Así es Alnwick, el imponente castillo de la duquesa de Northumberland, la aristócrata más excéntrica de Inglaterra: un jardín venenoso y el parque infantil más grande del mundo

Hablar de Jane Percy es hacerlo de la aristócrata más excéntrica de Reino Unido. Y, seamos sinceras, conseguir tal calificativo no es un logro menor. Duquesa tras su boda en 1979 con Lord Ralph Percy, el 12º duque de Northumberland, emparentó por matrimonio con una de las familias de la alta nobleza británica y, también, una de las más ricas del país desde hace más de 700 años. Eso sí, sus extravagantes y lucrativos negocios, sin embargo, han sido fruto de su espíritu transgresor, emprendedor y atrevido.

Jane Richard nació en Edimburgo en 1958 en el seno de una familia burguesa sin títulos nobiliarios en su árbol genealógico. Hasta que, con 16 años, Jane conoció al amor de su vida, Lord Ralph Percy. Se casaron tres años después, en 1979, aunque sus familias consideraban que eran demasiado jóvenes, tuvieron cuatro hijos y hasta 1995 vivieron en una granja. Ese año, sin embargo, tras la muerte por sobredosis del entonces duque de Northumberland, Lord Ralph Percy heredó el ducado familiar y, con él, no pocas propiedades históricas en las que la ahora duquesa ha hecho su magia.

Con un trato muy cercano a la familia real, los duques de Northumberland acudieron a la boda de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton, contaron con el príncipe Guillermo y el príncipe Harry en el enlace de sus hijas y mantienen una relación cómplice con el actual rey Carlos III, que ha acudido a diferentes actos organizados por la propia Jane Percy.

Pero sin duda, si por algo es famosa Jane Percy es por las propiedades que posee... y el uso que ha hecho de ellas. Aunque ha sido la primera mujer en servir como Lord Lieutenant de Northumberland, después de recibir el título en 2009 de manos de Isabel II, al parecer no estaba contenta con su papel de duquesa, así que su marido le sugirió 'entreterse' con los jardines del castillo de Alnwick, la imponente propiedad en la que vive la familia en el noreste de Inglaterra. El resultado no pudo ser más sorprendente y polémico.

Y es que Alnwick Castle, además de ser el escenario donde se han grabado Robin Hood, Elizabeth, diferentes entregas de Harry Potter así como de la serie Downton Abbey, tiene el honor de albergar el jardín venenoso más peligroso del mundo. Inspirado en los jardines de los Medici en Florencia, solo se puede visitar con un guía especializado y en él está prohibido tocar, oler y comerse las plantas, pues de las más de 100 variedades que hay en sus 14 hectáreas, todas son venenosas y, casi la totalidad, mortales para el ser humano.

Inaugurado en 2005, es una de las atracciones más visitadas de Reino Unido. También una de las más controvertidas. Es el único jardín del mundo en donde los jardineros cuidan las plantas con traje de protección y máscara, los niños no pueden visitarlo solos y, por su fuera poco, el jardín se convirtió en una fundación benéfica separada del patrimonio del ducado de Northumberland, con la duquesa como recaudadora de fondos y una de los seis fideicomisarios.

Pero los atractivos de las propiedades de los duques de Northumberland no acaban ahí. Después de los éxitos cosechados, nunca mejor dicho, en el Poison Garden, Jane Percy ha querido sacar más rédito al Castillo de Alnwick y ha montado el parque infantil más grande del mundo con el objetivo, tal como ella misma contó este verano en XL Semanal, de alejar a los niños de los móviles con el poder de las hadas y los duendes.

Lilidorei, que así se llama el parque, está inspirado en mundos mágicos y cuentos de hadas. Tiene todo tipo de toboganes, tirolinas, muros de escalada y mucha purpurina en su decorado sostenible y libre de plásticos, en el cual se podrá vivir una eterna Navidad. «Este parque ha nacido porque necesitamos ayuda con la adicción a la tecnología. Este parque atrae los sentidos y los anima a mirar y escuchar», aseguraba Percy a nuestros compañeros de XL Semanal.

Enclavado en la campiña británica, el castillo de Alnwick, de casi mil años de antigüedad, tiene más de 42 hectáreas de impresionantes jardines y en su interior destacan los lujosos Salones de Estado, con impresionantes muebles y obras de arte; así como el Gran Salón, que cuenta con un espectacular techo tallado.