tan estrecha sigue siendo su relación con la isla, que en 2019 recibió el premio al 'Mallorquín de verano', que se otorga a toda aquella personalidad que sin ser oriundo de la isla, hace una importante proyección de la misma en el exterior.

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