Las claves del estilo de Alejandra Martos: de las fórmulas más clásicas a prendas tendencia que ponen el toque más personal

Alejandra Martos, única hija del matrimonio formado por Raphael y Natalia Figueroa, siempre ha sido una mujer muy discreta. Sus famosos padres han intentado que tanto ella como sus dos hermanos Jacobo, separado de Toni Acosta, y Manuel, separado de Amelia Bono , tuvieran una infancia lo más normal posible.

Hoy Alejandra, que es restauradora del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, apenas tiene vida social pública. Pero de vez en cuando acude a algún evento en el que ahora se deja ver incluso con su hija Manuela , que ya es mayor de edad.

La hija del famoso matrimonio, que es nieta de aristócratas –su abuelo materno era el periodista, escritos y dramaturgo Agustín de Figueroa, marqués de Santo Floro– no destaca por ser especialmente fashion. Pero tiene un estilo clásico y, curiosamente, con un toque bastante actual que resulta perfecto.

Alejandra Martos nació en Madrid hace 50 años. Hace apenas unos días celebraba con una gran fiesta su cumpleaños demostrando que se encuentra mejor que nunca. Y no solo a nivel personal, que también. La hija mediana del cantante Raphael y la periodista Natalia Figueroa se divorció hace cuatro años del empresario y aristócrata –es hijo de los condes de Fuente Nueva– Álvaro de Arenzana, con quien se había casado en 2001. La expareja tuvo dos hijos: Carlos y Manuela, ambos veinteañeros.

Lo cierto es que es una mujer de vida discreta, apenas tiene presencia en la vida social pública excepto cuando se trata algún evento que tenga que ver con sus padres o similar. Pero siempre que la vemos demuestra ser una mujer muy amable, simpática y normal. Nada que ver con lo que se podría llegar a pensar siendo hija de un artista internacional de la talla de Raphael. Alejandra, que se crió en Miami, donde vivió la familia durante muchos años, es hoy una mujer feliz y lo transmite también con su forma de vestir.

Su estilo es clásico, de eso no hay duda. Pero no nos equivocamos si aseguramos que desde que se divorció hace ya cuatro años su armario ha experimentado una notable evolución hacia looks y prendas más actuales. Pero sin salirse de ese aire clásico en el que Alejandra se siente tan cómoda y con el que siempre está perfecta, la verdad. Ya sea en una boda con un vestido fucsia sencillo y un gran collar de aire arty o en un concierto de su padre con jean negro y «chupa de cuero», la excuñada de Toni Acosta –la actriz estuvo casada con su hermano Jacobo durante 13 años– sabe cómo sacarle partido a su físico.

La restauradora, que mantiene una relación muy estrecha con sus famosos padres y hermanos, tiene además una conexión muy intensa con una firma de moda made in Spain. Se trata de DeChávarri, una marca de bolsos artesanales fundada por las hermanas Curra y Cristina Chávarri, familiares además de amigas de Alejandra. La firma vio la luz en 2022 y se ha convertido en tan solo dos años en un sinónimo de lujo español y de altísima calidad, ya que sus piezas se fabrican con pieles de altísima calidad en Ubrique, cuna de la marroquinería más exquisita de nuestro país. Además, la firma colabora con la con la asociación Cirujanos Ortopédicos de España para el Mundo.

Alejandra Martos colabora con la marca no solo prestando su imagen sino luciéndolos tanto ella como su madre Natalia Figueroa siempre que tiene ocasión en público. Gracias a ellas, la firma española ocupa un privilegiado lugar entre las enseñas de lujo silencioso y totalmente artesanal más importantes de nuestro país. Sus diseños son clásicos pero exquisitos, perfectos para alguien como la propia Martos y cualquier otra mujer que sienta la elegancia más tradicional pero con momentos de sorpresas estilísticas de la forma en que la siente ella.

Además, Raphael y Natalia Figueroa siempre han inculcado el valor de la solidaridad entre sus hijos, y este sentimiento es algo que Alejandra lleva siempre por bandera. De ahí su apoyo especial a la firma de bolsos y otros accesorios en piel de sus amigas que ya se ha convertido en un exitoso símbolo de moda y solidaridad perfecto. Y es que la moda no siempre tiene por qué ser frívola.