Tener el hierro bajo puede hacer que sientas cansancio excesivo durante todo el día. /
Si te cuesta mucho conciliar el sueño y te despiertas en mitad de la noche incapaz de volver a dormirte o sientes que no tienes la energía suficiente para pasar el día, a lo mejor tienes falta de hierro y no lo sabes. Este mineral es el encargado de producir hemoglobina, que transporta el oxígeno por todo el cuerpo, por lo que su falta puede generar fatiga y dificultad para descansar.
Al pensar en un alimento con una alta concentración de hierro , lo primero que te viene a la mente son las lentejas, pero existe otro que tiene mucho más: los moluscos. Tanto las almejas, como los berberechos o los mejillones aportan hasta 24 miligramos de hierro por cada 100 gramos, una cantidad que supera ampliamente las necesidades diarias.
Las almejas, pueden llegar a contener hasta 28 miligramos por ración, lo que representa el 155% del valor diario recomendado. Además, el tipo de hierro que contienen es del tipo hemo, cuya absorción es más eficiente que el no hemo. Por otro lado, también son fuente de vitamina B12, proteínas de alta calidad y vitamina C.
Para que el hierro que consumas con los alimentos se fije en tu organismo, debes acompañarlos de grasas saludables y otros nutrientes que favorecen su asimilación, como la vitamina C. Así, platos que combinen las almejas con el aceite de oliva virgen extra o los cítricos pueden ser opciones efectivas para recuperar niveles de este mineral.
1. Cansancio excesivo: uno de los primeros síntomas de la falta de hierro es el cansancio excesivo, a lo que suele sumarse la falta de concentración y una gran debilidad. Como hemos explicado, la falta de hierro trae como consecuencia una carencia de hemoglobina, la proteína encargada del transporte de oxígeno, lo que genera esa sensación de fatiga.
Consumir moluscos como las almejas pueden subir tus niveles de hierro. /
2. Palidez: la piel pálida o el color pálido en el interior de los párpados inferiores son otras señales comunes de la deficiencia de hierro. La hemoglobina es lo que le da a la sangre su color rojo, por lo que sus niveles bajos durante la deficiencia de hierro hacen que la sangre sea menos roja.
3. Dificultad para respirar: la hemoglobina es la encargada de transportar oxígeno y cuando sus niveles bajan, tus músculos no recibirán suficiente oxígeno para realizar las actividades básicas, como caminar. Es por eso que tu frecuencia respiratoria aumentará cuando tu cuerpo intente obtener más oxígeno sin éxito, por eso parece que tienes dificultades para respirar.
4. Dolor de cabeza: la deficiencia de hierro puede causar dolores de cabeza, que pueden venir acompañados de aturdimiento y mareo. Aunque no se sabe a ciencia cierta la razón, también puede venir motivado por la carencia de hemoglobina, que hace que no llegue suficiente oxígeno al cerebro.
5. Cabello y piel secos y dañados: una vez más, la deficiencia de hemoglobina tiene la culpa. En esta ocasión, al no transporrar suficiente oxígeno a las células de la piel y el cabello, pueden secarse y debilitarse. También puede provocar una caída excesiva de cabello que no tenga nada que ver con una motivación estacional.
6. Antojos extraños: en casos muy extremos, puede aumentar el deseo por consumir alimentos extraños e incluso no alimenticios, lo que se denomina pica. Lo más habitual suele ser el antojo de comer hielo, arcilla, tierra, yeso o papel, aunque ocurre en situaciones muy excepcionales.