La imponente mansión familiar de Grace Kelly en Filadelfia que compró Alberto II de Mónaco

Aunque fue princesa de Mónaco y reina de Hollywood, los años más felices de Grace Kelly transcurrieron en East Falls, una zona residencial de la ciudad de Filadelfia (Pensilvania). Allí pasó su infancia la diva del cine reconvertida en royal por su historia de amor (con final trágico) con el príncipe Rainiero. Y allí vivió en una imponente mansión que, hace unos años, compró y rehabilitó su hijo, Alberto II , para mantener vivo el legado familiar de su madre.

La casa donde Grace Kelly pasó su infancia es una bonita mansión de estilo colonial en ladrillo rojo visto en las afueras de Filadelfia que construyó en 1928 John B. Kelly, el padre de la protagonista de Atrapa un ladrón o La ventana indiscreta. La misma que, en 2016, el príncipe Alberto II de Mónaco compró por 755.000 euros.

«Después de hablar con algunos de mis primos sobre esto, no queríamos verlo desaparecer o verlo transformado de alguna manera por los futuros propietarios. Es una gran parte de la historia de nuestra familia«, reconoció el propio Alberto II en una entrevista a la televisión norteamericana en The Today Show, con la que visitó la propiedad, ahora reconvertida en sede de las oficinas de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco y la Fundación Princesa Grace.

De estilo colonial, con tres pisos y seis dormitorios, la mansión de los Kelly cuenta con un cuidado jardín que rodea toda la propiedad, un bar privado y una sala de estar en el sótano donde la familia solía organizar fiestas y en la que, por cierto, se grabó la entrevista que concedieron la futura princesa y su prometido después de anunciar su compromiso.

Según contó en la televisión americana, fue el propio príncipe Alberto quien se encargó de supervisar la restauración de la mansión de East Falls para que se asemeje al período en que su madre la habitó. Al parecer, tanto la familia principesca como sus primos Kelly revisaron fotografías y videos antiguos de la casa para asegurarse de que se pareciera todo lo posible a aquellos años felices. «Parecía tener una infancia muy feliz, y había muchos juegos, muchas cosas divertidas. Se sentía como un verdadero hogar familiar», describía Alberto II en otra entrevista para People.

El diseño interior ha mantenido el estilo Mid Century que sirvió de decorado a los mejores recuerdos familiares de los Kelly, de los papeles pintados a los acabados en madera, los azulejos de baños y cocina, las ventanas o las persianas exteriores. Pero son sobre todo los muebles, auténticas reliquias familiares, las verdaderas joyas.

Al parecer, además de fotos familiares y cuadros, se han conservado piezas como la cama doble en la que Grace Kelly dormía cuando era niña, o una puerta de armario que tiene las alturas marcadas de la actriz y sus hermanos a lo largo de los años, comenzando en 1931, cuando la futura princesa tenía solo 2 años. Tal y como confesó Alberto II de Mónaco cuando le preguntaron por qué los anteriores propietarios no habían pintado la mansión, «quizá pensaron que íbamos a recuperarlo algún día«, aseguró.