
Audrey Hepburn en el jardín de La Paisible retratada por Henry Clarke para Vogue en 1971.
mansiones de famosos
Audrey Hepburn en el jardín de La Paisible retratada por Henry Clarke para Vogue en 1971.
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Audrey Hepburn fue la estrella más brillante de Hollywood durante años, pero nunca se comportó como tal. Fue, es y siempre será un mito, pero nunca fue una diva. Sus papeles y películas han marcado generaciones, su estilo sigue inspirándonos , pero la mujer detrás del personaje siempre fue más fuerte.
Icono de estilo, musa de Givenchy y paradigma de elegancia atemporal y lo que hoy llamaríamos lujo silencioso , Audrey Hepburn es la eterna Holly Golightly de Desayuno con Diamantes, la inolvidable princesa Ana de Vacaciones en Roma o la inspiradora Jo de Una cara con ángel. También la mujer que se dedicó durante casi cuarenta años a las causas humanitarias de la mano de UNICEF (antes que Lady Di o Angelina Jolie). Y la misma que, cuando encontró su lugar de paz a orillas de un lago en Suiza, abandonó el glamour de Hollywood por las rosas de su jardín.
Audrey Hepburn soñaba con una casa con jardín y la encontró en Tolochenaz. Este pequeño pueblo de poco más de 1.700 habitantes se enclava en la región suiza de Morges, junto al pintoresco lago Lemán, a los pies del Mont Blanc, muy cerca de la exclusiva estación alpina de Saint Moritz y a pocos kilómetros de Lausanne y Ginebra.
Esquiva de los flashes y de la agitada vida social típica de las estrellas de su nivel, Audrey Hepburn encontró su verdadero hogar en esta idílica granja del siglo XVII que rehabilitó y decoró con mimo, tal y como quedó reflejado en un reportaje publicado por la revista Vogue en 1971, que contó con imágenes del prestigioso fotógrafo Henry Clarke.
El reportaje de la casa de Audrey Hepburn en la revista Vogue.
En aquel recordado reportaje, Audrey Hepburn confesó que «esta casa de Suiza es para nosotros nuestro verdadero hogar, incluso más que nuestro apartamento en Roma, porque tiene jardín y árboles». Quizá por eso, y porque a la actriz no le gustaba el ajetreo y el mundanal ruido de la gran urbe, llamó a este oasis en medio de las montañas La Paisible («el lugar de paz», en francés).
Según cuentan en AD, «su hijo mayor, Sean Hepburn Ferrer recuerda que su madre tenía mucho cariño al pueblo y que era donde se sentía más a gusto. 'Nos decía que había sentido mariposas la primera vez que vio la propiedad. Dijo que se sentía como si estuviera de vuelta en casa'», aseguran en la publicación.
Audrey Hepburn en el jardín de La Paisible retratada por Henry Clarke para Vogue en 1971. /
La mansión en cuestión era una gran casona tradicional de muros de piedra encalados, tejados al agua de ladrillos, chimeneas y contraventanas de madera. Pero lo que enamoró a Audrey fue su jardín, un amplio terreno lleno de árboles frutales, huerto y flores que cultivaba la propia actriz.
En el interior, la elegancia y el buen gusto que siempre caracterizaron a la actriz se hacían más que patente. El minimalismo reinaba en cada estancia, en las que los colores primarios (azules, amarillos, magentas) llenaban amplios espacios blancos y llenos de luz y la madera y las fibras naturales daban forma a muebles que hoy, décadas después, siguen de plena actualidad.
Eso sí, las grandes protagonistas en la decoración del hogar suizo de Audrey fueron siempre las flores, grandes ramos que ella misma cogía de su jardín y llenaban de vida los rincones más especiales. La actriz murió en su hogar en 1993, y a escasos metros de él fue enterrada. Hoy, La Paisable es una propiedad privada que no está abierta al público, aunque en su entrada encontramos una placa en honor a la protagonista de Desayuno con diamantes y la propia página de turismo de la región de Morges recomienda su visita.