Lo que su propia madre, la princesa Diana , no pudo deshacer, lo ha logrado Meghan Markle en Montecito . La inquebrantable unión del príncipe Harry con su «madre sustituta», su ex niñera Tiggy Legge Bourke , se ha roto. Por fin Diana Spencer habría encontrado en su nuera algo en común, su rechazo a esta mujer de sonrisa perenne. ¿Pero quién es Tiggy y quién ha vaticinado que su relación con Harry está rota?
La actual Tiggy Pettifer (cambió su apellido al casarse en 1999 con Charles Pettifer) es uno de esos personajes fascinantes que rodean a los Windsor. Y su desaparición del círculo íntimo del hijo menor del rey Carlos III es tildado por los fans en los cotilleos en la casa real británica como un auténtico drama y una muestra definitiva de la deriva del hijo menor de Carlos III hacia el desastre.
Sarah Vine, experta en los Windsor que suele airear sus movimientos en artículos en su columna en el Daily Mail, confesó recientementemente en el podcast Palace Confidential que desde que Harry vive con Meghan en Montecito , sus lazos con su antigua confidente, Tiggy, se han disuelto. «Escuché que no habla con ninguno de sus viejos amigos, no escucha a ninguno de sus antiguos asesores, personas como Tiggy Legge-Bourke que solían ser clave para ayudarlo, simplemente no están con él nunca más», asegura la cronista royal. ¿Pero quién es esta mujer y por qué es tan revelador que haya desaparecido de la vida de Harry?
Alexandra Shân Legge-Bourke, que es como se llama en realidad esta aristócrata de cuna que pasó a la historia de la prensa rosa por su apodo familiar «Tiggy», llegó a la vida de los príncipes Harry y Guillermo cuando más lo necesitaban: cuando la relación entre sus padres hacía aguas por todas públicamente en 1993.
No se puede decir que el beneficio que los entonces jóvenes príncipes consiguieron de su relación con la niñera «más querida» (así la denomina Harry en su libro «En la sombra») fuera recíproco. Para muchos Tiggy Legge Bourke más que una niñera o una consejera de Carlos III, fue durante décadas esa joven a la que Diana Spencer humilló en público porque creyó que estaba embarazada del príncipe Carlos.
En descargo de la princesa de Gales muerta , su paranoia contra Tiggy fue alimentada por la BBC y Martin Bashir que mostraron a Diana una factura falsa en la que figuraba que Tiggy se había practicado un aborto, presumiblemente, de un hijo ilegítimo del príncipe Carlos.
Lo de la factura falsa fue el último clavo en el ataúd de la relación entre Diana y Tiggy. La madre del príncipe Harry no compartía los métodos de la joven aristócrata a la que veía más como una rival que como una ayuda, quizá porque la niñera le recordaba a una versión joven de sí misma.
Como Diana, Alexandra llegó a la corte siendo un aristócrata divertida y poco dada a los convencionalismos royal a pesar de trabajar para los Windsor. Consiguió su empleo, por supuesto, por enchufe (la recomendó la amiguísima escandalosa de la reina Isabel II, lady Susan Hussey ) y mantuvo su relación con Harry durante buena parte de su vida adulta.
Tiggy fue la encargada de darle al entonces principito sus primeros chupitos de ginebra cuando iban a cazar, le embadurnó la cara con sangre de conejo cuando Harry se cobró la primera pieza y se enfrentó a su madre asegurando que los niños necesitaban menos obras de teatro y más monterías. Pero ni sus peleas con Diana ni su capacidad para conducir todoterrenos con los niños sin ponerse en cinturón de seguridad consiguieron acallar las polémicas y la paranoia de Diana. Tiggy acabó despedida, pero nunca alejada de «sus niños».
Si cuando Diana estaba viva Twiggy era importante en la vida de Harry, tras su muerte fue insustituible: volvió a la corte en 1997 y lo mantuvo hasta que se casó en 1999 con un ex oficial del regimiento de la Guardia de Coldstream. Pero ni la vida de casada la alejó de Harry. Estuvo presente en su licencia de la academia militar, fue la primera mujer de su círculo cercano a la que el príncipe presentó a Meghan Markle y, de premio, una de las escasas invitadas al ultrasecreto bautizo de Archie, de hecho, es una de las madrinas del primogénito de los Sussex. Pero con la mudanza a Montecito llegó el adiós definitivo.
Desde la mudanza en 2020 parece que el príncipe Harry se ha aislado de su pasado de forma radical, no sólo de su familia. «Está en un entorno nuevo y no tiene amigos propios, todo es estadounidense y todo es Meghan», asegura Rebecca English, editora de la realeza del Daily Mail.
La expulsión de Tiggy del círculo cercano del príncipe Harry es un drama más a los muchos que suma ya el hijo predilecto de Diana. «Tus mejores amigos son los que realmente te dicen la verdad a la cara si has tomado la decisión equivocada», asegura Sarah Vine, ¿quién se atreve ahora a decirle que no a la cara al príncipe?
Como describió Sarah Vine en otro de sus artículos en el Daily Mail, Harry ha sustituido a su familia por vivir «en una burbuja de psicópatas americanos, salvando rinocerontes y haciendo valiosos documentales sobre la apropiación cultural en los Andes, o cualquier otra causa de moda que cruce su escritorio de madera recuperada tallado a mano».
Lo que ha quedado claro es que nadie conoce el futuro del príncipe Harry, pero todos parecen tener claro que Harry ya no forma parte de la familia real en ningún sentido significativo mientras que su ex niñera sigue permaneciendo fiel al bando que siempre le interesó, los Windsor.
20 de enero-18 de febrero
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