Así es como Letizia podría acabar (sin querer) con la carrera de influencer de Victoria Federica: ¿ha quemado su imagen la hija de la infanta Elena?

La hija de la infanta Elena da una de cal y otra de arena. Lo malo es que Victoria Federica se está quedando sin apoyos después de sus desplantes de este verano. ¿Tendrá las siete vidas de Kate Moss?

La reina Letizia se ha convertido en la peor pesadilla de Victoria Federica: todo lo que hace mal la sobrina, lo borda su tía. /

La reina Letizia se ha convertido en la peor pesadilla de Victoria Federica: todo lo que hace mal la sobrina, lo borda su tía.

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Es una mala sensación que se extiende entre los analistas de la crónica social y también ciertos expertos en marketing de moda. Puede que Victoria Federica , la única y última sensación royal en el mundo de la influencia viral, haya sobreestimado el pase de oro que la prensa y las marcas conceden a todo aquel que pertenezca a la familia Borbón.

Parece que la hija pequeña de la infanta Elena podría haber malentendido lo que significa un contrato de imagen y la corrección política en la alfombra roja. ¿Se tomará en serio nuestra reina influencer la polémica sobre su carácter y las críticas, de momento constructivas?

El comportamiento reciente de Victoria Federica ha producido estupefacción precisamente en aquellos que están llamados a apoyarle en el deseo que ha expresado una y otra vez en sus entrevistas: dedicarse a la moda. De hecho, es un propósito en el que también ha embarcado a su padre, Jaime de Marichalar, que se ha convertido en su principal valedor en LMVH, uno de los imperios del lujo más importantes de la economía global.

Gracias a Jaime de Marichalar, Victoria Federica cuenta entre las jóvenes pero sobradamente royal que se reúnen alrededor de cada colección de Dior, con las estrellas de la familia Grimaldi al frente. No es nada fácil sentarse junto a Alexandra de Hannover o Beatrice Borromeo, y no digamos ya Rihanna o Catherine Deneuve, en el front row de Dior. Sin embargo, Vic lo ha conseguido.

¿Cuántos años tiene Victoria Federica?

Con estas credenciales, es lógico que las marcas españolas le hagan la ola a la nieta del rey Juan Carlos y se disputen tenerla en sus presentaciones, desfiles y eventos varios. No solo ha protagonizado a caballo una de las portadas más llamativas de la década, en la revista que suele ocuparse de los movimientos de la familia del rey. También las publicaciones de moda han querido bautizar a Vitoria Federica (21 años) para la tendencia, aunque hay quien apunta que no ha aparecido en el mensual fashion por excelencia y biblia del sector.

Como le ocurrió a Kim Kardashian, Victoria Federica va a tener que trabajar mucho más para ser admitida en las portadas más elitistas y es en este sutil terreno de la delicadeza donde surgen las dudas sobre su idoneidad. Unas dudas que ya se expresan en voz alta en las tertulias, reuniones y conciliábulos de la crónica social, donde muchos profesionales no dan crédito al comportamiento de la hija de la infanta

¿Quién es el novio de Victoria Federica?

Un ejemplo reciente puede ser el terrible enfado que mostró Victoria Federica, de momento sin novio, al comprobar que llevaba el mismo vestido que Gunilla von Bismarck en la última gala Starlite. Los malos humos de Vic fueron notables, hasta el punto de que la aristócrata quiso llamarle la atención. La animó a tomar nota de la actitud de la reina Letizia cuando coincidió en un evento con una invitada que llevaba su mismo vestido.

«Yo ya llevo muchos años en esto y hay que tratar estas situaciones con alegría. Podríamos haber hecho algo muy simpático que le habría quitado mucho hierro al asunto», dijo inteligentemente Guilla von Bismarck. «Esta niña es muy joven y debería ser más sencilla y aprender de su tía, la reina Letizia, y de cómo reaccionó en una situación similar. Pero se nota que es inexperta en el mundo mediático. Ta vez está muy mal aconsejada», zanjó.

Aunque son incomparables por edad y posición, el abismo que media entre la inteligencia de Letizia a la hora de jugar una situación incómoda a su favor y la de Victoria Federica es llamativa. A la hija de la infanta Elena le faltan tablas y, en el relato de los presentes en la gala Starlite, le sobra genio. Ni siquiera una reina se permite esos arrebatos de mal humor, impropios de todo punto. Nadie imagina tampoco a Leonor o a Sofía castigando al mundo con ese tipo de reacción.

El ejemplo de lo que significa ser royal en público lo marcan Letizia y sus hijas en el plano de la excelencia y, desafortunadamente, Victoria Federica en su polo contrario. La diferencia en cuanto a la actitud y la predisposición a la hora de realizar un buen trabajo es evidente. Vic será un encanto con sus amigos, pero su antipatía en los eventos de pago, choca.

Los periodistas se quejan de que apenas sonríe, huye, rehúye y hasta tiene malas contestaciones. Es una prerrogativa de diva que no se permiten ni las más deslumbrantes estrellas de Hollywood cuando promocionan sus películas o discos. ¿Es sostenible esta actitud para las marcas que representa?

¿Está en peligro la buena imagen de Victoria Federica?

¿Puede estar mal aconsejada Victoria Federica? Lo cierto es que se extiende la opinión de que podría estar quemando su imagen , dada la cantidad de eventos sobre las que la estamos viendo. Una exposición que se multiplica debido a su constante presencia en los medios de comunicación por otros motivos no publicitarios. ¿Realmente tiene tanta necesidad de facturar, aunque sea a costa de la saturación de su imagen y el desgaste de su nombre?

Se suma, además, las fotos y vídeos de Victoria Federica en botellones y fiestas, que no favorecen tampoco la imagen de exclusividad, elitismo, misterio y elegancia que pretende representar. Fuera de los canales de Instagram, Vic protagoniza memes virales en los que aparece como digna hermana fiestera de Froilán. Y los vídeos de sus juergas se emiten en todos los programas de televisión rosa. Una vez allí, es verdad, lo difícil es no quemarse.