Te damos los mejores trucos para mejorar la microbiota. /
El término microbiota está últimamente en boca de todos, pero quizá no seas muy consciente de qué significa . Se trata de un conjunto de microorganismos que se encuentran principalmente en el tracto digestivo y que tienen un papel muy importante en la forma en la que asimilamos los nutrientes de los alimentos, pero también en la salud general.
A nivel de composición corporal, la microbiota influye en el gasto de energía y acumulación de grasa al actuar sobre los mecanismos de hambre y saciedad. Pero también puede pontenciar la inflamación crónica, uno de los motivos más frecuentes del aumento de la obesidad.
Estos microorganismos que conforman la microbiota deben mantenerse en equilibrio entre los considerados buenos y malos para que nuestra salud esté protegida. Cuando existe cierto desequilibrio, conocido clínicamente como disbiosis, pueden surgir problemas en el funcionamiento del organismo.
Para mantener ese equilibrio, la conocida como Boticaria García (cuyo nombre es Marián García) ha escrito un libro titulado 'Tu cerebro tiene hambre: 5 grandes cambios que te ayudarán a perder grasa y ganar salud'. En él podemos encontrar los grandes trucos para modificar tu microbiota a base de alimentación y ejercicio.
Los probióticos son las bacterias que forman tu microbiota y que se encuentran presentes en ciertos alimentos, mientras que los prebióticos son el alimento que comen las bacterias buenas. Probablemente estés consumiendo la mayoría sin saberlo, porque se encuentran en alimentos muy comunes en tu dieta habitual.
Marián propone elevar la cantidad de alimentos fermentados en la dieta, como el yogur, el chucrut, el kéfir o incluso los encurtidos. Pero no sólo eso. También recomienda tomar más alimentos ricos en fibra, como legumbres o aguacates, entre otros muchos.
Los antioxidantes actúan contra los radicales libres que se generan, principalmente, debido a hábitos poco saludables. Los alimentos ricos en antioxidantes ayudan a disminuir la inflamación al aportar más protección en la lucha frente a esos radicales libres que envejecen e inflaman.
El ayuno intermitente puede ser una buena herramienta antienvejecimiento, además de ayudarte a consumir menos calorías al final del día, siempre y cuando consumas alimentos saludables en la ventana de ingesta. Esa restricción calórica es lo que favorece una mayor diversidad microbiana, estimulando el crecimiento de las bacterias buenas y reduciendo el de las malas.
Las contracciones musculares generan mioquinas y exerquinas, amigas de la microbiota que salen del músculo y que favorece también la diversidad de la microbiota intestinal. Es por eso por lo que deberías integrar el ejercicio físico en tu día a día como una forma de vida.
Si al mejor funcionamiento en la oxidación de las grasas, y una menor acumulación de las mismas, le sumamos las calorías gastadas entrenando, el ejercicio físico no sólo potencia tu salud a través de la microbiota, sino que también te ayudará a adelgazar.
Los alimentos ultraprocesados repletos de azúcares añadidos, harinas refinadas y grasas trans favorecen la proliferación de bacterias malas en la microbiota. Eso lleva la balanza hacia el equilibrio negativo, lo que afecta mucho al aumento de peso y dificulta la pérdida de grasa.