Las semillas que todos desechamos y todos deberíamos comer / pexels

Muchos beneficios

Las semillas de esta fruta ayudan a producir colágeno, se pueden comer crudas y, sin embargo, todos las desechamos

Las semillas de una de las frutas más consumidas en España esconden un montón de beneficios y, sin embargo, todos las desechamos.

Hace apenas unas semanas te contábamos por qué escupir o tirar las semillas de la sandía era una mala idea, teniendo en cuenta sus propiedades beneficiosas. Pero hoy queremos ir un paso más allá, haciendo gala del mismo gesto, pero en otra fruta.

A la hora de comer uvas, hay algo que a muchos nos molesta: la temida piel y las temidas semillas. Muchos desechamos ambas, quedándonos solamente con la carne jugosa de esta fruta. Otros, sin embargo, optan por intentar tragarla así, sin más, y casi sin masticar para no tener que notar lo desagradable de masticar las pepitas. Este hecho ha conseguido que, incluso, en la actualidad se comercialicen uvas sin pepitas y sin piel.

No obstante, con este inocente gesto podríamos estar desechando una de las partes más nutritivas de esta fruta: la semilla, fuente de antioxidantes y de colágeno natural para la piel. Al menos, así lo ha demostrado varios estudios, como uno llevado a cabo por el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura, datado en 2016, y otro más reciente realizado por investigadores de una universidad de México.

Por qué no deberías desechar las semillas de la uva

«La semilla de la uva tiene buena cantidad de ácidos grasos omega 3, omega 6 y una baja antiedad de ácido graso linolénico», afirma el estudio de Extremadura. «El aceite hecho con semilla de uva tiene propiedades beneficiosas para la salud que se detectan en estudios in vitro, como propiedades antiinflamatorias, cardioprotectoras, antimicrobianas y anticancerígenas», explican los autores de este otro estudio.

Además, no dudan al afirmar, después de los análisis pertinentes, que la semilla de la uva es una gran fuente de antioxidantes: «La semilla de la uva posee un alto contenido en antioxidantes, incluso mayor a los encontrados en el vino», dicen.

Estas propiedades, de hecho, hacen que el aceite de semillas de uva ya sea un básico en la industria cosmética para elaborar sérums y otros productos para prevenir el envejecimiento prematuro de la piel.

Los beneficios de comer pepitas de uva, incluso crudas

Por eso, el trabajo llevado a cabo por investigadores extremeños lanza una flecha a favor del consumo de las pepitas de la uva, sobre todo por su poder antioxidante para retrasar las señales del envejecimiento, tanto el físico como el envejecimiento celular. «Los antioxidantes de las semillas de la uva protegen al organismo de los radicales libres, evitando así el envejecimiento y deterioro prematuro de órganos, tejidos y células», argumentan en su estudio. A raíz de esto, explican algunas de las ventajas de consumir semillas de uva:

- Mejorar enfermedades con procesos inflamatorios como problemas de la piel o artritis

- Prevenir ciertas enfermedades inflamatorias, así como ciertos tipos de cáncer

- Reforzar las defensas estimulando el sistema inmunológicos

- Proteger al organismo frente al estrés

Cómo comer semillas de uva

Aunque se pueden asar, lo cierto es que la mejor forma de extraer todas las propiedades de la semilla de uva es comerlas crudas, así que a partir de ahora ,cuando comas uvas, intenta masticar sus semillas.

¿Por qué hay que masticarlas? Porque si no las masticas y las comes sin procesar, al ser tan pequeñas, pasan desapercibidas por el organismo, que las terminará desechando. Algo parecido a lo que ocurre con la chía. Así que, al igual que te animábamos a hidratar las semillas de chía, te animamos a masticar las semillas de uva.