La reina Letizia sabía que todas las miradas estaban puestas en la cena de gala celebrada con motivo del viaje de Estado que ella y don Felipe han hecho a Holanda. Es por ello, que sacó toda la artillería pesada para conseguir un look que fuera protagonista y que, sin lugar a dudas, quedó en un segundo plano, ya que fue el vestido de Amalia , quien debutaba en este tipo de citas las que se llevó el premio a la mejor vestida.
Y aunque este duelo de estilo tan esperado y tan comentado lo ganó la joven heredera al trono holandés, doña Letizia deslumbró con un precioso vestido azul y la tiara Rusa . Un estilismo que ya ha quedado para el recuerdo y del que sabemos algunos secretos que no se vieron.
Prometía ser un look de esos que nos dejaran sin palabras y cumplió con todas las expectativas. Doña Letizia era consciente de que este era un buen momento para lucirse y para confirmar en Europa lo que la prensa internacional dice de ella: que es una de las royals mejor vestidas del mundo.
Y sí, aunque luchaba con el protagonismo de Amalia de Holanda, la reina consorte lo dio todo y sacó del armario algunas de las piezas más valiosas que tiene. ¿El resultado? Un estilismo protagonizado por un vestido de la firma española The 2nd Skin y los complementos más especiales de los que sabemos el significado.
En casi todas las salidas europeas que ha hecho, Letizia ha escogido la tiara Flore de Lis. Sin embargo, en esta ocasión ha querido ir un paso más allá y ha sacado del joyero la tiara Rusa, una de las más valiosas de la monarquía española y que la reina ha lucido ya en otras ocasiones.
Esta diadema formada por una sucesión de lágrimas invertidas decrecientes –desde el centro hacia los extremos– que florecen de un jazmín y se tocan en la parte superior mediante un calco de la misma flor perteneció a la reina regente y consorte viuda de Alfonso XII, María Cristina de Austria.
La infanta Pilar se casó con ella -también Simoneta Gómez-Acebo,- y más tarde cayó en manos del rey Juan Carlos, quien se la regaló a la reina Sofía. Años después, la reina Letizia la recuperó para asistir a la cena de gala organizada con motivo de la visita a España del presidente de China Xi Jinping, cita en la que se estrenó con ella. Se dice que es una de las piezas que podría llevar Leonor en su debut en etiqueta de gala.
Una de las curiosidades de la cita fue el he hecho de no haber visto de pie a doña Letizia. Al parecer, la monarca tuvo que estar sentada en parte de tiempo del besamanos debido a la enfermedad que padece en los pies . Se trata de una dolencia que le ha hecho pasar a usar zapatos kitten heel y despedirse de los taconazos.
Sin embargo, un vestidazo con cola como este necesitaba un zapato a la altura y como los salones clásicos son ya incómodos para ella, optó por el truco favorito de las que quieren altura, pero también comodidad: unos tacones con plataforma. Este detalle ayuda a que el calzado no sea tan alto y por lo tanto sea más fácil de llevar.
Escogió unas sandalias de plataforma en napa de color azul marino de Martinelli X Redondo Brand, la colaboración de la marca de calzado con el diseñador que arrasa entre las invitadas. Es el modelo Monroe, está confeccionada en piel y tiene un tacón de 12 cm. Cuestan 199,95 euros.
Para completar este look, no podían faltar piezas del lote de joyas de pasar, esas que la reina Victoria Eugenia dejó escrito que pasarían de reina en reina. Y aunque el broche con la perla ha sido protagonista, más lo han sido los pendientes, una joya que le hemos visto en menos ocasiones.
Formados por un brillante central y otros pequeños brillantes que lo rodean, son unos llamativos pendientes redondos que quedan colgantes, pero pegados al lóbulo de la oreja, que se han convertido en uno de los favoritos de la monarca probablemente por lo bien que sientan y la luminosidad que aporta al rostro.
Se trata de unas piezas que pertenecieron a la reina Victoria Eugenia y la curiosidad es que las lució la infanta Cristina el día de su boda con Iñaki Urdangarin en 1997. Doña Letizia, por su parte, los ha sacado en otras cenas de gala y en citas importantes como los Premios Princesa de Asturias.
20 de enero-18 de febrero
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