ACELERAR METABOLISMO
ACELERAR METABOLISMO
Con el paso de los años, nuestro cuerpo experimenta ciertos cambios que pueden impactar en el peso corporal. Uno de los más importantes es la pérdida gradual de masa muscular, lo que repercute en la fuerza y en el metabolismo, es decir, en la rapidez con la que se queman las calorías.
Si mantenemos la dieta habitual sin ajustarla a esta nueva realidad metabólica, es probable que se consuman más calorías de las que el cuerpo necesita. Las calorías adicionales no utilizadas se almacenan en forma de grasa, llevando a un aumento de peso de manera progresiva.
Además de ejercicio y una dieta hipocalórica, acelerar el metabolismo, es decir todos los procesos físicos y químicos del cuerpo que convierten o usan energía, es esencial para perder peso de forma efectiva. Pero diariamente cometemos ciertos fallos que, sin saberlo, están contribuyendo a la ralentización del metabolismo y, con ello, a boicotear tus esfuerzos por perder peso.
Según el experto en deporte y nutrición Gavin Cowper, existen cuatro hábitos bastante habituales que son los responsables de ralentizar el sistema metabólico. Cuatro rutinas que puedes hacer sin darte cuenta y que pueden ser las responsables de que no pierdas peso, aunque te esfuerces:
Al saltarte las comidas principales del día, el cuerpo entra en modo de conservación, ralentizando el metabolismo para preservar la energía. Y es que, aunque es necesario un déficit calórico para perder peso, consumir muy pocas calorías puede provocar una disminución importante del ritmo metabólico.
Al reducir drásticamente tu ingesta de calorías, tu cuerpo siente que los alimentos escasean y reduce la velocidad a la que quema calorías. De hecho, ciertos estudios confirman que consumir menos de 1000 calorías por día puede tener un impacto significativo en tu tasa metabólica.
«Las proteínas no sólo ayudan a construir y reparar los tejidos, sino que también hacen que te sientas lleno por más tiempo, reduciendo la probabilidad de consumir snacks poco saludables», asegura Cowper. Estas son las razones principales por las que consumir proteínas te ayuda a no engordar.
Pero no sólamente te ayuda a sentirte llena, sino que la ingesta alta de proteínas puede aumentar significativamente la velocidad a la que tu cuerpo quema calorías. Esto ocurre porque el efecto térmico de las proteínas es mucho mayor que el de los carbohidratos o las grasas.
Levantar pesas y poner a prueba tu resistencia haciendo varias repeticiones, acelera el metabolismo. Se ha demostrado que el entrenamiento de fuerza aumenta la tasa metabólica en personas sanas, así como en aquellas que tienen enfermedades cardíacas o tienen sobrepeso u obesidad.
Y es que tener una mayor cantidad de masa libre de grasa aumenta significativamente la cantidad de calorías que quemas en reposo. Por el contrario, no hacer ningún entrenamiento de fuerza puede hacer que tu tasa metabólica disminuya, especialmente durante la pérdida de peso y el envejecimiento.
«La falta de sueño altera los ritmos naturales del cuerpo, incluidas las hormonas que regulan el apetito y el consumo de energía, mientras que la falta crónica de sueño puede provocar aumento de peso y un metabolismo lento», asegura Gavin Cowper sobre la importancia de una buena higiene del sueño.
Se ha observado que un sueño insuficiente está asociado con niveles más altos de hormonas que estimulan el apetito y niveles más bajos de hormonas que generan sensación de saciedad. Además, la falta de sueño también está relacionada con niveles elevados de cortisol, que hace que engordes más comiendo lo mismo.