crisis royal superada Adiós tristeza: Victoria Federica se reúne con su padre, Jaime de Marichalar, en París (demostrando una vez más por qué es su favorita)

Victoria Federica y Jaime de Marichalar tienen su propia relación padre hija basada en la defensa mutua ante los medios y su afición por los desfiles de alta costura.

Jaime de Marichalar y su hija, Victoria Federica, en su primera incursión juntos en el mundo de los desfiles de la alta costura parisina. / gtres

Silvia Vivas
Silvia Vivas

Jaime de Marichalar acudía solo y cariacontecido a París para asistir a los desfiles de la Semana de la Alta Costura. Su compañera habitual en los front rows, la cada vez más influencer Victoria Federica , estaba de visita familiar al rey Juan Carlos en Abu Dabi, tras una semana ajetreada acudiendo al entierro de Constantino II en Atenas y con un impass paseando por Madrid en patinete.

Saltaron las alarmas en el mundo del corazón, ¿sería posible que este año Vic faltara al único momento del año en el que fotografiamos a padre e hija juntos, posados y bien avenidos?

Si en diciembre de 2022 la noticia era que la hija de la infanta Elena abandonaba el hogar materno para instalarse en Zarzuela con su abuela (cosa que luego desmintió) y que había abandonado sus estudios (cosa que también desmintió), en enero de 2023 tocaba analizar si la pequeña de los Marichalar se había alejado de su padre tanto como de su madre. Y parece que no.

En nombre de Dior y el amor filial Victoria Federica se ha embutido en su look más sobrio y maduro hasta la fecha (atrás quedó la minifalda de tablas de 2022), ha repetido el bolso de Dior que llevó en la presentación de la colección crucero de Sevilla y ha grabado un reel para que que quede bien claro que sigue siendo la niña de los ojos de su padre, Jaime de Marichalar , con el título «best duo».

Victoria Federica y su padre, Jaime de Marichalar: una relación marcada por la moda

En la última entrevista que Victoria Federica concedió a los medios habló de sus progenitores, los definía como sus referentes, pero no acababa de quedar claro si en cuanto a su vida o su estilo.

Para su desgracia, Victoria Federica fue la niña que llegó con una separación debajo del brazo. Según el gossip real cuando nació la niña que «afortunadamente se parece a su madre» (como la presentó Jaime de Marichalar al mundo), la infanta Elena ya estaba dándole vueltas a la idea del divorcio. Con semejantes antecedentes es de suponer que la infancia de Victoria Federica no fue tan feliz como se hacía creer ante las cámaras.

Victoria Federica de Marichalar y Borbón en el desfile de Dior con su padre.

Con tan solo siete años Victoria Federica de Marichalar y Borbón presenció la degradación de la relación de sus padres. Finalmente llegó el divorcio, pero eso no le ahorró ver cómo su progenitor atravesaba una grave enfermedad de la que la familia también sufría las consecuencias. Mucho se ha hablado de cómo tras sufrir el ictus del que aún hoy tiene secuelas, Jaime de Marichalar pasó de ser el educadísimo yerno de la reina Sofía a una persona malhumorada.

La cronista real Pilar Eyre describió en una ocasión en su blog cómo afectó aquella situación a la hija menor del matrimonio: «Victoria, con tan solo siete años, se daba perfecta cuenta de todo. Encima, los primeros tiempos del divorcio son muy duros, Elena y Jaime tienen mucho que reprocharse el uno al otro y las heridas mutuas son profundas».

En sus escasas fotos de infancia es fácil ver a Victoria Federica como una niña tímida, acompañada de un calcetín y a la sombra de su hermano Frollán, que daba bastante más juego ante las cámaras. Por aquel entonces su abuelo, el rey Juan Carlos, ejerció para ella como un «segundo padre» porque ambos niños pasaron bastante tiempo en Zarzuela.

Viviendo (como vivía) con su madre cerca de El Retiro y mostrando desde bien joven que sus gustos eran 100% Borbones (montaba el mismo caballo que su madre, acudía a los toros con su abuelo y sentía el mismo amor por los perros pequeños que su abuela, la reina Sofía), nada hacía esperar que, al final, Victoria Federica acabara convertida en la más Marichalar de los hijos de la infanta, pero así ha sido.

Jaime de Marichalar y Victoria Federica antes de entrar en los desfiles parisinos.

En cuanto se decidió a llevar la melena por fuera del abrigo y a sustituir sus cómodas prendas de GAP y El niño por el glamour, la relación entre el padre y la hija dió un vuelco muy positivo de cara a la prensa. De repente Victoria Federica se convirtió en la heredera de los tiempos en los que la Infanta Elena lucía como nadie modelos de Chanel y Valentino.

Cuándo se produjo el gran cambio de Victoria Federica

Un giro de 180 grados que se orquestó gracias a unos zapatos de Manolo Blahnik que Jaime de Marichalar regaló a su hija cuando ésta cumplió 18 años. Como Anne Hathaway en El diablo se viste de Prada, gracias a que su padre (que le ha regalado bolsos de Chanel y trabaja de consejero en el conglomerado de lujo LVMH) Victoria Federica ha tenido acceso a lo más top del mundo de la alta costura. De ahí a desear convertirse en influencer había un paso muy pequeño que por supuesto, dio.

Al contrario que la infanta Elena, mucho más estricta en cuanto a los estudios se refiere, Jaime de Marichalar siempre ha apoyado el interés de su hija por el mundo de la moda quizá porque gracias a ello mata dos pájaros de un tiro: por fin tiene algo en común con su hija (que además le permite ejercer de mentor) y, de paso, consigue sentar de nuevo a una Borbón a los front rows parisinos; algo que no lograba desde 1997 cuando presentó a Karl Lagerfeld a la infanta Elena.

Vídeo. Royals influencers: las otras Victorias Federicas europeas

La primera aparición de padre e hija juntos en París data de los desfiles de alta costura de 2021. Desde entonces no han faltado a la cita que más les une y, desfile tras desfile, Vic ha ido depurando su estilo y Jaime de Marichalar trabajando el vínculo con la hija a la que nos quedó claro que iba a defender a capa y espada cuando cantó sus virtudes en una entrevista en La Razón.

«Mi hija también sale y se divierte, pero ella es mujer y es más lista, no se la ve tanto como a su hermano». Una inteligencia que ha permitido a la benjamina de la familia hacerse un hueco en el photocall de Dior mientras su hermano se encuentra en paradero desconocido. Sin duda su padre la conoce bien.

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