Dentro del amplio universo de las dietas, las de adelgazar son las favoritas por razones obvias. Y una de las más populares en estos tiempos es la dieta volumétrica, que prioriza los alimentos con baja densidad calórica y alto volumen. Promueve la pérdida de peso al mejorar la sensación de saciedad mientras reduce el hambre y los antojos.
También puede mejorar la calidad de tu dieta al aumentar la ingesta de alimentos ricos en nutrientes como frutas y verduras. Sin embargo, la pega es que requiere mucho tiempo y energía, restringe varios alimentos saludables y ofrece recursos limitados, lo que puede hacer que no sea adecuada para algunas personas.
La dieta volumétrica está destinada a reducir la sensación de hambre al priorizar los alimentos con un alto contenido de agua y baja densidad calórica. También fomenta otros hábitos saludables, como el ejercicio regular y llevar un diario ordenado de los alimentos que consumes cada día.
Pretende ayudarte en tu misión fomentando la saciedad mientras comes menos calorías. Te alienta a comer alimentos ricos en nutrientes que son bajos en calorías y altos en agua, como frutas, verduras y sopas. Mientras tanto, limita los alimentos ricos en calorías como galletas, dulces, frutos secos, semillas o aceites.
En teoría, estas restricciones te ayudan a sentirte más llena por más tiempo, reducen la ingesta de calorías y promueven la pérdida de peso. A diferencia de otras dietas, la dieta volumétrica tiene como objetivo fomentar hábitos alimenticios saludables y debe verse como un cambio de estilo de vida a largo plazo en lugar de una solución a corto plazo.
La dieta volumétrica agrupa los alimentos en cuatro categorías según su densidad calórica. Los alimentos con un alto contenido de agua, como el brócoli, suelen tener una densidad calórica muy baja, mientras que los postres y los alimentos procesados como el chocolate negro suelen tener una clasificación alta.
El plan de comidas estándar de la dieta proporciona alrededor de 1.400 calorías por día, pero se puede ajustar para que se adapte a los objetivos de calorías agregando alimentos adicionales o aumentando el tamaño de las porciones. Ningún alimento está completamente prohibido en la dieta volumétrica. De hecho, puedes incluir alimentos con una alta densidad calórica modificando el tamaño de las porciones y ajustando tus otras comidas.
Además, la dieta fomenta al menos 30 a 60 minutos de ejercicio cada día. Debes realizar un seguimiento de tu actividad física y la ingesta de alimentos en un diario para controlar su progreso e identificar las áreas que pueden necesitar mejoras. Esto te ayuda a permanecer activa en todo momento.
Aunque pocos estudios han examinado específicamente la dieta volumétrica, la investigación sugiere que sus principios centrales ayudan a perder peso. Así, la selección de alimentos con una baja densidad calórica es particularmente eficaz. Debido a que estos alimentos tienen un volumen sustancial pero son bajos en calorías, puedes comer porciones grandes sin aumentar significativamente su ingesta de calorías.
Elegir alimentos con una baja densidad calórica también puede ayudar a frenar los antojos y reducir el apetito, lo que podría impulsar la pérdida de peso. Además y dado que el ejercicio es otro componente importante de la dieta volumétrica, es obvio que esa actividad física es fantástica para el peso.
Al fomentar los alimentos saludables que son bajos en calorías pero altos en fibra, vitaminas y minerales, la dieta volumétrica también puede ayudar a aumentar la ingesta de nutrientes clave y proteger contra las deficiencias nutricionales. Además, algunas investigaciones relacionan las dietas con una baja densidad calórica con una mejor calidad de la dieta.
La dieta volumétrica tiene algunos inconvenientes a tener en cuenta. Requiere importantes inversiones de tiempo y energía, lo que puede hacerla insostenible para algunas personas. Además de encontrar recetas, planificar comidas y calcular la densidad calórica, se supone que debes preparar la mayoría de tus comidas y refrigerios en casa. Esto puede hacer que la dieta sea demasiado restrictiva para las personas con un estilo de vida ajetreado, una cocina pequeña o un acceso limitado a los productos frescos.
La dieta también restringe ciertos alimentos ricos en grasas saludables, como frutos secos, semillas y aceites. Estos alimentos proporcionan grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, que pueden reducir la inflamación y proteger contra afecciones crónicas como enfermedades cardíacas. Además, muchos patrones de alimentación nutritivos, como la dieta mediterránea, te alientan a comer estos alimentos.