La mejor forma de comer castañas / pexels

Relajan y no engordan

Cómo comer castañas para reducir el estrés: dos recetas que relajan y no engordan

Las castañas son el fruto seco del otoño por excelencia. Te ayudan a reducir el estrés, relajan y no engordan. Aquí dos recetas para extraer sus propiedades.

Hay un olor característico que nos recuerda que el otoño y el invierno están aquí con nosotros. Un olor que a muchos nos recuerda a nuestra infancia, a nuestros abuelos y a la vida calmada que muchos ansiamos tener. En él encontramos un reclamo de esa vida, como si intentase acercarnos a ella aún estando en el barullo de la ciudad.

Hablamos de las castañas asadas, ese olor que se respira desde el centro de Madrid hasta el rincón más recóndito de cualquier pueblo de la España vacía. Su rugir mientras se asan en la lumbre de nuestras abuelas, los soplidos para conseguir que la temperatura se reduzca un poco antes de llevárnoslas a la boca y ese sabor inconfundible que a todos nos saca una sonrisa cuando las masticamos.

Sin duda, las castañas son el fruto seco del otoño por excelencia. Pero, además de ayudarnos a rememorar nuestra infancia y hacernos pasar ratos culinarios de disfrute, las castañas son también grandes aliadas si hablamos de bienestar físico y mental.

Y es que, pueden presumir de ser únicas: pese a estar consideradas fruto seco, su apariencia y su valor nutricional es mucho más parecido al de los cereales. No lo decimos nosotros, si no la Fundación Española de Nutrición: «La composición de las castañas se asemeja más a la de los cereales, ya que son fuente de fibra y ricas en hidratos de carbono, que ocupan casi la mitad de su composición«. »Además, su grasa también es bastante similar a la de los cereales y por lo tanto notablemente inferior a la que contienen el resto de los frutos secos«, explica la misma fuente.

Por qué las castañas reducen el estrés y te ayudan a adelgazar

Esto está directamente relacionado con su capacidad para ayudar a rebajar niveles de estrés. Y es que, la castaña tiene muchos beneficios: es fuente de fósforo, de potasio y también de algunos tipos de vitaminas del grupo B, si tenemos en cuenta los datos proporcionados por la FEN.

Estos últimos son indispensables para estimular el sistema nervioso, algo a lo que también contribuye el potasio. Este segundo ayuda a aliviar la tensión muscular, promoviendo la relajación y, por ende, también los efectos del estrés físico.

Pero es que, más allá de su respuesta ante el estrés, la castaña es uno de los frutos secos perfectos para tomar en dietas de déficit calórico porque ayudan a aumentar la sensación de saciedad y, por ende, reducir el hambre. Esto es debido a su concentración en fibras y proteínas.

Tres recetas diferentes para comer castañas

Si te gusta lo que has leído y no se te ocurre de qué forma puedes comer castañas, más allá de asadas, quédate porque te vamos a dar dos alternativas saludables, ricas y, además, digestivas.

Castañas cocidas con anís

Uno de los contras de las castañas es que son un alimento bastante flatulento por la cantidad de fibra que contiene. Sin embargo, hay una receta que reduce esta propiedad y, además, aumenta el poder relajante de este fruto. Son las castañas cocidas con anís.

Bastará con hacer una pequeña raja en la parte inferior de las castañas y ponerlas a cocer en una cazuela con agua y una cucharada de granos de anís. Habrá que dejar cocer a fuego suave entre media hora y cincuenta minutos, probando de vez en cuando para comprobar su truco de cocción.

Puré de castañas con manzana y jengibre

Esta receta combina las castañas asadas con las propiedades digestivas de la manzana y el poder protector del jengibre (ambos ingredientes conocidos por ayudar a calmar y mejorar las digestiones).

Para hacerlo tendrás que poner a cocer dos manzanas peladas y cortadas en dado junto a 200 gramos de castañas previamente peladas y cocidas y un trozo de jengibre fresco. Después de 10 o 15 minutos, procesa todo para que quede la textura puré y endulza al gusto.