Ana de Armas, Pharrell Williams, Marta Otega y 600 invitados de todo el mundo aplauden la colección que Louis Vuitton presenta en Barcelona en homenaje a España

La enseña de lujo francesa ha convertido a la Ciudad Condal en un espectáculo de celebridades, tras celebrar el desfile de su colección Crucero 2025 en el parque Güell.

España es por primera vez escenario de un desfile de Louis Vuitton. Nicolas Ghesquière, el director creativo de la maison, ha hecho escala en Barcelona para presentar la próxima colección Crucero 2025 de la firma francesa. Más de 600 invitados de todo el mundo asistieron anoche a esta pasarela celebrada en el Parque Güell, diseñado por Antoni Gaudí entre 1900 y 1914, durante la que las modelos lucieron una propuesta inspirada en España y que homenajea elementos clásicos de la indumentaria española sin caer en tópico alguno.

Ghesquière suma así Barcelona a la lista de ciudades icónicas como Nueva York, San Diego, Río de Janeiro o Kioto en las que ya había presentado colecciones resort; y en esta ocasión haciendo un alarde de creatividad contemporánea en el que no faltaron vestidos con redecillas goyescas de madroños que se adaptan con total naturalidad a la vida contemporánea, looks con azabache, borlones, flecos, lunares y volantes, capas y un despliegue de volúmenes dramáticos y grandes abullonados que con asombrosa sutileza se mezclaban con naturalidad en outfits de plena actualidad y sin espíritu nostálgico alguno. El negro tampoco podía faltar en esta colección Crucrero 2025 que estará en las boutiues de la firma el próximo otoño y que juega con luz y oscuridad, drama y alegría con igual soltura.

El presidente y director ejecutivo de LVMH, Bernard Arnault, no faltó a la cita en esta localización Patrimonio de la UNESCO y a la que también asistieron celebridades de todo el mundo, de las españolas Marta Ortega, presidenta del grupo Inditex, o las actrices Ana de Armas, Nicole Wallace, Ester Expósito y María Pedraza a Pharrell Williams, Sophie Turner, Jaden Smith, Jennifer Connely, Léa Seydoux, Saoirse Ronan y más de 40 nombres de distintos continentes y disciplinas.

Tampoco diseñadores como Julien Dossena, Custo o Juan Avellaneda, además de Victoria Federica o influencers como Gigi Vives. Al finalizar el desfile, el sentir general fue de total satisfacción y los aplausos sonaron con rotundidad ante un Ghesquière que no podía disimular su alegría al salir a saludar.

James Chinlund puso la escenografía al desfile, que sonó a ritmo de Music for Chameleons, de Gary Numan, o el Madame Buterfly de Malcolm McLaren, mientras las modelos desfilaban con unas propuestas que no dejaron fuera ninguna prenda del vestuario femenino actual, comenzando por chaquetones, americanas y conjuntos de sastrería y continuando con pantalones, faldas, cazadoras o vestidos de coctel y fiesta, siempre con el personal y reconocible sello Ghesquière, que tambièn utilizó algunos colores de la paleta de maestros de la pintura española, como Goya o Velázquez.

Es su interés por la arquitectura lo que empuja a este diseñador a organizar cada año la presentación de la colección crucero en espacios de especial singularidad por todo el mundo. Comenzó en 2015 en la residencia de Bob y Dolores Hope en Palm Springs (de John Lautner); y ha desfilado en la terminal de TWA en el aeropuerto JFK de Nueva York (de Eero Saarinen), en el Instituto Salk de San Diego (obra de Louis Kahn) o en el Museo de Arte Contemporáneo de Río de Janeiro (de Oscar Niemeyer), entre otras.

Las colecciones crucero tienen cada vez más importancia para todas las firmas de alta gama, pero en el caso de Louis Vuitton su vínculo está ligado a su propio nacimiento en 1854, ya que se fundó como casa de maletas, baúles y artículos de lujo para el viaje. Para Pietro Beccari, Presidente y CEO de Louis Vuitton, «es un inmenso placer colaborar con Barcelona, una ciudad que como Louis Vuitton cuenta con un arraigado patrimonio y una extraordinaria pasión por la creatividad. Este desfile Crucero, así como la Louis Vuitton Cup y la 37 Louis Vuitton America's Cup, que se celebran en la ciudad en agosto, serán sin duda el epítome de una larga relación con esta ciudad».

Como anuncia Beccari, Barcelona acogerá estos dos eventos deportivos internacionales de la mano de la firma francesa. Además presentarán la Guía de Viaje de Barcelona, una exposición, otros eventos culturales y sociales, una línea de joyas que solo se venderá en la Ciudad Condal y una serie de programas educativos para apoyar la creatividad y el diseño en la ciudad.

La relación entre Louis Vuitton y Barcelona no es nueva, se remonta a principios del siglo XX, cuando la casa jugó un papel activo en la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Fue cuando George Vuitton, hijo del fundador, formó parte del jurado y además recibió un premio por su baúles para transporte de artículos de tocador. También abrió su tienda en 1987 y ahora cuenta con otra boutique más y, además, trabaja con seis talleres de marroquinería de toda Cataluña, en los que operan más de 1.800 empleados.