La imponente mansión en los Hamptons donde Jackie Kennedy pasó su infancia, a la venta

Antes de ser la primera dama más carismática del mundo del brazo de JFK, antes de convertirse en un referente de estilo internacional , antes de ser la viuda de América y muchísimo antes de ser la esposa del armador griego Aristóteles Onassis, Jacqeline Lee Bouvier (Jackie Kennedy o Jackie O.) fue una niña que pasó los años más felices de su infancia en Lasata, una imponente mansión de East Hamptons, la zona más exclusiva del estado de Nueva York, que ahora sale a la venta por 55 millones de dólares.

Lasata significa, en nativo americano, « lugar de paz«. Y este fue el nombre que John Vernou Bouvier, el abuelo de Jackie Kennedy, le dio a la mansión en East Hamptons que adquirió en la década de 1920 y en la que la que después fuera primera dama de los EE.UU. pasaba con su familia las vacaciones estivales disfrutando al aire libre, en contacto con la naturaleza y los animales, donde según se cuenta en sus memorias, aprendió a montar a caballo y adquirió el gusto por la lectura.

Muy cerca del mar, en la zona costera más exclusiva de la East Coast de Estados Unidos, y enclavada en una frondosa arboleda de tilos centenarios, olmos y alcornoques, la propiedad es una imponente mansión de dos pisos que, hasta ahora, era propiedad del productor de televisión, anuncios y películas David Zander, que compró la casa por 24 millones de dólares en 2018 y ahora la vende por más de 55 millones.

Construida en 1917 por el arquitecto Arthur C. Jackson, Lasata es un referente histórico en el país y está considerada una de las mansiones más bonitas e impresionantes de Estados Unidos: cuenta con ocho dormitorios, ocho baños, una espectacular cocina abierta, un imponente salón con chimenea, un enorme comedor con zona de desayuno aparte, rincones de lectura en diferentes zonas, una cabaña de invitados con dos dormitorios, la cabaña del cuidador, la casa de la piscina y un garaje para tres coches, en una finca verde de más de tres hectáreas de terreno.

El que fuera retiro estival de la familia Bouvier ha ido cambiando con el pasar de los años y cada uno de sus propietarios le ha dejado su impronta personal en la decoración. La última renovación corrió a cargo de David Zander, propietario también de la firma de moda Reed Krakoff, que reformó la casa y redecoró las estancias con ayuda del interiorista Pierre Yovanovick. Los nuevos jardines son una propuesta del paisajista Louis Benech y, según relata el Wall Street Journal, «Zander trajo en avión a un equipo de pintores de París para que pincelaran las paredes de las habitaciones con el trazo algodonoso que él prefiere».

De estilo elegante y equipada con la última tecnología doméstica, la mansión conserva la esencia clásica y señorial de comienzos del siglo pasado, con elementos que permanecen inalterados como los impresionantes ventanales, las estructuras con arcadas o las vigas de madera vistas.