Muchos son los yates que han surcado el Mediterráneo, pero pocos los elegidos por la jet set de los 80 y los 90 para disfrutar de unas vacaciones entre VIPs. De entre todos los yates famosos, el Nabila de Adnam Kassoghi, el Fortuna de Juan Carlos I o el Pachá III de la familia real monegasca, sobresale como el más concurrido y exclusivo el del diseñador Valentino. Por su cubierta pasearon todas sus musas, incluida Rosario Nadal, y tamibén la mismísima Diana de Gales.
Por el TM Blue han pasado influencers, actrices de Hollywood, príncipes y princesas, modelos, galeristas, deportistas de élite y millonario varios, atraídos todos por la fama de fantástico anfitrión de Valentino. Construido en 1988, cuenta con cinco camarotes preparados para atender hasta a 10 invitados, un salón de lujo donde cuelgan obras originales de Andy Warhol y otros artistas, y una decoración y diseño interior de Peter Marino.
En los últimos años, la asistencia a los minicruceros de Valentino se había convertido en otra ocasión para la foto viral en redes sociales, curiosamente justo lo contrario que suelen pretender los multimillonarios propietarios de yates, que buscan en alta mar la intimidad que no encuentran en tierra. En los 90, antes de la proliferación de smartphones, las vacaciones en el TM Blue sí tenían esa deseada discreción. Sobre todo para mujeres como Diana de Gales.
Solo recientemente hemos podido comprobar hasta dónde llegó el poder de seducción de Valentino y su yate: hasta convencer a la mismísima Lady Di de que pasara parte de sus vacaciones a bordo. Lo comprobamos gracias a las fotografías que Giancarlo Giammetti, compañero sentimental, socio y amigo de Valentino, compartió en su perfil de Instagram. En ellas vemos la buena sintonía que existía entre Rosario Nadal y Kyril de Bulgaria y la añorada princesa de Gales.
Las fotografías relatan el verano de 1990, un momento particularmente doloroso para Diana de Gales, quien entonces aún no había cumplido los 30 años. Lady Di ya se había resignado a que su matrimonio no iba a funcionar, pues tanto ella como Carlos de Inglaterra había iniciado relaciones sentimentales paralelas. De hecho, el divorcio llegaría solo dos años después.
Pocos meses después de aquel crucero en el TM Blue con Valentino, Rosario Nadal y Kyril de Bulgaria, Diana de Gales descubrió que Carlos de Inglaterra había retomado su relación con Camilla Parker-Bowles. De hecho, ya un años antes había trascendido un incidente en un fiesta, en el que Lady Di se enfrentó a Camilla. Fue después cuando inició una relación con el oficial James Hewitt y, más tarde, otra con su guardaespaldas Barry Mannakee.
En aquellos momentos tan graves, muchos de los amigos íntimos de Diana de Gales salieron en su ayuda y procuraron que sintiera el calor que no recibía en los fríos y monumentales salones de Buckingham Palace. Uno de ellos fue Valentino, el diseñador que se encargó de crear algunos de los vestidos más icónicos de la añorada princesa.
Las vacaciones que el diseñador italiano preparó para la princesa Diana fueron de lo más oportunas. Ella pasaba por su momento más bajo, después de un intento de suicidio, con la bulimia desatada y el romance con Hewitt acabado. La invitó al TM Blue para surcar las aguas italianas hasta la isla de Stromboli, en compañía de una joven pareja de recién casados: Rosario Nadal y Kyril de Bulgaria.
No existen demasiadas fotografías que nos muestren a Diana de Gales relajada, bebiendo algo tranquilamente en cubierta, ataviada con una camisa morada sobre el bikini estampado. Es cierto lo que se ha comentado sobre las instantáneas: a pesar de la grata compañía, y de que la acompañaba en el viaje su hijo Guillermo, la princesa tiene un aire solitario y triste.
La relación de la familia real británica con los príncipes de Preslav viene de largo. De hecho, los Windsor y los royal búlgaros comparten un origen dinástico alemán, como descendientes de los Hannover y los Saxe-Coburg-Gotha. De hecho, la familia real británica prescindió del apellido alemán y lo cambió por Windsor para evitar la asociación con la propaganda antialemana de los prolegómenos de la I Guerra Mundial.
Si la amistad entre Diana de Gales y Kyril de Bulgaria tiene razones familiares, con Rosario Nadal le une la pasión mutua por Valentino. Nadal continúa teniendo una relación estrecha con el diseñador. Diana no terminó en tan buenos términos, pues en 1994 decidió no ponerse un vestido diseñado especialmente para ella, porque Valentino había adelantado que lo haría. En su lugar, estrenó el icónico 'vestido de la venganza', diseñado por Christina Stambolian. Aquella noche, Carlos de Inglaterra había confesado en televisión su romance con Camilla. Diana quería aparecer lo más sexy posible Lo consiguió.