SI algo recuerdo en casa de mis abuelos, esas son las frutas. Había frutas siempre y, además, variadas. Pero sí es cierto que mi abuela, que es diabética, siempre tenía una específica porque, según su criterio, esta fruta le hacía sentir mejor.
Ya sabemos que las abuelas son sabias y lo que para ella era un simple aprendizaje traído de generaciones atrás, parece que ahora ha sido demostrado por la ciencia. Existe una fruta con poderes limpiadores en el hígado. Y si tenemos en cuenta que los pacientes con diabetes tipo 2 tienen un hígado graso, es tiene sentido que esta fruta les ayude a sentirse mejor, al controlar los niveles de azúcar en sangre y al proteger las células hepáticas del daño oxidativo.
La fruta de la que hablamos, que es la que nunca falta en la rutina diaria de mi abuela es la manzana. Curiosamente, la fruta favorita de la princesa Leonor es perfecta, no solo para llenar nuestro organismo de antioxidantes, sino también para cuidarnos desde dentro.
«Las manzanas contienen cantidades apreciables de fibra, tanto soluble como insoluble«, dice la Federación Española de la Nutrición . Por tanto, podemos concluir que uno de los principales beneficios de comer manzana es que ayuda en el tránsito intestinal y es perfecta para controlar la salud intestinal.
«La manzana, además, aporta cantidades importantes de flavonoides diversos como los flavonoles, catequinas y prociaciadinas«, explica la misma fuente. Estos son los responsables de otorgar a la manzana la capacidad de ser antioxidante y una fruta antiinflamatoria y, por ende, nos ayude a controlar el envejecimientoprematuro. Pero, además, son los responsables de que la manzana ayude a controlar el colesterol y a cuidar el hígado, por lo que es esta la razón principal de que la manzana sea una de las mejores frutas que los diabéticos pueden incluir en su dieta diaria. «Una mayor ingesta de flavonoles dietéticos, específicamente querquecina dietética, se asocia con menores probabilidades de aparición de fragilidad durante 12 años de seguimiento entre adultos», afirman expertos de la universidad de Harvard.
«Debido a su gran aporte en fibra, la manzana es perfecta para cuidar el hígado porque, entre otras cosas, las proteínas que se forman en el hígado transportan hierro, vitamina A y cobre al resto del cuerpo donde se necesitan estos nutrientes», explica la nutricionista Sandra Milena Cardona a la BBC .
Y esto vuelve a demostrarlo un estudio publicado en PubMed que afirma que los antioxidantes que se encuentran en la piel de la manzana tienen propiedades anticancerígenas para el hígado. Algo importante, sobre todo, para pacientes diabéticos, cuyo riesgo de sufrir complicaciones en el hígado es elevado.
Además, no podemos olvidar que, de acuerdo a la FEN, la manzana es una de las frutas con menos azúcar en su composición así que, si tenemos en cuenta esto y que ayuda a regular el azúcar en la sangre, es una razón perfecta para tomarla sin miedo.
Eso, es importante recordar que los expertos señalan que las manzanas verdes tienen más cantidad de fibra, que sería interesante tomarlas con piel y, además, tomarlas enteras y huir de zumos y batidos, pues al procesarlas, al igual que ocurre con otras frutas, la fibra se transforma.