Gaman: el secreto japonés mejor guardado para aprender a actuar de la forma correcta

La vida se trata de tomar decisiones de forma constante. Si quiero irme de vacaciones a un sitio u otro, qué voy a almorzar hoy, los planes para el fin de semana…tenemos que saber qué hacer en cada momento, y esto puede hacerse bola si no tienes las herramientas necesarias.

Es normal dudar en ciertas ocasiones, no siempre puedes tener claro al 100% qué es lo que quieres, pero tampoco puedes hacerlo demasiado, ya que la inseguridad y la incertidumbre tampoco son plato de buen gusto. Esto puede hacer que te precipites, que te lances antes de lo que deberías, y eso es lo que enseña Gaman, el secreto del país nipón con el que aprender a esperar.

Este término se podría traducir por tolerancia, paciencia y abnegación, siendo una de las claves de la cultura japonesa que te enseña a enfrentar de una mejor manera los conflictos que puedes ir surgiendo en la vida. Uno de los actos reflejos que realizamos cuando algo no sale como queremos, es llenarnos de ira, en lugar de aceptarlos y avanzar.

Esto en parte se debe a la madurez emocional con la que cuentes, y especialmente al autocontrol. Desarrollar un instinto de superación no se da de la noche a la mañana, sino que tienes que trabajar en ello durante toda la vida, ya que el camino siempre va a estar lleno de obstáculos.

En el plano cultural nipón, Gaman es una expresión de respeto, humildad y gratitud, que incita a las personas a la compresión mutua. Va más allá del individualismo, siendo toda una referencia en la vida colectiva, llegando a convertirse en el lazo que es capaz de unir a comunidades enteras.

No se trata solo de trabajar la paciencia, que es algo que también se ha pasado muy por alto en las últimas décadas, ya que ha ido prosperando una sociedad que lo quiere todo cuanto antes, sino que hay que perseverar en esos momentos malos, confiando en que llegaran muchos mejores en el futuro.

Aprendes a que tu momento no ha llegado, algo que se puede aplicar a cualquier ámbito de tu vida, tanto profesional como personal. Por ejemplo, todavía no has alcanzado el puesto en tu trabajo con el que sueñas, o no has conocido a esa persona con la que compartir el resto de tu vida.

Esto no significa que te tengas que sentar a esperar a que pase, nada llega solo. El esfuerzo y la resiliencia es parte de la cultura japonesa, y que se ve completamente reflejado en Gaman: hacer lo que está en nuestra mano para revertir las circunstancias, aceptándolas. Hay que estar preparado para lo que nos depara la vida, y recibirlo con los brazos abiertos.

Si te encuentras en esa espiral de negatividad, en la que ves que no alcanzas tus objetivos a pesar de todo, tranquilo, respira e intenta tomar perspectiva. Sabemos que cuando pasa mucho tiempo, y te ves en la misma situación, entran las dudas y los miedos , pero no te desesperes, si es lo correcto, todo llega.