vida saludable
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Acabar con la grasa abdominal es uno de los objetivos más seguidos por aquellas personas que se plantean un cambio de hábitos. Y ya no sólo estamos hablando de un problema estético, sino que la grasa abdominal puede tener más problemas para la salud de lo que en un principio se puede pensar.
Además de ser más difícil de eliminar, la grasa visceral aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo 2, colesterol, hipertensión y eleva los triglicéridos, lo que multiplica el riesgo cardiovascular y cerebrovascular. Pero también eleva el riesgo de padecer cáncer, así como aumentar la probabilidad de padecer apnea del sueño.
Para eliminar la grasa de todo el cuerpo, incluída la grasa abdominal, es importante tener una hábitos saludables entre los que se incluya una buena alimentación y la práctica habitual de deporte. Pero no sólo eso, ya que investigaciones recientes han sugerido que existe una vitamina que puede acabar con ese tipo de grasa en concreto: la vitamina D.
Según un estudio presentado por la Sociedad Europea de Endicronología de Barcelona, la vitamina D podría tener un papel muy relevante a la hora de reducir la grasa abdominal. Pero no sólo eso, sino que también puede ayudar a controlar los niveles de colesterol en sangre.
Esta investigación, que fue realizada en Países Bajos, analizó el organismo y el comportamiento de cerca de 7.000 personas y llegó a la conclusión de que existe una relación muy relevante entre los niveles bajos de vitamina D y una mayor acumulación de grasa en el área abdominal.
Rachida Rafiq del VU University Medical Center en Amsterdam, asegura que existe una relación muy fuerte «entre el aumento de la cantidad de lípidos y los parámetros más bajos de esta vitamina, lo que sugiere que las personas con cinturas más grandes tienen un mayor riesgo de desarrollar deficiencia y deberían considerar controlar sus niveles de este nutriente«.
La vitamina D cumple diferentes funciones en el organismo, entre las que destaca la de favorecer la absorción del calcio, un mineral es esencial para el desarrollo y crecimiento de los huesos y para mantenerlos fuertes. Sin la vitamina D el calcio no puede ser absorbido, lo que produce un proceso gradual de desmineralización ósea que ocasiona primero una osteopenia y luego una osteoporosis.
Además de esto, diferentes estudios han demostrado que la vitamina D cumple también una función protectora frente a determinados tipos de cáncer. Así, las personas que presentan niveles elevados de esta vitamina tienen un 40% menos de riesgo de desarrollar un cáncer de colon que aquéllas que son deficitarias.
También ejerce un papel protector frente al cáncer de próstata, de mama o de piel. En el caso del cáncer de mama, los niveles de vitamina D en sangre constituyen también un importante factor pronóstico, ya que cuando estos son elevados se reduce a la mitad el riesgo de propagación del cáncer y la mortalidad por esta causa se reduce hasta en un 73%.