¿Cuántas veces has visto en el feed de las influencers la kombucha, una bebida que, con permiso del té matcha, se ha convertido en una de sus favoritas? Se trata de una bebida elaborada a partir de té fermentado mediante una mezcla de bacterias y levaduras a la que se le han otorgado propiedades casi milagrosas. Pero, ¿es realmente para tanto?
Después de la fermentación del té verde o negro a partir de ciertas bacterias, se crea una bebida ligeramente gaseosa con diferentes matices respecto a los refrescos convencionales. De esta forma, se convierte en una opción muy interesante para tomar fuera de casa y sustituir a bebidas alcohólicas y azucaradas.
Es una bebida con una composición nutricional muy interesante. Contiene vitaminas B1, B2, B3, B6, B12, ácido fólico, C, D, E y K. Pero no sólo eso, sino que además es rico en enzimas, ácidos orgánicos esenciales, minerales, levaduras y polisacáridos. Dicho así no parece que esté nada mal, ¿no? Y todo esto, ¿cómo afecta a nuestro organismo?
Se elabora agregando cepas específicas de bacterias, levadura y azúcar al té negro o verde, y luego se deja fermentar durante una semana o más. Durante este proceso, las bacterias y la levadura forman una película similar a un hongo en la superficie del líquido.
En la mezcla crecen una gran cantidad de bacterias con beneficios probióticos, lo que contribuye a mejorar muchos aspectos de la salud, incluida la digestión, la inflamación e incluso la pérdida de peso. Además, mejora el sistema inmunológico, lo que permite luchar contra diversas enfermedades.
La Kombucha es una bebida rica en polifenoles. Estos compuestos cumplen en el organismo una función antioxidante y poseen efectos vasodilatadores y antiinflamatorios. Además, son perfectos para combatir la d iabetes y la obesidad. Por tanto, si acompañas la kombucha con una dieta sana y equilibrada, estarás limpiando el organismo para sentirte mucho mejor.
Se caracteriza por ser una bebida rica en agua, vitaminas y minerales. Todos estos componentes ayudan a hidratar el organismo de una forma muy saludable. Además, si te cuesta beber los dos litros de agua al día que recomiendan, esta bebida puede ayudarte a cumplir con tu objetivo.
La principal sustancia producida durante la fermentación de la kombucha es el ácido acético, que también es abundante en el vinagre. Al igual que los polifenoles en el té, el ácido acético puede combatir y eliminar diferentes bacterias y microorganismos que se hallan en el organismo.
Es una bebida que puede reducir los marcadores del colesterol malo (LDL) y aumentar los niveles del colesterol bueno (HDL). Si se realiza con té verde, se reducen los riesgos de sufrir un problema o una enfermedad cardiovascular con el tiempo. Por tanto, es una beneficiosa para el corazón y la circulación sanguínea.
La bebida elaborada de la manera tradicional apenas contiene 30 calorías por cada 100 mililitros. Se trata de una bebida fermentada a partir del té negro o verde pero actualmente existen muchos tipos a la venta en los supermercados con diferentes sabores, lo que puede aumentar las calorías de la bebida.
No hay muchas, pero sí puede tener algún elemento negativo. Para empezar, la kombucha contiene alcohol, aunque de forma residual. El alcohol se forma a través de la fermentación alcohólica, donde se generan pequeñas cantidades de alcohol que pueden llegar a representar hasta el 2% de la composición del producto. Precisamente por eso, la kombucha es una bebida desaconsejada en niños, embarazadas y mujeres lactantes.
Por otro lado, algunas kombuchas comerciales suelen incluir ciertas cantidades de azúcar. En algunos casos, su porcentaje puede representar un 7% sobre el total del producto. Si bien es una cantidad bastante más baja que un refresco azucarado, planteate tomar la versión más natural posible, y no la comercial.
Eso sí, aunque tenga sus pegas, la kombucha es mucho más saludable que tomarte el típico refresco azucarado o la(s) cañita(s) al salir de trabajar, que nos conocemos. Puede que no te solucione la vida, pero mientras tomas kombucha no tomas otro tipo de bebidas o snacks calóricos y perniciosos para la salud.
20 de enero-18 de febrero
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