Caminar y meditar es la combinación ideal para reducir la ansiedad. /
La meditación mientras caminas tiene su origen en el budismo y se puede utilizar como parte de una práctica de atención plena. La técnica tiene muchos beneficios posibles y puede ayudarte a sentirte más conectada a la tierra, equilibrada y serena. Y además haces ejercicio. Un plan perfecto.
Por lo general, durante la meditación caminando el ritmo es lento y puede variar dependiendo de la técnica específica. Las técnicas pueden ser tan detalladas como dividir cada paso en seis partes o simplemente caminar con atención en un espacio. Puedes incorporar tu respiración o un mantra.
Permanecer atento a cada momento es un hábito que lleva tiempo cultivar. Con la mayor frecuencia posible, trae tu mente al momento presente cuando estés caminando en cualquier momento del día. Concéntrate en los sonidos que te rodean, tu respiración o cualquier sensación corporal. Sintoniza tus pensamientos y obsérvalos a medida que van y vienen.
La meditación caminando se usa a menudo junto con la meditación sentada. Por lo tanto, es posible que descubras que vale la pena aprender la meditación sentada además de la meditación caminando. Haz una sesión de meditación de 5 a 10 minutos seguida de meditación caminando, o viceversa.
Las personas que se sientan durante períodos prolongados suelen utilizar la meditación caminando. La práctica de caminar ayuda a que la sangre fluya, especialmente a las piernas. Ayuda a aliviar los sentimientos de lentitud o estancamiento. Caminar conscientemente también es una excelente manera de estimular la circulación sanguínea y aumentar tus niveles de energía si trabajas sentada durante períodos prolongados.
Caminar después de comer es una forma fantástica de estimular la digestión, especialmente si te sientes pesada o llena. El movimiento ayuda a que los alimentos se muevan a través de su tracto digestivo y también puede prevenir el estreñimiento. Realmente es buena la frase de «caminar para bajar la comida».
Si estás buscando reducir sus niveles de estrés, puede resultarte útil hacer una práctica de meditación sentada antes o después de hacer ejercicio. Ya un estudio de 2017 sobre adultos mostró que caminar es más efectivo para reducir los síntomas de ansiedad cuando se combina con la meditación.
Es importante mantenerse activa, especialmente a medida que envejeces. El ejercicio regular ayuda a aumentar los niveles de condición física y mejorar el estado de ánimo, los cuales corren el riesgo de disminuir en los adultos mayores. Hay estudios que reflejan que las personas mayores tienen menos síntomas de depresión después de practicar meditaciones caminando 3 veces por semana. También mejoran su presión arterial y sus niveles de condición física funcional.
Para obtener los beneficios del ejercicio no es necesario hacer un entrenamiento intenso. La investigación demuestra que el ejercicio moderado regular tiene un efecto positivo en la calidad del sueño. Caminar puede ayudar a mejorar la flexibilidad y reducir la tensión muscular para que te sientas mejor físicamente. Además, será más probable que reduzcas los sentimientos de estrés y ansiedad, especialmente si caminas por la mañana. Todos estos beneficios pueden dejarte con una mente serena y clara para que duermas profundamente cada noche.
La incorporación de un aspecto de atención plena en tu rutina de ejercicios puede hacer que el ejercicio sea más agradable. Los investigadores en un pequeño estudio de 2018 encontraron que las personas que escucharon una grabación de atención plena mientras caminaban 10 minutos sintieron que la actividad era más agradable.
Un estudio de 2019 sobre mujeres mayores sugirió que la meditación caminando puede fomentar un mejor equilibrio, así como la conciencia y la coordinación del tobillo. La práctica implica la conciencia de los movimientos de piernas y tobillos mientras se camina lentamente. Es ideal para mujeres a partir de los 50 años.