Durante la primavera, los jardines se llenan de preciosos jacintos repletos de sus caracerísticas flores de colores . Pero para que estas plantas se muestren en todo su esplendor durante los meses más cálidos, es necesario que sepamos bien cuándo y cómo plantarlas. Y el momento óptimo es ahora.
El jacinto (hyacinthus) es una planta bulbosa que se caracteriza, además de por su fantástico aroma, por la belleza de sus flores y el espectáculo de colorido que estas ofrecen durante la primavera no solo en praderas y jardines, sino también en terrazas e, incluso, en los espacios interiores de nuestras casas .
Y es que esta preciosa planta con flor de hojas carnosas y verdísimas de la familia de las lilas despliega sus llamativos azulones, malvas, rosas o amarillos tanto en exteriores como en interior, siempre y cuando sigamos una serie de cuidados básicos durante todo el año que empieza por saber cómo y cuándo plantar sus bulbos.
Aunque la época de floración del jacinto en exteriores es la primavera, en interiores podrás adelantarla a finales del invierno si pones en práctica lo que los expertos llaman ' forzado de los bulbos', una técnica muy sencilla y efectiva que nos regalará flores preciosas con semanas de antelación.
Los bulbos de jacinto pueden reutilizarse durante, al menos, dos o tres temporadas en perfectas condiciones, pero para conseguir esta floración inverna, necesitaremos someterlos a varios cambios de temperatura durante su conservación: a unos 30º grados durante dos semanas; a 25,5º durante las tres semanas siguientes y a 23º hasta que forman su espiga floral.
En ese momento habrá que conservar esos bulbos a 17º de forma constante hasta que llegue el momento de su plantación, durante el otoño. Durante este proceso que modifica los tiempos de floración natural de los jacintos y lo adelanta al invierno, también alteraremos su exposición a la luz.
Además de por su belleza, su colorido y su perfume, el jacinto es una apuesta segura para plantar en nuestra casa porque es una de las plantas más fáciles de cuidar, ya que es muy poco exigente en cuanto a las condiciones que requiere y puede plantarse tanto en el suelo directamente, como en macetas o jardineras.
Si vas plantar tus jacintos en el jardín, lo mejor es que busques una zona con suficiente luz solar, pero que no les obligue a estar a pleno sol durante demasiado tiempo. En el interior, procura ponerlos en una habitación luminosa. Si puedes, además, intenta que estén expuestos, al menos unos días, a bajas temperaturas para favorecer su floración.
El jacinto, además, necesita riego frecuente pero muy moderado, ya que no tolera los suelos encharcados porque es proclive a los hongos y la putrefacción de los bulbos. Además, prefiere los ambientes húmedos al 70-80%, pero sin humectar o pulverizar con agua sus hojas. Por último, procura que el suelo o la tierra donde lo plantes sea ligero, poroso, bien drenado y rico en nutrientes: el humus, por ejemplo, es una buenísima opción.
Tal es la belleza de esta planta que cuenta la leyenda que recibe su nombre de un dios griego, Jacinto, que jugando con Apolo a lanzar el disco, hizo enloquecer de celos al dios del viento. Este hizo que el disco le golpeara en la cabeza matándolo y de su sangre, brotó la flor a la que le dio nombre.
20 de enero-18 de febrero
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