fin del luto
fin del luto
Tamara Falcó está resurgiendo de las cenizas después de una de sus peores (o mejores: no olvidemos su documental, su viaje a México y su devoción por Dios, su refugio) épocas. El día que cumplió 40 años se planteó una confusión, que se ha resulto con el tiempo: por qué presentar como princesa a una mujer adulta que ha demostrado con sus actos ser, en realidad, una reina de la gestión mediática. Algo no encajaba en aquella celebración en la que la madre, Isabel Preysler, eclipsaba al novio oficial, un Íñigo Onieva desplazado a un discreto lateral.
Total: que la heredera Preysler y marquesa de Griñón ha terminado el año con una infidelidad retransmitida en directo global y un ridículo espantoso orquestado en tres actos: la defensa del culpable (en aquella boda, la última a la que acudió con Íñigo Onieva), la caída del caballo (con aterrizaje y encierro en la Moraleja) y el vía crucis final (de México a Maldivas, pasando por Lourdes).
Su compromiso fallido con Iñigo Onieva, anunciado por aquel anillo incomprensible por incompleto, nos deparó algunos de los momentos mediáticos más sorprendentemente dramáticos de 2022, unas escenas que, probablemente. Tamara Falcó ya ha olvidado. La suerte de la viralidad es esta: muy poco permanece en el flujo acelerado de la vida en directo.
Lo quiera Tamara Falcó o no, el mundo se prepara ya para un nuevo capítulo en la vida sentimental de la marquesa. La carrera por reiniciar la vida amorosa de la influencer ha comenzado ya con los rumores de un posible primer novio que está en su círculo de amigos desde hace tiempo: Hugo Arévalo.
El morbo está garantizado, pues Arévalo es íntimo amigo de Íñigo Onieva y, de hecho, forma parte de la pandilla divertida en la que entró Tamara Falcó gracias a su noviazgo con el relaciones públicas. Con este grupo de jóvenes millennial sobradamente preparados y millonarios, la marquesa de Griñón reactivó su vida social con quedadas gourmet, salidas en yate, fiestas de disfraces híper sofisticados y viajes de lujo.
Hugo Arévalo (40 años) posee un talento contrastado para los negocios digitales y unos ojos azules para conquistar lo que se proponga, aunque no presuma del estilo malote que tanto sedujo a la Tamara Falcó de la era Onieva. Es, además, amigo de Luisa Bergel y Cristian Florez, íntimos de la marquesa de Griñón. Y ya tuvo éxito con la marquesa, al menos como socio: la convenció para invertir en Miniplanta, su primer negocio juntos.
Falcó y Arévalo figuran juntos como padrino y madrina de una una startup de 'ecommerce' de plantas, que comercializa precisamente plantas, procedentes de producción próxima, sostenible y sin químicos. «Me uno al equipo como socia y Brand Strategy», aclaró Tamara Falcó en su presentación como 'partner'. Este anuncio ocurría en julio de este año; y ya entonces la influencer posaba con bastante complicidad junto a Hugo.
«Es sin duda un gran reto profesional del que espero sacar muchas cosas positivas y fomentar la afición y el cariño por las plantas», decía la marquesa de Griñón. Lo cierto es que Hugo Arévalo adelantó a Íñigo Onieva a la hora de asociarse con Falcó y, ahora, podría volver a adelantarle si se confirma que se propone, además, como pareja.
Arévalo tiene una reputación impecable como emprendedor del entorno digital e inversor en startups. Durante años fue presidente ejecutivo de Hawkers, lleva invirtiendo desde los 24 y tiene un portfolio con más de una treintena de startups, propias y ajenas como Glovo, JobandTalent, Cabify o Tuenti (de la que fue cofundador). La última iniciativa que lidera esThePowerMBA, del que es presidente ejecutivo y cofundador.
Más datos sobre Hugo Arévalo: es también amigo de Álvaro Falcó, primo de Tamara y esposo de Isabel Junot, también concursante de Masterchef Celebrity y aspirante a chef. Se cierran muchos círculos en esta posible pareja, que de confirmarse revolucionaría definitivamente el panorama sentimental de la influencer. La candidatura es tan potente, que hasta Íñigo Onieva podría haber llamado a Arévalo para pedirle cuentas por sus citas con Tamara.