Es curioso como las costumbres a la hora de comer van pasando de generación en generación y nadie se para a pensar si estamos haciendo bien o mal con ellas. Ya te demostramos el error que impide que durmamos bien pero es que, a juzgar por las palabras de Sandra Moñino, nutricionista experta en alimentación antiinflamatoria, hay otro gesto que nunca nos hubiéramos planteado que estuviera haciendo mal a nuestra salud, pues forma parte de nuestro día a día a la hora de comer (sea cual sea).
Si pones una jarra de agua con un vaso en la mesa, o cuando comes fuera te compras siempre una botella de agua para acompañar a la comida, deja de hacerlo porque, de acuerdo a esta profesional, un motivo frecuente de digestiones lentas y pesadas y, además, un motivo frecuente de que no absorbamos bien los nutrientes de los alimentos que ingerimos es, precisamente, acompañarlo todo con excesiva agua.
No nos malinterpretes, beber agua no solo es saludable, sino que es indispensable para una buena salud en todos los sentidos. Todos necesitamos hidratarnos para seguir viviendo, pero el momento el día en el que lo hacemos puede tener consecuencias para nuestro bienestar, de acuerdo a Moñino.
De acuerdo a las palabras de esta profesional, al beber agua durante las comidas, evitamos que las digestiones se hagan bien: «Beber agua justo en la media hora antes o después de comer, o durante la comida, hará que el ácido que tenemos en el estómago se diluya y no pueda procesar bien la comida», explica en su podcast Con Jengibre y Limón . «Así que tu digestión será más pesada y más lenta, sentirás que el ácido te sale hacia arriba, puedes sentirte con más gases, con más estreñimiento... en conclusión, sentirás una digestión rara», argumenta la misma.
Tal y como ella misma cuenta, no pasa nada por beber uno o dos vasos de agua mientras comemos, pues este gesto también es perfecto para ayudar a que la comida pase por el tracto digestivo, pero no deberíamos concentrar toda nuestra ingesta de agua en este momento del día: «Hay personas que no beben nada de agua durante el día, y se beben un litro mientras están comiendo, y esto no es saludable», explica. «Intenta no beber mucho en la media hora antes y la media hora después de comer».
De hecho, beber algo de agua durante las comidas no solo puede ayudar a que la comida pase por el tracto digestivo, sino que también puede ayudar a descomponer los alimentos y ayudar a disolver aquellos que no se han masticado lo suficientes.
Además, puede ayudar a ablandar las heces y, por ende, evitar el estreñimiento. Pero, tal y como ella misma insiste en decir: no se trata de criminalizar beber agua al comer, sino en beber demasiado o, en otras palabras, en concentrar toda la toma del agua que deberíamos hacer a lo largo del día, en este momento. Así que, bebe agua, por supuesto, pero de forma calma y relajada.
Este gesto también es importante de cara a tener la inflamación corporal a raya: «Una de las cosas por las que mantenemos la inflamación a raya es la buena digestión y este gesto del agua puede hacer mucho por ella», cuenta en el podcast.
Eso sí, lógicamente, esta información del agua se extrapola a cualquier tipo de líquido: bien sea infusión, refresco o incluso alguna bebida alcohólica.
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