joyas inéditas
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Nicolás de Grecia volvía a congregar a la familia real para un evento muy especial. De nuevo, el hijo de Ana María de Grecia pasaba por el altar. Hace unos años lo hizo con Tatiana Blatnik y, después de un divorcio, volvía a contraer matrimonio esta vez con Chrysi Vardinogiannis.
Tras un noviazgo muy rápido - tan solo llevan unos siete meses juntos-, la pareja ha decido ya dar el 'sí, quiero' y pasar por el altar. Lo hizo hace unas semanas ante la mirada de miles de invitados, entre ellos la Familia Real helena, la reina Sofía, la princesa Irene, la infanta Cristina y representantes de la Casa Real danesa.
Un encuentro de lo más esperado para la monarquía donde -como era de esperar-, una de las grandes protagonistas ha sido la novia. Chrysi Vardinogiannis es hija del empresario naviero Giorgos Vardinogiannis. El 7 de febrero de 2025, contrajo matrimonio con el príncipe Nicolás de Grecia en la iglesia de San Nicolás Ragavas.
La ceremonia contó con la presencia de miembros de las familias reales griega, española y danesa, incluyendo a la reina Sofía de España y la princesa Benedicta de Dinamarca. Para la ocasión, Chrysi lució un vestido de encaje diseñado por Christos Costarellos y llevó la histórica tiara del Corsario, una joya tradicional en las bodas reales griegas.
Aunque, sin duda, el protagonismo lo tuvo sus joyas. Primero, la tiara. La Tiara del Corsario es una joya emblemática de la familia real griega, destacada por su rica historia y simbolismo. Originalmente, esta pieza fue un broche de diamantes y perlas perteneciente a la reina Victoria de Suecia.
Posteriormente, la joya fue heredada por su nieta, la reina Ingrid de Dinamarca, quien la transformó en una tiara. En 1964, la reina Ingrid se la regaló a su hija, la princesa Ana María, con motivo de su matrimonio con el rey Constantino II de Grecia.
Desde entonces, la Tiara del Corsario se ha convertido en una pieza significativa en las bodas reales griegas. Ha sido utilizada por varias novias de la familia, incluyendo a Marie-Chantal Miller en su boda con el príncipe Pablo en 1995, Tatiana Blatnik en su matrimonio con el príncipe Nicolás en 2010, y más recientemente, por Chrysi Vardinogiannis en su enlace con el príncipe Nicolás en 2025.
La elección de Chrysi Vardinogiannis de lucir esta tiara en su boda no solo resalta su belleza y elegancia, sino que también refuerza la continuidad de las tradiciones familiares y el legado histórico de la familia real griega. Sin embargo, se le dio la oportunidad a Chrysi de añadir el resto de joyas que quisiera para completar su look de novia.
Como la novia no tuvo la oprtunidad de personalizar la tiara, si quiso añadir pendientes algo más personales. Fue uno de los detalles que no se vio de la boda. Para eso, acudió a una mítica joyería griega: Serkos. La firma ha revelado en redes sociales, con algunas imágenes, este secreto guardado por la novia.
La princesa Chrysi Vardinogiannis posando con dos de las piezas elaboradas por la joyería Serkos para el día de su boda. /
En concreto, la firma ha sido la encargada de elaborar unos pendientes de diamantes y el anillo de boda que combinaban a la perfección con el resto de su atuendo. Dos piezas de la joyería griega Serkos, una marca icónica de la ciudad de Atenas fundada en 1971. Se trata de unos pendientes en cascada con forma de hojas muy elegantes y sutiles. Igual que el anillo; una joya espectacular en plata y con diamantes.
«Nos sentimos más que honrados de haber tenido la oportunidad de crear estos pendientes de diamantes personalizados para Chrysi Vardinogiánnis en el día de su boda. Nuestro más cálido agradecimiento a Chrysi Vardinogiánnis y Nicolás de Grecia por elegir a Serko para ser parte de esta extraordinaria celebración del amor. Fue un verdadero privilegio crear estas piezas significativas para una pareja tan maravillosa. «Te deseamos una vida llena de amor, alegría y elegancia atemporal», escribía la firma en redes.