bienestar
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Para el ser humano las relaciones sociales son una parte fundamental de la vida. Tenemos que tener vínculos con otras personas para poder alcanzar la felicidad, creando círculos y conexiones entre unos y otros. Y esto no solo hace referencia a la familia, sino que los amigos pueden llegar a ser el mejor de los apoyos.
Seguramente hayas escuchado, o incluso comulgado, con la frase de «los amigos son la familia que se elige» y es que es totalmente cierto. Pueden ser nuestros compañeros de viaje durante muchos años, incluso décadas, formando parte de todos los aspectos de nuestra vida.
Los japoneses, con una filosofía de vida que ya es conocida alrededor del planeta, siempre han tenido muy presente esto. De hecho, en la isla de Okinawa y la península de Kagoshima existe una tradición llamada 'moai', que se basa en que un grupo de personas con intereses comunes que se ayudan entre sí.
La historia del país nipón nos ha ido enseñando a lo largo de los años, que el apoyo mutuo es una de las claves del éxito, en cualquier aspecto de nuestra vida. Hace siglos los campesinos se reunían para realizar las labores y trabajar por el bien común de todos.
A día de hoy, eso se traduce en apoyo emocional, planes, intereses comunes, etc. La finalidad es la misma, ayudar al prójimo. Es un círculo emocional en el que puedes encontrar ese hombro en el que apoyarte, en el que nunca sentirse solo, que es una de las grandes ventajas de pertenecer a un Moai.
Te permite desarrollar muchas cualidades sociales, pero, sobre todo, te ayuda a ser más empático, porque en este círculo hay que saber no solo recibir, sino también dar. A todo el mundo le gusta sentir que forma parte de algo, que no está solo, lo que se traduce en una mejora del bienestar mental y espiritual.
Como todas las relaciones, hay algunas que son beneficiosas y otras que se vuelven tóxicas, y de las que tienes que mantenerte alejado, ya que no te reportarán nada bueno. Para poder distinguir cuáles sí merecen la pena y cuáles no, te dejamos algunas claves a tener en cuenta.
- Generosidad sin pedir nada a cambio: no todo tiene que ser un favor, sino que en una buena relación de amistad te tiene que salir ofrecer ayuda sin tener que esperar una recompensa por ello.
- La empatía es la clave: en todas las relaciones sanas hay que hacer el ejercicio de ponerse en el lugar del otro. Entender cómo se siente es muy importante, ya sea cuando tiene un buen momento o si está de bajón, ya que nos ayudará a entenderle y así poder ayudarle.
- Aprender a escuchar: las personas que solo hablan de sí mismas y no hacen el esfuerzo por dar pie a los demás, no pueden formar parte de un Moai. Hay que saber encontrar el equilibrio entre lo que quieres tú y lo que necesitan los demás.
- Elogia los esfuerzos ajenos: a todo el mundo le gusta que le reconozcan un logro y que le digan lo bien qué lo ha hecho. Así que, no solo tienes que tener en cuenta lo que te pasa a ti, sino que eso que te gustaría, también lo sienten los demás.