
Piscina de una de las villas del Hotel InterContinental Maldivas.
viajes de lujo
Piscina de una de las villas del Hotel InterContinental Maldivas.
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Tamara Falcó, Leonardo Di Caprio, Kate Winslet, Paris Hilton , futbolistas de fama internacional… celebridades de todo el mundo encuentran en Maldivas una meca del bienestar y la desconexión lejos de las cámaras. Hacer un viaje al archipiélago más apetecible del mundo es sinónimo de lujo.
Lady Amelia Spencer puede dar fe de ello: escogió el mencionado país como destino para su luna de miel y repitió un año después porque le había encantado. Lo que demuestra que es el lugar perfecto para controlar la narrativa, pues todas las fotos que tenemos de la sobrina de Lady Di en este paraíso son las que ella misma ha compartido en su cuenta de Instagram. Ni una más.
Bien hubiera le hubiera gustado la mismísima princesa Diana retirarse a uno de sus 26 atolones (entre unas 1200 islas) para desconectar del mundanal ruido y librarse de los paparazzi de una vez por todas. No como le sucedía en las aguas del Mediterráneo. Los atolones, por cierto, técnicamente son arrecifes de coral que han crecido sobre una isla volcánica sumergida, de ahí que tengan lagunas interiores que comunican con el mar y zonas de arena y vegetación que aparecen por encima de la superficie.
En uno de ellos, en concreto el Atolón Raa, se levanta en exclusiva el impresionante Hotel InterContinental Maldivas Maamunagau Resort. Un lujoso alojamiento de cinco estrellas que constituye en sí mismo el escenario perfecto para una temporada de The White Lotus y que se postula como el lugar idílico para practicar aquello que llaman 'barefoot luxury', que podríamos traducir como 'el lujo de ir descalzo'.
Y vaya si lo es: sus exquisitas villas sobre el agua — esas construcciones que parecen flotar sobre un oceáno Índico que no sabíamos que tenía tantos tonos de azul — no tienen nada que envidiarle a las terrestres. Todas con su correspondiente piscina privada y acceso al mar directo (o semidirecto en los casos que hay niños, por seguridad), ya que, literalmente, todo está rodeado de aguas cristalinas. Ahora, la idea de ir sin zapatos todo el rato suena mucho más a lujo.
En orden: villas sobre el agua, restaurante The Retreat y AVI Spa, del Hotel InterContinental Maldivas. /
Tal es la calidad y la pureza de este archipiélago del Índico — relativamente próximo a la costa suroeste de India —, que en 2020 fue considerado uno de los mejores destinos del mundo en los World Travel Awards, los Óscar del turismo. Otro dato importante para los amantes del esnórquel o el buceo: el país celebra más de cinco décadas sin ataques de tiburones a humanos. Si no les molestas, no te molestan.
La norma aplica a todo el resto de fauna salvaje marítima que podremos encontrar merodeando en el interior de la laguna del especial atolón Raa. Todo Maldivas está lleno de tortugas, tiburones e impresionantes mantarrayas, que cada mes de marzo se pueden observar mejor que en ninguna otra época del año. El personal de InterContinental Maldivas te informará sobre las excursiones guiadas para verlas y te indicará cómo debes actuar: ni se te ocurra tocar ningún animal, están en libertad y debemos dejarles tranquilos. Si sigues sus recomendaciones, podrás disfrutar de ellos muy de cerca, incluidos los tiburones, sin que ellos tampoco te molesten.
Sus palabras te tranqulizarán desde el día un, pues a tu llegada al mencionado hotel de lujo, te tratarán bajo los estándares de la máxima calidad que ofrece todo el grupo InterContinental, pero elevada al Olimpo de la amabilidad: «todo el mundo tiene una sonrisa de oreja a oreja, que además es genuina, no forzada», tal y como nos cuenta Karl Webster, director de Marketing y Comunicación de IC Maldives Maamunagau Resort.
Una máxima que aplica al personal, pero también a los turistas que tienen la suerte de disfrutar este paraíso, que presume de 250 días de cielos despejados al año. Recordemos que la mejor época para viajar a Maldivas es de noviembre hasta abril, el resto de meses es temporada de monzones, por lo que puede haber lluvias.
Sin embargo, además de la ineludible excursión de buceo o esnórquel en busca de las adoradas mantarrayas o tal vez curiosas tortugas e imponentes tiburones, en InterContinental Maldivas es posible disfrutar de una puesta de sol en el único faro de todo el archipélago o de una cata de vinos con los mejores ejemplares del mundo.
Una cena Tepanyaki con un show de 10 también es posibles en este recóndito lugar. A propósito de la misma, se celebra en el mismo espacio que por la mañana hace las veces de espectacular buffet libre de desayuno — en el que encontrarás desde el exótico curry maldiviano, desayuno típico de la isla, hasta el muy clásico desayuno continental — pero no te darás ni cuenta.
Villa con piscina familiar, cena especial romántica y Café Umi, en InterContinental Maldivas. /
También hay cabida para cursos de cocina, mantenerte en forma en su gimnasio o relajarte en su lujoso Spa Avi. Por si todo esto te parece poco, puedes encargar una cena absolutamente personalizada en la que elegir cada detalle; hasta, cómo no, el clásico desayuno flotante en tu villa privada que las blogueras han puesto de moda. Es imposible quedarse con un solo plan o un solo restaurante de los cuatro que hay en toda la isla ( Café Umi, The Retreat, The Lighthouse o Fish Market), por eso lo mejor es que durante tu estancia los pruebes todos.
Más allá de cualquier experiencia de lujo, lo que nunca olvidarás de Maldivas es la vista del mar — tanto desde tu propia cama, como desde la ventanilla del hidroavión que te permitirá llegar a la isla — con las mil y una declinaciones de azules que te regalará el océano Índico cada vez que lo mires.